La autora chilena Clara Guelfenbein.

La Clarice Lispector de Carla Guelfenbein

Lo primero que hay que advertir muy claramente al lector al hablar de 'Contigo en la distancia', la obra con la que la narradora chilena Carla Guelfenbein ha obtenido el XVIII Premio Alfaguara de Novela, es que no se encuentra ni mucho menos ante la biografía de Clarice Lispector aunque su autora se haya podido inspirar, para crear su personaje, en esa figura cuya historia familiar guarda ciertos paralelismos con la suya. Como la de Clarice Lispector, la familia de Carla Guelfenbein es de origen judío y ucraniano. 

IÑAKI EZKERRA

Viernes, 17 de junio 2016, 08:05

En esta novela, reconocida con el Premio Alfaguara, la autora chilena crea un personaje inspirado en la gran escritora brasileña que le sirve para establecer paralelismos con su propia familia, judía y de origen ucraniano

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NOVELA

Lo primero que hay que advertir muy claramente al lector al hablar de 'Contigo en la distancia', la obra con la que la narradora chilena Carla Guelfenbein ha obtenido el XVIII Premio Alfaguara de Novela, es que no se encuentra ni mucho menos ante la biografía de Clarice Lispector aunque su autora se haya podido inspirar, para crear su personaje, en esa figura cuya historia familiar guarda ciertos paralelismos con la suya. Como la de Clarice Lispector, la familia de Carla Guelfenbein es de origen judío y ucraniano. Como la escritora brasileña salió con sus padres de Ucrania al año de nacer, los abuelos de Carla Guelfenbein tuvieron que dejar ese país por la misma época. En el caso de Lispector y su familia el destino americano fue Brasil. En el caso de los antepasados de Carla Guelfenbein ese destino fue Chile. A concomitancias como ésa se añaden otras como la de la prematura pérdida de la madre en ambos casos. La escritora brasileña perdió a la suya a los diez años y la chilena cuando tenía dieciocho. Por otro lado, como Clarice Lispector, Eliana Dobry, la madre de Carla Guelfenbein, fue una intelectual con las mismas escasas dotes para el hogar y para cumplir el papel tradicional de madre que aquélla. De esta manera, 'Contigo en la distancia' es una novela que se presentaba para Carla Guelfenbein -según su propia confesión- como la oportunidad «secreta» o «discreta» de reconstruir la historia familiar y homenajear a la figura materna a través de la psicología de Vera Sigall, su heroína, una escritora reconocida que vive en Santiago de Chile y que, en las primeras páginas del libro, sufre un raro accidente en la escalera de su domicilio que la sume en un estado de coma.

A partir de ese desdichado episodio, la historia de Vera Sigall no tiene más remedio que rebobinarse. Y lo va a hacer a través de los personajes que dan nombre a los capítulos. Por un lado, está Daniel, el joven vecino que la encuentra tendida en un charco de sangre; que es quien llama a la ambulancia y quien empieza a tener la sospecha de que esa caída no ha sido tal. Está Emilia, una francesita de origen chileno que llega a la capital del país para poder trabajar en una tesis sobre la obra de Vera Sigall y que consigue tener un breve encuentro con ella antes del extraño accidente que permitirá técnicamente el viaje novelesco al pasado así como la dosificada revelación al lector -según avance en la lectura del texto- de unos lazos insospechados entre esa estudiante y su admirada escritora. Y está también otra voz en primera persona que corresponde a la de Horacio Infante, un gran amor que tuvo Vera Sigall en los años cincuenta y con el que traicionó a su marido aunque esta segunda relación, que es la que da realmente al libro un cuerpo narrativo, tampoco llegara a convertirse en definitiva.

Horacio es el poeta que intentó con tacto y con tácticas inteligentes ganar milímetro a milímetro terreno en el corazón de la escritora y con el que surgió una relación apasionada pero al mismo tiempo oscurecida por la rivalidad. Horacio no sólo no poseía el talento de Vera sino que le debía a Vera la modesta gloria que alcanzó con unos poemas que pasaron por las manos de ésta y frente a los cuales resulta mediocre toda su producción literaria anterior y posterior. La paradoja está en que, como personaje, Horacio, el gris, resulta mucho más interesante e incluso brillante que su amada, presuntamente admirable. De ésta se nos dice que es genial, pero no hay un solo rasgo en el texto que nos logre convencer de veras de ello.

No hay ningún rasgo que sugiera esa genialidad porque ese personaje carece de «infierno personal». La paradoja aún resulta mayor si cabe cuando se repara en el hecho de que ese infierno sí lo poseía la auténtica Clarice Lispector, una mujer atormentada por las dudas sobre el valor de sus escritos que no necesitaba de colegas de profesión envidiosos que pusieran éstos en tela de juicio. 'Contigo en la distancia' no es, de este modo, una novela fallida porque su personaje no se parezca a la gran escritora brasileña sino porque no se parece de verdad a ninguna escritora (probablemente ni siquiera a la propia Guelfenbein) sino más bien a una superficial diva del cine o las pasarelas; porque comparece descrita, en efecto, desde una «inverosímil y epidérmica distancia consigo misma» que no es la del ser creativo que lucha con sus demonios y fantasmas. Quien lucha con fantasmas y demonios en esta novela es sólo el logrado Horacio cuando rehace con elegancia y sutil pudor la amistad con Julián, el hijo de su antigua amante antes de que el libro derive (ésta es otra de sus apuestas fallidas) en unos burdos secretos de paternidad propios de una telenovela.

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