Sara Matheu, investigadora postdoctoral en el grupo de Sistemas Inteligentes y Telemáticos de la UMU. G. CARRIÓN

«Nunca me había planteado estudiar informática porque era para frikis»

Sara Matheu. Investigadora postdoctoral en el grupo de Sistemas Inteligentes y Telemáticos de la UMU

Sábado, 11 de febrero 2023, 08:45

El primer día que asistió a clase en la Facultad de Informática de la Universidad de Murcia, un profesor preguntó al grupo quiénes eran zurdos y a continuación afirmó: «Se sigue cumpliendo mi teoría. Hay más zurdos que mujeres en clase». Esta anécdota ha acompañado desde entonces a Sara Matheu, que se había decidido a estudiar el doble grado de Informática y Matemáticas (una opción que ese año fue elegida solamente por otras dos personas: una chica y un chico, y que solo ellas acabaron) y para quien ser una de las pocas mujeres en clase no ha supuesto ningún problema. «Jamás me he sentido excluida. Siempre me han tratado como a una igual», asegura satisfecha.

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Actualmente, trabaja como investigadora postdoctoral en el grupo de Sistemas Inteligentes y Telemáticos que dirige el catedrático Antonio Skarmeta. Precisamente gracias a su apoyo, Matheu arrancó su carrera investigadora en el marco de un proyecto de investigación para el que él tenía financiación y en el que fue contratada, antes de que le concedieran una beca nacional. «Nunca me había planteado estudiar informática porque pensaba que era para frikis, que solo estudiaban cómo arreglar ordenadores y hacer páginas web y videojuegos», pero cuando tuvo la posibilidad de combinarlo con matemáticas, no le pareció mala idea y luego cambió su percepción. Se encontró que la Informática no era solo hacer videojuegos, sino que ofrece muchas ramas: «Tiene muchas aplicaciones relacionadas con la Inteligencia Artificial, la ciencia de datos, el diseño de procesadores, la electrónica... así que la única salida no era el desarrollo de software, que no me gustaba».

Matheu se decantó por la Ciberseguridad por su estrecha relación con las matemáticas y trabaja en varios proyectos Europeos como BIECO o CERTIFY que abordan los dispositivos del Internet de las Cosas: sensores, videocámaras IP, juguetes inteligentes... Su investigación analiza la ciberseguridad que ofrecen en base a unos criterios comunes, con el objetivo de poder unificarlos bajo una etiqueta visual parecida a la que se emplea en eficiencia energética; de esa forma todo tipo de personas podrán entender qué grado de seguridad ofrece la tecnología que están comprando.

Dice divertida que, de niña, sus padres –sin ser científicos– además de muñecas solían regalarle juegos enfocados a la lógica, a la experimentación, a la ciencia. Libros de acertijos lógicos, puzles, videojuegos educativos, etc. y, más tarde, sus profesores de bachillerato la animaban a participar en Olimpiadas Científicas y a ir un poco más allá de lo que marcaba el currículum didáctico. Su abuelo también la animaba siempre a estudiar, a ser independiente y tener una buena carrera. «Seguro que todo eso, poco a poco, fue calando e hizo que se me dieran bien las matemáticas».

Asimismo, apunta a una de sus tías (quien se dedica a la medicina y también trabaja en una universidad) como la persona a quien acudía, y acude, cuando tiene alguna duda sobre su carrera o los siguientes pasos a seguir. En definitiva, considera que «sobre todo cuando eres adolescente, el apoyo de la familia es muy importante a la hora de enfocar tu futuro».

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Siempre ha sido una persona curiosa, le gustaba la lectura y la música (estudió violín en el conservatorio), aficiones que sigue manteniendo, junto con los puzles, los juegos de mesa y los animales. Ahora está embarazada de una niña, a la que le gustaría inculcarle una educación sin sesgos, que le permita acceder a todo tipo de oportunidades, en base a sus preferencias. Una opinión que comparte con su marido, también matemático, y una pieza clave en el desarrollo de su carrera ya que, como explica, «él conoce perfectamente lo complejo que es este trabajo y los sacrificios que hay que hacer, por lo que su apoyo es fundamental».

Mientras llega el momento de la crianza, a las jóvenes de hoy Sara Matheu les manda un mensaje tranquilizador: «Que no se preocupen en exceso a la hora de tomar decisiones referentes a su futuro, porque todas las opciones suelen estar bien. Es el momento de experimentar y nunca es tarde para cambiar de camino. De hecho, por mucho que te digan que no puedes hacer algo, no hagas caso; enfócate en tus objetivos y apuesta por ellos, no hay nada más satisfactorio que lograr lo que uno se propone».

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Anecdotario

Y habla desde la experiencia: «Uno de mis proyectos personales siempre fue crear un mecanismo de auto riego con sensores con un arduino (soy pésima con las plantas). Tras completar la parte informática, fui a la ferretería a por la electroválvula, los goteros, tuberías, etc. Cuando les expliqué lo que estaba haciendo, tanto un fontanero que estaba allí como el dependiente se rieron y dijeron que ya les llamaría cuando se me inundase la casa. A día de hoy no he tenido ningún problema».

Anécdotas no le faltan, pues tampoco tuvo muy buena experiencia cuando renovó el portátil durante la carrera. Le llegó con el disco duro estropeado; pero el vendedor no quería llevarlo al servicio técnico y le echaba la culpa diciendo que se debería estar quieta (ella había instalado Linux en el PC porque es lo que se usa en informática). «Al final tuve que ir con un compañero, al que sí que le hizo caso y conseguí arreglar el ordenador», cuenta.

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