Aromas de ciudad
Atanor ·
Atanor ·
El que una sustancia emita un aroma agradable significa que las moléculas aromáticas se ajustan a los receptores olfatorios y se transmiten señales al cerebro que se interpretan como agradables. Existen ciertas características que se asocian con los olores agradables. Por ejemplo, los olores que ... se perciben como frescos y limpios, a menudo, se asocian con emociones positivas, como la relajación y la comodidad. Por otro lado, los olores fuertes y desagradables, a menudo, se asocian con emociones negativas, como la incomodidad y el estrés. Además, se ha demostrado que ciertos olores pueden tener efectos fisiológicos y psicológicos en el cuerpo humano. Por ejemplo, el aroma de la lavanda se ha relacionado con la reducción del estrés y la ansiedad, mientras que el aroma del limón se ha relacionado con la mejora del estado de ánimo y la energía.
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El olor que más satisface a las personas es subjetivo y puede variar de una persona a otra. Sin embargo, algunos estudios sugieren que los olores que más agradan a las personas son aquellos asociados a la naturaleza y la frescura, como el aroma a hierba recién cortada, flores frescas, cítricos, vainilla, canela y chocolate. Estos olores pueden tener un efecto relajante y reconfortante en las personas. Hay evidencias que sugieren que el olor agradable puede variar según la cultura, la experiencia y la memoria asociada con ciertos olores. En general, los olores que más satisfacen a las personas son aquellos que les evocan emociones positivas y les hacen sentir cómodos y relajados.
Vivimos en ciudades, en concentraciones de personas, compartiendo espacios influenciados por varios factores que contribuyen al olor característico de una ciudad: la ubicación geográfica en relación con el mar, los ríos, las montañas y otros factores geográficos, la industria, la actividad productiva en una ciudad, la fabricación de productos químicos o la producción de alimentos puede contribuir significativamente; la comida y la gastronomía local, los mercados, los restaurantes y los bares pueden influir en el aroma de la ciudad; la flora y la fauna, las plantas, los árboles y los animales pueden emitir olores característicos; la limpieza y la higiene son importantes en la percepción del olor característico. La falta de limpieza y la mala gestión de residuos pueden contribuir a un mal olor en la ciudad.
En el siglo XVI las ciudades de la época estaban superpobladas, las calles eran estrechas y las casas se construían muy juntas, lo que dificultaba la circulación del aire y favorecía la acumulación de basura y residuos. Los sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales no existían, lo que provocaba una acumulación de aguas sucias y malolientes. Las ciudades del siglo XVII seguían siendo superpobladas y las condiciones sanitarias no eran muy buenas. A pesar de que en algunos lugares se habían establecido normas de limpieza y se habían construido sistemas de alcantarillado, todavía había muchos lugares donde la higiene era deficiente.
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Los olores que se podrían encontrar en una ciudad del siglo XVII incluirían el hedor de la basura, el excremento humano y animal, el olor a podredumbre de alimentos y la falta de higiene personal. En el siglo XVIII se iniciaron mejoras en cuanto a la higiene y la limpieza de las ciudades. Todavía habría lugares con malos olores, en general, la calidad del aire mejoró y se podían encontrar también aromas agradables. A lo largo del siglo XIX se hicieron esfuerzos por mejorar la higiene y la limpieza en las ciudades. Se construyeron sistemas de alcantarillado y se establecieron normas para la eliminación de residuos. También se construyeron parques y jardines públicos para mejorar la calidad del aire. En una ciudad del siglo XX, con los esfuerzos por mejorar la higiene y la limpieza, la calidad del aire mejoró significativamente y se redujo el impacto de los olores desagradables en las ciudades. Las ciudades en el siglo XXI también han visto el surgimiento de nuevas fragancias y productos de limpieza, algunos diseñados para reducir los olores desagradables y mejorar el ambiente en general.
Los olores y fragancias varían según la estación del año. Ahora que estamos en la puerta de la primavera, el aire se llena de aromas agradables de flores, hierba fresca y hojas nuevas en los árboles. Además, en primavera los árboles y las plantas comienzan a florecer, lo que puede crear un ambiente perfumado en toda la ciudad. A disfrutarlo que está que llega.
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