«Trece de las quince razas de caballo español que existen están en peligro»
M. J. MORENO
Lunes, 30 de enero 2017, 23:11
Toda su carrera ha estado enfocada hacia el campo de la Obstetricia y la Reproducción. Carla Morós estudió el Máster de Biología y Tecnología de la Reproducción en Mamíferos de la Universidad de Murcia, en el que descubrió que el trabajo de laboratorio realmente le gustaba. Poco a poco, se fue introduciendo en el terreno de la investigación y, al año siguiente, comenzó el doctorado, centrado en el estudio de la zona pelúcida, una envoltura que rodea los ovocitos de todos los mamíferos y que desarrolla un papel fundamental en el proceso de la fecundación.
Hasta septiembre de 2017 estará investigando en el Instituto Nacional de Investigación Agronómica INRA-Nouzilly (Francia), gracias a una beca posdoctoral financiada por la Fundación Séneca con la que cuenta desde 2015.
Lo que ocurra después lo desconoce: «En esta profesión nunca sabes lo que te deparará el futuro, en unos meses empezaré de nuevo a buscar trabajo, contratos de investigación, trabajo en la empresa privada, etc., cualquier cosa que tenga un poco de relación con lo que hago ahora y que me permita seguir trabajando en este campo».
En el Instituto Nacional de Investigación Agronómica (INRA) ha estado en el laboratorio de la doctora Goudet produciendo embriones de yegua y asna. «El objetivo es conseguir una técnica eficaz y repetible que permita producir embriones en estas especies para poder recuperar razas que se encuentran en peligro de extinción; es importante resaltar que hay muchas especies equinas, tanto salvajes como domésticas, que se encuentran en grave peligro de extinción. Además, en Francia la carrera deportiva equina es muy importante, por lo que es interesante a la hora de producir embriones de individuos de alto valor genético», explica.
Por el momento, han conseguido encontrar algunos agentes interesantes a la hora de capacitar los espermatozoides equinos, lo que supondrá un punto de partida, ya que, en condiciones 'in vitro', el espermatozoide equino no es capaz de fecundar el ovocito. En este año empezarán a realizar los ensayos de fecundación 'in vitro' (FIV).
Desde los años 90, momento en que en el INRA se consiguió obtener dos potros mediante FIV, ningún equipo ha vuelto a conseguir dicha hazaña; sin embargo, Carla Morós se muestra positiva al respecto: «Hace solamente un año se consiguió por primera vez obtener mediante FIV los primeros cachorros en la especie canina. Por otro lado, en la especie asnal hemos conseguido, por primera vez, poner a punto una técnica de punción folicular transvaginal ecoguiada y maduración 'in vitro' de ovocitos con muy buenos resultados».
Las técnicas desarrolladas no serán extrapolables a otras especies, pero lo interesante es que se trata de un proyecto de investigación que tiene una aplicación práctica inmediata, lo que supone un gran estímulo.
En España, las seis razas autóctonas asnales que existen se encuentran en peligro de extinción y lo mismo ocurre con las razas de caballos españoles, trece de las quince razas que hay se encuentran amenazadas; este mismo problema se presenta en Francia con las razas equinas autóctonas. Además, este problema no solo afecta a las razas domésticas sino también a las salvajes, por lo que la preservación del patrimonio genético es un asunto urgente.
De ahí que este proyecto sea interesante, ya que está enfocado para la recuperación de especies en peligro de extinción mediante el mantenimiento tanto de la línea masculina como de la línea femenina.
Embriones
A la hora de preservar una especie, es necesario centrarse tanto en la línea masculina, mediante la congelación espermática, como en la línea femenina, mediante la criopreservación de ovocitos. Sin embargo, la preservación de embriones es el método más rápido para restablecer una raza, ya que te permite conservar ambas líneas al mismo tiempo. En la especie equina, la preservación de la línea femenina aún no está totalmente bajo control. En la especie asnal, no se ha conseguido la preservación ni de la línea masculina ni de la línea femenina. El grupo del que forma parte Morós trabaja en colaboración con expertos de ambas líneas para poder abordar ambos aspectos.
Y no se trata de un trabajo de ciencia básica, sino que ya se conoce su aplicación, algo que, en su opinión, «lo hace más estimulante porque en investigación se trabaja duro y no siempre se obtienen los resultados esperados, por eso es importante mantenerse motivado».
Por otro lado, apunta, que «este tipo de investigación es beneficiosa a nivel social, ya que pretende preservar la biodiversidad equina; por un lado, mediante la preservación del patrimonio genético existente y también mediante la recuperación de razas en peligro de extinción. Pero, también es beneficiosa a nivel económico, estas técnicas han sido extensamente utilizadas en otras especies de ungulados, pero todavía no se han conseguido desarrollar en los équidos, lo que supondría un impacto en la innovación de la industria del caballo».
Con respecto a los siguientes pasos a seguir, la investigadora murciana instalada en Francia explica que, «de momento, estamos trabajando en condiciones experimentales con los animales de la yeguada del INRA, una vez que la técnica esté puesta a punto, se debe divulgar y conseguir medios para poder ponerla en práctica en aquellas razas que amenazadas, así como ponerla a disposición de la industria equina».
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