El investigador Francisco E. Nicolás, en un laboratorio de la UMU.

El Mucor, una mina científica

Hace más de 20 años que el grupo de investigación de Genómica y Biotecnología Molecular de Hongos de la Universidad de Murcia trabaja con el hongo Mucor. Un esfuerzo que le ha valido el reconocimiento de ser considerado el mayor experto mundial en la genética molecular de un hongo que suele ser inofensivo para personas sanas, pero que en individuos inmunodeprimidos puede provocar una enfermedad grave: la mucormicosis

:: M. J. M.

Viernes, 17 de junio 2016, 07:55

Hace más de 20 años que el grupo de investigación de Genómica y Biotecnología Molecular de Hongos de la Universidad de Murcia trabaja con el hongo Mucor. Un esfuerzo que le ha valido el reconocimiento de ser considerado el mayor experto mundial en la genética molecular de un hongo que suele ser inofensivo para personas sanas, pero que en individuos inmunodeprimidos puede provocar una enfermedad grave: la mucormicosis.

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Dado que no se trata de un solo espécimen sino que la familia 'Mucoraceae', contiene unos 25 géneros y cerca de 130 especies, las posibilidades científicas que ofrece son numerosas y de ahí que el grupo siga creciendo e incorporando personal, al frente de nuevas líneas de investigación.

Recientemente Francisco E. Nicolás, que ya colaboraba con el grupo en los últimos años, ha conseguido que el Ministerio de Economía y Competitividad le conceda uno de los escasos contratos Ramón y Cajal (solo se han otorgado 175 en toda España) con los que se pretende promover la incorporación de investigadores, con una trayectoria destacada en centros de I+D y que tienen una duración de cinco años.

Se trata de una de las convocatorias más demandadas a nivel nacional ya que permite una cierta estabilidad laboral, que se convierte en una oportunidad para los jóvenes investigadores a la hora de consolidar su carrera y obtener mejores oportunidades.

En el caso de Nicolás, quien conoce bien el trabajo del equipo que dirige Rosa María Ruíz Vázquez, «supone una importante oportunidad para seguir desarrollando trabajos en torno a Mucor, que se ha demostrado un organismo lleno de sorpresas».

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En su área de trabajo, siempre siguiendo el objetivo de encontrar las claves que esconde el genoma del hongo que les lleven a desarrollar nuevas terapias, el grupo cuenta con una línea más aplicada dentro de la que están manipulando la expresión de distintos genes (usando librerías de silenciamiento).

En concreto, según Nicolás, «empleando una tecnología desarrollada por el equipo de la Universidad de Murcia, lo que se hace es inactivar todos los genes del hongo -no todos a la vez porque moriría- con el fin de conseguir colecciones de hongos transformados con esa metodología, de modo que cada uno deja de expresar un gen».

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El genoma de Mucor tiene unos 11.000 genes y ellos han desarrollado, hasta el momento, una genoteca. Es decir, una librería de transformantes, con más de 50.000 variaciones. Ahora, en esa colección gigante de hongos modificados genéticamente se buscan fenotipos relacionados con la virulencia con la patogénesis (origen y evolución de la enfermedad). En definitiva, «lo que se pretende es detectar qué genes juegan un papel destacado en el hecho de que el hongo pueda resultar infeccioso o de que pueda hacerse resistente a los tratamientos. Si se logra, se sabrá a qué genes hay que atacar para conseguir que deje de hacerlo y así curar a quienes puedan estar infectados».

Actualmente ya disponen de resultados prometedores y han conseguido aislar algunos genes que reducen la fuerza con que actúa, aunque se trata de resultados aún por publicar en el circuito científico.

«En caso de que se demuestre que esos genes juegan un papel destacado a ese respecto -explica Francisco E. Nicolás- comenzaría una segunda fase en la que se tendría que estudiar qué producto tiene ese gen, cuáles son los dominios de las proteínas que producen, determinar qué moléculas interaccionan con estas proteínas y cuáles inhiben su acción... Se trata de un trabajo complejo, de ámbito biotecnológico, que se desarrolla fuera de la UMU».

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A tal fin, el grupo de 'Genómica y Biotecnología Molecular de Hongos' colabora con el equipo que Josep Guarro dirige en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. «La colaboración es fundamental, ya que permite trasladar los resultados a la clínica», explica el investigador de la UMU. Guarro i Artigas es el mayor experto de España en el aspecto clínico de infecciones fúngicas.

Nicolás, junto a Rosa Ruiz Vázquez y Santiago Torres, del grupo de la UMU, firmaban el trabajo que hace poco más de un año publicó la revista 'Nature' y en el que, en colaboración con investigadores de la Universidad de Duke (EE UU), se describía un novedoso mecanismo de resistencia a antibióticos. Según explicaron, el avance podría servir como base para desarrollar tratamientos para enfermedades provocadas por algunos hongos.

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