Paul Strand Estos ojos que te miran
Exposición. Hasta el 24 de enero de 2021 puede disfrutarse de una selecta muestra de obras del célebre fotógrafo, con la que abre sus puertas en Barcelona el centro de fotografía KBr de la Fundación MAPFRE
Siempre hay alguien parado frente a él; en silencio, observándole con mucha atención, intentando de algún modo descifrar el misterio que le rodea, y que ... hace que su mirada a través del tiempo, y de su rostro entero, resulte hipnótica. Hay personas a las que intimida, espectadores a los que desasosiega, y seres extraños a los que, incluso, conmueve; no sé si hay motivo para ello... El joven es el protagonista absoluto de una fotografía, titulada 'Muchacho' y realizada en 1916 en Gondeville (Charente, Francia). Una de las obras que, hasta el 24 de enero de 2021, pueden contemplarse en la exposición 'Paul Strand. Colecciones Fundación MAPFRE', una de las dos muestras &ndashla otra, espléndida también, está dedicada a Bill Brandt&ndash con las que se ha inaugurado el centro de fotografía KBr, en Barcelona.
También hay un paisaje bellísimo, inmortalizado de nuevo por Strand en 1954, localizado en las Hébridas Occidentales. La imagen &ndashplata en gelatina&ndash se titula 'Tir a'Mhurain, isla de South Uist'. En 1976, el fotógrafo escribió: «Me veo a mí mismo fundamentalmente como un explorador que ha pasado su vida en un largo viaje de descubrimiento». Disfrutando de sus fotografías, en el edificio del KBr tan próximo al mar, uno descubre esa emoción en cascada, de sutilezas y admiración ante la belleza en estado puro, que comparten las obras de arte con quienes se aproximan a ellas.
A lo largo de su larga trayectoria, destaca el comisario de la muestra, Juan Naranjo, «Strand desempeñó un papel fundamental en la dignificación de la fotografía como una disciplina equiparable a otras expresiones artísticas, y como un medio a través del cual ver el mundo y comprender nuestro lugar en él».
«Artista meticuloso», precisa Naranjo, «al aire libre procedía como un artista de estudio, tomándose su tiempo para capturar la imagen. Realizaba numerosos preparativos hasta conseguir la luz deseada e incluso buscaba el atuendo adecuado para sus retratados». No obstante, «paradójicamente sus primeras fotografías resultan más modernas que las que realiza entre 1950 y 1960, cuando se centra en la vida de pueblos y comunidades como Nueva Inglaterra (en Estados Unidos), Ghana, Luzzara (en Italia), etcétera, estableciendo una estrecha relación entre el territorio y sus habitantes, con un punto de vista que se puede considerar documental».

«Sin embargo», indica el comisario, «el propio Strand estaba convencido de la novedad de estas imágenes más tardías, en sintonía con la evolución del movimiento moderno, pues quiso mostrar el modo en el que el tiempo y la historia habían conformado el momento presente de cada lugar que fotografiaba».
Desde 2008, la Fundación MAPFRE ha ido logrando una colección de fotografías que actualmente cuenta con cerca de 1.300 obras, de autores tan importantes en el desarrollo de la fotografía histórica como Eugène Atget, Walker Evans, Garry Winogrand o el propio Strand, junto a otros artistas contemporáneos como Fazal Sheikh, Graciela Iturbide o Richard Learoyd, y sin que falten reconocidos autores españoles como Joan Colom, Alberto García-Alix o Cristina García Rodero. La apertura del KBr Fundación MAPFRE, explican sus responsables, «ofrece ahora la oportunidad de mostrar la obra de todos estos artistas de forma regular, a través de muestras colectivas o monográficas como esta primera» del fotógrafo neoyorkino de orígenes checos. Una muestra integrada por 110 fotografías, de las 131 que conserva la Fundación, «en la que es la colección más completa del autor custodiada en una institución europea».
El recorrido de esta exposición, describe Naranjo, «se divide en cuatro secciones que se conforman a partir de la manera de trabajar del artista, así como de su modo de comprender el mundo». Son las tituladas 'Geometrías: reconfigurando la mirada', 'Paisajes: de la vaporosidad al pintoresquismo geométrico', 'Retratos: de la mirada furtiva a la diversidad cultural', y 'Paisajes: cartografías emocionales. Los libros como proyecto'.
Mundo inmediato
Paul Strand hacía esta recomendación a los interesados en fotografiar: «Mira a las cosas que te rodean, al mundo inmediato que te circunda. Si estás vivo significará algo para ti, y si te importa la fotografía y sabes usarla buscarás crear imágenes llenas de sentido». A lo que añadía: «Si dejas que la visión de otros se interponga entre el mundo y tú, lograrás esa cosa vulgar y sin valor, una foto pictorialista». Lo tenía claro el artista: «No importa qué lente ni qué sensibilidad de película uses o cómo la reveles, ni siquiera cómo las imprimas: no puedes decir más de lo que puedas ver».
Sobre su modo de trabajar, resalta Naranjo que «decide lo que quiere antes de tomar la fotografía; nunca juega con lo accidental, trabaja con mucha lentitud, casi nunca corta una fotografía, a menudo sigue utilizando una cámara plana y pide formalmente a sus retratados que posen para él. Sus fotos se distinguen por su intencionalidad. Sus retratos son totalmente frontales». Así es: «El sujeto nos mira; nosotros miramos al sujeto; ha sido dispuesto de este modo. Pero en muchas otras fotos suyas de paisajes, objetos o edificios se da una parecida sensación de frontalidad. Su cámara no va libremente de un lado para otro. Su método es más peculiar. Se podría decir que es la antítesis del de Henri Cartier Bresson». ¿Por qué? Pues porque «el momento fotográfico de este último es un instante, una fracción de segundo, y él está al acecho de ese momento como un animal salvaje».
Sin embargo, para Strand, «el momento fotográfico es un momento biográfico o histórico, cuya duración no se mide idealmente en segundos, sino en su relación con toda una vida». «Strand &ndashprosigue&ndash no está a la caza y captura del instante, sino que hace que surja el momento del mismo modo que uno podría incitar a la narración de un cuento».
En su caso, señala el comisario, «lo que en definitiva determinó el éxito de sus retratos y sus paisajes &ndashque no son sino extensiones de sus retratados, invisibles en ese momento&ndash, es la capacidad para invitar a la narración, para presentarse a su sujeto de tal forma que este está deseando decir: 'Yo soy como me estás viendo'».
En sus textos de temática fotografíca, John Berger, a propósito de los espacios y temáticas elegidos por Strand para sus imágenes, señala que «el lugar escogido no es allí donde está a punto de suceder algo, sino es donde serán narrados cierto número de acontecimientos». «De este modo», pues, «sin hacer uso alguno de la anécdota, convierte a sus sujetos en narradores. El río se narra a sí mismo. El prado donde pastan los caballos cuenta su propio cuento. La mujer cuenta la historia de su matrimonio. En todos los casos, el fotógrafo ha escogido el lugar para situar su cámara como si fuera un oyente». ¿Su método? A juicio de Berger: «Deliberado, frontal, formal».
Estando clara «la habilidad técnica de Strand, su capacidad para seleccionar, su conocimiento de los lugares que visitaba, su ojo, su sentido del tiempo, su uso de la cámara», acierta en su observación Juan Naranjo: «Podría poseer todos esos talentos y no ser, sin embargo, capaz de producir tales imágenes. Lo que en definitiva determinó el éxito de sus retratos y sus paisajes es la capacidad para invitar a la narración, para presentarse a su sujeto de tal forma que éste está deseando decir: 'Yo soy como me estás viendo'».
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