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María Herrera Giménez
Psiquiatra
Sábado, 9 de diciembre 2023, 07:52
La poca seriedad de su proceder fue una de las claves de la personalidad pública de Andy Warhol, uno de los más grandes artistas del siglo XX, creador de obras emblemáticas de la historia del arte. Fue bautizado entre personas cercanas como 'Fantastic Mr. Fox' o «pequeño zorro blanco», un indicador de su curiosidad y astucia. Fue al mismo tiempo ilustrador, pintor, fotógrafo, cineasta, autor, creador de una revista y descubridor de talentos. Hizo de los botes de sopa Campbell, de las cajas de Brillo y las sillas eléctricas iconos atemporales.
En Pittsburgh, ciudad paradigmática de la clase obrera estadounidense, donde nació el 6 de agosto de 1928, transcurre su infancia, marcada por la pobreza y la enfermedad. Tímido y reservado, todo le da miedo; detesta el mínimo contacto físico, no quiere ir al colegio y la madre lo sobreprotege; a ella se apega con pasión haciéndose inseparables. Duermen juntos. Estudioso y aplicado, ya destacaba en dibujo. Sus profesores reconocían sus habilidades artísticas. Sin dinero para juguetes, su madre, Julia Warhola, mantenía a sus hijos entretenidos con manualidades artísticas.
Julia era muy religiosa y la religión dirigía su vida. Acudía con regularidad a la Iglesia, cuyos iconos eran rostros bizantinos: santos, apóstoles, arcángeles… alineados, colgados muy pegados, lo que sería motivo de inspiración de las serigrafía de Andy, quien durante toda su vida asistirá con regularidad a misa todos los domingos.
Con 8 años después de una infección por estreptococo inicia una escarlatina, enfermedad intratable en aquella época, que deriva en una fiebre reumática. La enfermedad avanzó y dio lugar a un cuadro neurológico: Corea de Sydenham o Baile de San Vito, que le deja como secuelas reumatismo y movimientos espasmódicos; los niños se reían de él a causa de sus temblores y aspecto físico ocasionándole baja autoestima e inestabilidad emocional.
Dibujaba y pintaba collages en casa; iba mucho al cine, que despertaba su pasión; en él se refugiaba, admirando el diseño de los vestuarios de grandes modistas. Podemos leer esta cinefilia infantil de Warhol como el embrión de lo que vendría después. Su película favorita era 'Alicia en el país de las maravillas', siendo su primer estudio, The Silver Factory, un homenaje a la película. Le gustaba jugar a imitar a Shirley Temple, su actriz favorita, niña huérfana necesitada de protección y afecto con la cual se identificaba. Buscaba la compañía de chicas para jugar con muñecas de cartón a las que les hacía vestidos.
Era un chico muy afeminado, hiperpigmentado y con la nariz roja, pero a través del dibujo, campo en que destaca con creces, obtiene el respeto de la gente.
Su padre fallece cuando tiene 13 años, Andy queda desconsolado y no acude al funeral; los tres días del velatorio permanece debajo de la cama. Durante la edad adulta no asistió a funerales, incluso al de su propia madre en 1972.
Desarrolla una gran hipocondría y fobia a insectos y microorganismos. Fue muy aprensivo en su vida adulta; angustiado paciente habitual de todo tipo de especialistas médicos, desarrolló gran desconfianza hacia los hospitales, lo que tendría después una repercusión negativa sobre su salud.
Con la muerte de su marido Julia se aferra a su hijo menor, Andy. Julia fabricaba flores brillantes con viejas latas de melocotón en almíbar. Poco antes de morir Andy atribuye a aquellas latas que usaba Julia la inspiración para pintar las latas de sopa Campbell. Sea o no sea cierta esta historia sobre el nacimiento del Pop Art, sí nos demuestra su deseo de dar crédito a su madre como referente de su primera obra con gran éxito.
Su infancia y adolescencia no son buenas etapa para él, era un adolescente solitario con aspecto físico extraño: acneico, con el pelo blanquecino y ralo, (nariz enrojecida) y una voz excesivamente aguda. Una serie de manchas de vitíligo le desfiguraban el rostro, lo apodan en el instituto «el ronchas».
Sus refugios serían el cine y el dibujo, fue el mejor alumno de Carnegie Museum of Art; pero era incapaz de establecer relaciones y hacer amistades siendo un chico torpe y aislado. En el Carnegie Institute of Technologie de Pittsburgh estudia dibujo y pintura haciendo de la técnica de serigrafía su sello personal. Destaca su inteligencia visual, con el tiempo va ganando confianza y madurez. Tendrá siempre en cuenta que las obras que hablan de la cultura propia del público son las que atraen la atención del mismo. Manifestaba curiosidad insaciable por las novedades artísticas en general y por las crónicas de la vida cultural neoyorquina en particular. Siempre estaba atento a las noticias de Jackson Pollock y Mark Rothko, así como de las galerías de arte de Manhattan y las obras teatrales de Tennessee Williams.
Andy aprendía y trabajaba, parece que por fin disfrutaba de la vida. Se diploma en diseño gráfico y decide instalarse en Nueva York, la ciudad de las ciudades, toda una revelación. Allí compagina estudios de arte y el trabajo de escaparatista en unos grandes almacenes. Empieza a publicar ilustraciones en 'Glamour', donde hay un error tipográfico con su apellido: de Warhola pasa a ser Warhol. Éste nuevo apellido sería el símbolo de su nueva existencia neoyorquina.
Durante unos meses vive en una comunidad artística: un pequeño apartamento compartido, recordará mas tarde ésta época como «época cucaracha», donde el dinero escaseaba. Se sentía muy desdichado por el físico, no tenía buen aspecto y su higiene dejaba mucho que desear. Había un conmovedor contraste entre su apariencia y el gran refinamiento de sus dibujos. La pintura era su antídoto contra la soledad y la angustia.
Se obsesionó por Truman Capote, al que escribía cartas que Truman no contestaba. Vivía con mucho desorden, su madre encontró 97 camisas sucias en el armario: prefería comprarlas a lavarlas y plancharlas. Ante tal situación de abandono la madre se traslada de Pittsburgh y se instala en Nueva York. Empieza a ganar más dinero y consigue alquilar un apartamento para ellos dos solos.
El aspecto físico de la madre y su comportamiento como campesina era incompatible con el mundo que quería conquistar. Trazó una especie de círculo invisible alrededor de la madre y el dúo vivió en solitario junto a los gatos que adoptó Andy. Conforme Andy asciende más al estrellato Julia Warhola bebía cada vez más, llegando finalmente a alcoholizarse.
La extrema soledad de Andy iba a la par de una inflexibilidad muy grande. Esta época de mucho trabajo: con muchas ilustraciones en revistas de moda, incluso portadas de libros y revistas. La famosa joyería Tiffany, así como el MOMA, le encargan las tarjetas de felicitación para sus clientes.
Era muy cultivado: leía mucho, tenía gran curiosidad intelectual. Asistía a representaciones teatrales y sesiones de lectura de poesía. Su imagen se va transformando haciéndose cada vez mas excéntrica: calzaba zapatillas de ballet para salir a la calle, mutilaba las corbatas, se maquillaba de blanco para atenuar la rojez de la nariz y las cicatrices del acné, se pintaba las uñas multicolores. La angustia y perturbación que le produce su calvicie hace que empiece a ponerse pelucas que a partir de 1964 serán plateadas. Hacia gimnasia ocular para dejar de llevar gafas, pues era sumamente miope. Se sometió a una costosa operación estética para cambiar el aspecto de su nariz roja y protuberante pero el resultado fue casi peor, pues las cicatrices quedaron muy visibles. Era una rara avis, demasiado desconcertante e insólito. Este rechazo habría de tener por fuerza repercusiones en el sentimiento acerca de su propia valía, de por sí resquebradiza, alimentando su pesimismo innato.
En 1954 ya era uno de los ilustradores más reconocidos y respetados de su generación. Desde la revista 'Bazaar' le ofrecen un modesto debut haciendo ilustraciones de zapatos que luego serían su principal fuente de ingresos.
Su vida profesional iba alcanzando cada vez mayor intensidad. En Bodley Gallery presenta un conjunto de zapatos dorados, con nombres de celebridades: Zsa Zsa Garbo, James Dean, Elvis Presley, Truman Capote… la crítica y la prensa lo presentan como un creativo publicitario que se divierte dibujando zapatos, pero no lo toman en serio. Estaba encasillado en el personaje de ilustrador con fantasía, pero en un plano muy secundario. Acumula hándicaps: su homosexualidad estaba mal vista en el mundo del arte pues los pintores debían ser viriles y tener amantes.
De su obra se desprende su obsesión por la belleza masculina, no se cansa de reproducirla en todas sus variantes, se rodea de jóvenes seductores. La muerte de Hester, gato al que adoraba, lo traumatizó; era el ser vivo al que más ama después de su madre. A partir de este momento se esforzará para que nada le afecte: comenzó a llevar gafas oscuras con cristales correctores, lo que hace que su mirada fuera impenetrable; como un escudo visual, quería mantener la distancia con el mundo exterior y todo lo que pudiera perturbarlo.
Diseñaba escaparates muy divertidos para lujosos establecimientos como Tiffany. Pero se implica en proyectos paralelos; el trabajo como ilustrador, la decoración de escaparates y los libros promocionales no iban a ayudarle a convertirse en el pintor que soñaba.
Mientras, su madre se hundía en la soledad y el alcoholismo, se sentía desplazada y marginada, como si su hijo renegara de ella. El ambiente en el domicilio era muy tenso, opresivo y triste: los gritos eran frecuentes, la madre decide volver a Pittsburh, y Andy cae en una depresión, por lo que empieza a acudir a un psiquiatra.
En aquella época en Nueva York se cuidaban mucho las apariencias; los expresionistas abstractos, que iban a ser desplazados por el naciente movimiento del Pop Art, eran la referencia, eran enemigos de la frivolidad. Andy Warhol estaba encasillado como dibujante de 'Vogue' y 'Harper's Bazaar'.
Así se inventó un nuevo personaje destinado a llamar la atención de quien lo conociera: un artista amanerado de palidez fantasmal que viste de negro, con peluca y gafas de sol de cristales ahumados expresándose con una voz muy femenina. En su discurso destacaba el flujo lento de palabras.
Se considera un tipo singular. Había fracasado en su intento de forjarse un aspecto normal (a través de la gimnasia, la cirugía nasal, trajes a medida…), así que triunfaría por el camino inverso: exagerando sus apariencias y acentuando al extremo su rareza natural.
A final de 1961 comienza a reproducir, con acrílico y lápiz de grafito, pequeños botes de sopa Campbell, llamados a cambiar su destino en unos meses. Experimenta con un nuevo arte de lo cotidiano. Con sus sopas Campbell, Warhol logra el equilibrio perfecto entre lo totalmente icónico y lo completamente ordinario.
1962 resultó el año determinante para su biografía: se propone adquirir una estatura artística de primer orden en Nueva York. Así se convierte en retratista de objetos cotidianos. Empieza a explorar otras vías en la línea de las botellas de Coca-Cola o los botes de sopa. Estos productos de gran consumo se convierten en iconos del arte contemporáneo. Era una representación chocante y a su vez poética del consumismo americano. Despertó críticas furiosas: lo acusaban de vulgaridad sin tener en cuenta su originalidad. Su nombre empieza a oírse, hasta el punto de ser entrevistado para un artículo dedicado al Pop Art naciente.
La expresión Pop Art o arte popular se había utilizado por primera vez Gran Bretaña en 1957, pero fue en su variedad norteamericana como alcanza una gran resonancia. Con este término nos referimos a un grupo de artistas que extraían de su contexto imágenes y objetos de la cultura popular.
El arte debe trazar una intersección con el mundo cotidiano que lo rodea, con el flujo social, esta noción estuvo después en el centro de todo lo que Andy Warhol, fue una guía para él.
En el verano de 1962 adoptó la técnica de serigrafía, lo que le permite la repetición y multiplicación de una misma imagen. En otoño de 1962 vio la coronación de todo su esfuerzo: Participa en una exposición colectiva dedicada al Por Art en Manhattan, donde presenta '200 latas de sopa Campbell'. Llama la atención de todo el mundo.
A continuación realiza el retrato de la actriz más popular del S. XX, Marilyn Monroe, convirtiéndose en el retrato más famoso inmortalizado por Andy Warhol. Ningún cuadro como el retrato de Marilyn Monroe ha sido jamás tan reapropiado, tan reinterpretado en todas las formas imaginables, reproducido en carteles, tarjetas, postales, tazas, bolsos incluso en cochecitos de bebés. Cuando Marilyn murió todos quedaron conmocionados. Los retratos que Andy Warhol hizo sirvieron de acompañamiento y consuelo para todos cuantos la admiraron. Días después de su muerte Andy compró una de sus fotos y decidió utilizarla para una serie de retratos. Escogió tonos llamativos y ácidos para destacar mejor el contraste entre la vulnerabilidad de la mujer y la violencia de su prematuro final con treinta y seis años de edad.
Inicia su exploración al lado mas oscuro de Estados Unidos, culminando con su serie de «muertes y desastres» con sillas eléctricas evocando la pena de muerte, lo más siniestro de la sociedad americana. El fenómeno de la repetición, con hasta veinte imágenes en fila resultaba muy opresivo. En determinados sectores estas series eran intolerables; se consideraban puro voyerismo morboso. Actualmente se hallan entre las mejores obras de arte de los años sesenta.
Él se reafirmaba en su completa neutralidad, seguía pintando sin hacer el menor comentario oficial.
De pronto el Por Art estaba en todas partes: televisión, periódicos, museos… Apasionado por todas las disciplinas artísticas, rueda su primera película. Tenía a Jean Cocteau por modelo, el hombre orquesta por definición, escritor, ilustrador y realizador. Es el único pintor del Pop Art que se decide a dar un paso al cine. Se le ocurrió filmar 'Sleep': John Giorno durante 5 horas y 26 minutos durmiendo.
En septiembre de 1963 arranca su nuevo taller: 'The Silver Factory'. Se utilizan centenares de rollos de papel de aluminio y pintura, así como pintura plateada en spray. Empiezan a habitarla una fauna inquietante que aparecía y desaparecía durante la jornada. Las drogas eran el único líder. Trabajaba en nuevos proyectos que no dejaban de generar controversia. Proseguía su exploración del consumismo norteamericano presentando esculturas y nuevas variaciones de los códigos de publicidad que no dejaba de revisar.
Inició su primera serie dedicada a Jacqueline Kennedy, viuda desde el asesinato de John Ford Kennedy tres meses antes. Al igual que Marilyn se había convertido en el símbolo de la tragedia americana.
En enero de 1964 Ileone Sonnaberd le ofreció organizar su primera exposición en París, le conquistó la singularidad de su mirada y le conmovió la soledad que padecía a pesar de estar siempre rodeado de gente. Una serie de obras que representaban desastres y muertes violentas, suicidios, accidentes mortales en carretera, sillas eléctricas. El público parisino de inmediato se quedó en shock, impactado e impresionado.
Andy Warhol desplegaba mucha energía: trabajaba durante el día y salía todas las noches hasta el amanecer. Sus películas tenían un carácter provocador incontestable, se inscribía dentro de un grupo de realizadores underground cuyo cine experimental se había liberado de las formas dramáticas y visuales del viejo Hollywood. Una contestación neoyorkina a los modelos que imperaban en la producción cinematográfica tradicional.
Tenía mucha habilidad para que se hablara de él alimentando la rumorología en torno a todo lo que llevaba su firma. The Factory se convirtió en un lugar de reunión para la gente guapa pero también para la excéntrica e intelectual. Pintaba junto a sus ayudantes y rodaba películas. Aparecer en una película de Warhol era una garantía de veracidad y estatus en el mercado del arte. The Factory era un lugar único, atípico, una cantera de experimentación que ofrecía espectáculos extravagantes, donde todo estaba permitido. Había música rock y opera al mismo tiempo. La gente consumía todo tipo de tóxicos mientras Andy permanecía imperturbable como si estuviera en otro planeta absorto en su trabajo. Antes que nada era pintor y de ello vivía. Pintó una serie perteneciente a su colección 'Flowers'. Se presentaron en la galería de Leo Castelli, la más prestigiosa de Nueva York.
Vivía y trabajaba en grupo, su presencia incitaba a las personas a ser exhibicionistas, había mucha competencia por hacerse notar. Se crea un personaje de artista despegado y frío convirtiéndose en una persona de orden dentro del caos y desorden que lo rodean. Era el único artista plástico al que se le concedía un trato próximo al de estrella de cine. Se empieza a interesar por la música rock, asiste a un concierto de The Velvet Underground, fundado por Lou Reed, queda cautivado por la agresividad y rabia de estos, incluso les propone ser su agente. Los quería relanzar como una cantante carismática, pensando en Nico, una joven modelo alemana que había debutado en el cine con 'La Dolce Vita' de Fellini y aspiraba a convertirse en cantante. Andy al conocerla quiso hacerla estrella de sus películas y de la Velvet Underground.
Permitía que su estudio se utilizara para recitales poéticos, para obras teatrales, para cualquier experimento vanguardista. A Warhol le gustaba provocar y dinamitar la conciencia de Estados Unidos. Durante el verano de 1966 rodó su película más famosa, 'Chelsea Girls', con su nuevo socio: Paul Morrisey. Gracias a él su cine pasó a ser menos amateur y más cuidadoso. El título hace referencia a un hotel famoso por acoger a personas excéntricas y marginales en el que varios miembros de The Factory se hospedaron a lo largo de años. Hospedó a Tennessee Williams o Jack Kerouac quien escribió allí 'On the road'. Durante los años 60 se convirtió en el refugio del underground neoyorquino. El largo retrataba la estampa descorazonadora en la que se había convertido el universo de Warhol.
Andy y sus amigos eran unos personajes a la deriva ocultos tras inquietantes máscaras donde Andy era el indiscutible jefe del grupo.
1967 es un año de transición: se produce la ruptura con The Velvet Underground, aparece Fred Hughes, su hombre de negocios, que accede a esferas de su vida inaccesibles hasta la fecha, abandona The Silver Factory buscando otro sitio. Crea una empresa, Andy Warhol Films. El festival de Cannes decide no programar 'Chelsea Girls' pues mostraba con mucha dureza el universo de Warhol. Al volver a Nueva York rueda 'I am a man', donde da un pequeño papel a Valerie Solana, que intentaría matarlo posteriormente. Valerie rondaba siempre a su alrededor, decía que Andy iba a llevar a pantalla uno de sus guiones.
Andy Warhol siempre se mantenía curioso ante toda nueva experimentación con un estilo muy provocador y acido. Desconcertaba a la gente pues pasaba continuamente de la ironía a la inocencia.
Como cineasta había dirigido una mirada fría y de voyeur sobre lo banal de la cotidianidad. En todos estos dominios sus propuestas warholianas habían sido crudas, ácidas, agresivas, pero su fascinación perduró en el tiempo. Andy había dado lugar a un mundo al borde de la locura acompañado de tragedias personales, desolación afectiva, psicodramas y suicidios.
Frederick Hughes, joven de Texas inteligente y culto, extremadamente snob y megalómano, sería la mano derecha de Andy. Era físicamente muy seductor, con mucho sentido del humor, aportaba a Andy proyectos y clientes allanándole obstáculos. La vuelta al orden conllevó una gran reorganización de su círculo social. El universo Warhol cambió de dirección. En la nueva Factory se tomaron medidas para evitar que personas agresivas lo intimidaran o atacara pero el 3 de junio de 1968 Valerie Solanas se presentó en The Factory pidiendo hablar con Andy. Cuando se encontró con él llevaba una pistola y le disparó tres veces, la tercera bala le perforó los órganos vitales. Cuando lo trasladaron al hospital de Columbus fue declarado clínicamente muerto, pero finalmente superó esta gran adversidad tras una intervención quirúrgica de cinco horas y más de ocho semanas de hospitalización. Se recuperó lentamente con unos dolores lacerantes y el torso cosido de un extremo al otro.
Valerie declaró que había intentado matar a Warhol para que se hablara de ella y conseguir que se montara su obra de teatro que había rechazado en todas partes. Se presentó por voluntad propia en la comisaría, reconoció la tentativa de asesinato y declaró que Andy ejercía demasiada influencia sobre su vida. Se sentía controlada por él y quería poner fin a esta situación pues se sentía atada.
Desde entonces Andy no volvería a ser nunca el mismo, no le abandonaría un sentimiento de ansiedad y temor. Valerie Solanas había destrozado la mínima confianza de Warhol, pero este asunto disparó los precios de sus obras. Los coleccionistas se sentían apremiados por adquirir su obra. Un Warhol podía convertirse en un artículo raro de encontrar y los especuladores se precipitaban sobre su obra.
El intento de asesinato fue un episodio determinante en su vida. Cuando Valerie sale del hospital psiquiátrico llamó de inmediato a Warhol pidiéndole dinero para pagar a sus abogados y exigiendo invitaciones para programas de televisión. Al poco volvió a ingresar. Desde 1965 iba a todas partes con su grabadora Sony a la que llamaba «mi esposa» a fin de grabar las conversaciones pensando que fueran motivos para obras de teatro, películas o libros. Grababa todas sus cintas y a su muerte se encontraron mas de 4.000 en su estudio.
Sus excentricidades acrecentaban su leyenda. Después del atentado sus conductas rozaban la paranoia. Su proyecto más importante fue el lanzamiento de la revista Interview. En 1972 falleció Julia Warhola con 81 años. Andy murió el 22 de febrero de 1987 tras una operación de vesícula biliar. Estaba leyendo las memorias de Cocteau.
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