La insaciable sed de conocer que caracteriza a la humanidad es una fuerza motriz tras muchos de los logros más notables de nuestra especie. Esta curiosidad innata, este deseo de entender y explorar lo desconocido, ha dado forma a la Historia y a la Cultura ... humanas, llevándonos a descubrir nuevas tierras, desarrollar tecnologías revolucionarias y lograr una comprensión profunda sobre nosotros mismos y el Universo que nos rodea.
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Un estudio reciente revitaliza el papel del núcleo accumbens que, situado en la parte de atrás de nuestros ojos y de la nariz, conforma un espacio, que es una parte del cerebro asociada con el sistema de recompensa, placer, adicciones, miedo y agresión. El núcleo accumbens juega un papel crucial en la formación de refuerzos positivos y la generación de sentimientos de placer. Por ejemplo, cuando una persona experimenta algo gratificante, como comer algo sabroso o recibir elogios, es el núcleo accumbens el que se activa. Es por esta razón que esta área del cerebro se ha estudiado extensamente en relación con las adicciones, ya que las drogas de abuso pueden actuar sobre este sistema y aumentar la liberación de neurotransmisores como la dopamina, intensificando las sensaciones de placer y reforzando comportamientos adictivos. Son como un archipiélago de zonas pequeñas no conectadas en un núcleo más grande. Cuando se activan, sentimos placer. Cuando pensamos en la evolución del cerebro humano, comparado con el de los simios, pensamos en la expansión de la corteza. En el caso del núcleo accumbens no ha aumentado mucho de tamaño.
El cerebro consume hasta un 20-25% de la energía basal. Los primates necesitan menos. Necesitamos dietas mucho más calóricas que los primates, que son hervíboros. Se suele asociar la evolución a la ingesta de carne. Al principio, al aumentar el tamaño del cerebro, la evolución no debió estar asociada exactamente a la ingesta de carne, sino de grasa. Tenían que romper el hueso para acceder a la medula ósea y previamente cazar los animales que se encontraran. Acceder a la médula ósea para alimentarse ha sido una práctica observada en muchos depredadores y también en nuestros antepasados prehistóricos. La médula ósea es rica en nutrientes, especialmente en grasas, lo que la convierte en una fuente valiosa de energía.
Es el control de la ingesta de grasa lo que permitió que el cerebro se expandiera y por ello nos gusta la grasa. Han medido los niveles del neuropeptido Y en el núcleo accumbens y han visto que son mayores que en los grandes simios. Esto justifica que el cerebro tenga más energía y evolucione. El cerebro tiene mucha grasa; acumula grasa. Se ha hecho mucho hincapié en la ingesta de carne, pero es la grasa. Ahí radica la pulsión por la grasa. La evolución de los humanos indica que estar grueso es señal de salud, como lo fue en otro tiempo. Los bebés son mucho más gorditos que los de los demás animales. Se puede afirmar que estamos predispuestos a acumular grasa,
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El neuropeotido Y, es como una proteína de 36 aminoácidos. Una proteína normal contiene hasta muchos miles. Está implicado en muchas funciones, como la señal del hambre. Forma parte del sistema de señales: el intestino genera las de hambre, el páncreas las de saciedad. Pero no solo está ligado a la ingesta, sino al estrés. Tiene efectos ansiolíticos, La ansiedad se calma comiendo. La clave para algunas personas es tomar alcohol o drogas, en suma, adicciones. Somos susceptibles de la obesidad y la adicción. Otros animales también lo sufren, como las ratas adictas a la cocaína. En la vida salvaje no tienen acceso a comida en abundancia.
Todas nuestras decisiones tienen una componente moral. Hasta cierto punto, el hedonismo es adaptativo. «Hace bien» a la especie, «hace bien» a nosotros y a los demás. Esto evolutivamente ¿cuándo ha surgido? Las relaciones afectuosas se dan en animales, no solo con sus crías, sino con los compañeros de manada. La ingesta produce placer, el sexo, también, pero las relaciones que nos ligan a otros humanos, obedecen a que apareció un vínculo evolutivo, que es importante descubrir. Por qué las cosas estéticas nos proporcionan placer. El núcleo acumbens se ve afectado por las cosas estéticas. Todo parece indicar que el libre albedrío esta codificado en el cerebro y sus circuitos. Las que podemos denominar inclinaciones, como en el caso de las drogas de abuso nos generarán más problemas. Auténtica enfermedad.
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