Hace poco que se ha dado a conocer. La Ciencia ampara a la Tecnología, toda vez que asienta el conocimiento. Así se configura el progreso. Una plataforma tecnológica de Silicon Valley, fundada por un cirujano, Alberto Rodríguez, ha combinado robótica con técnica magnética para facilitar ... las intervenciones quirúrgicas al reducir la invasión, incrementar el número de intervenciones y emplear menos tiempo en la recuperación de los pacientes e introducir eficiencia en la gestión hospitalaria. Se trata de hacer menos incisiones para las intervenciones, disminuyendo las molestias a los pacientes; reduciendo el uso de calmantes para paliar las molestias y así se disminuyen las infecciones, etc. Mediante cámaras se visualizan las zonas a intervenir y por dentro se sitúa un imán que, con el concurso de otro exterior, fijan la posición concreta para ser intervenida.

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Focalizando los aspectos inspiradores, el creador de la técnica explica que, de pequeño limpiaba la pecera de su casa mediante dos imanes, uno que manejaba con sus manos desde el exterior y que servía para mover otro dentro del agua que seguía los movimientos del primero. ¡Cómo no!, ahora, la próxima versión del robot cirujano incorporará Inteligencia Artificial.

En la historia de la humanidad, la inspiración constante ha permitido desarrollo que han proporcionado mucho bienestar gracias a la imitación de esos procesos tan depurados que nos ofrece la naturaleza. Un buen ejemplo de ello es la anécdota sobre Einstein, que se inspiró sobre la velocidad de la luz mientras observaba un reloj de la estación de ferrocarril. Es un relato fascinante que ilustra cómo las observaciones cotidianas pueden llevar a grandes descubrimientos científicos. Aunque esta historia tiene un carácter más legendario que factual, se ajusta bien al espíritu de cómo Einstein llegó a algunas de sus revolucionarias ideas. En este caso, sería el legado «el reloj que iluminó el tiempo» y sucedió de este modo: era un día como cualquier otro en la pequeña ciudad donde Albert Einstein, joven y pensativo, esperaba el tren para regresar a casa después de un día de trabajo.

Mientras esperaba, su mirada se detuvo en el gran reloj de la estación, cuyas manecillas marcaban implacablemente el paso del tiempo. Einstein, siempre fascinado por los misterios del universo, comenzó a reflexionar sobre el tiempo y el espacio. Observó cómo la luz del sol se reflejaba en el reloj y cómo, sin importar dónde se encontrase él en la plataforma, el tiempo indicado por el reloj siempre era el mismo. Esto le llevó a una pregunta profunda: «¿Qué pasaría si viajara junto a un rayo de luz o cabalgando sobre él? ¿Vería el tiempo en el reloj moverse de la misma manera?». En este viaje imaginario, él se dio cuenta de que, si pudiera moverse a esa velocidad, el tiempo en el reloj parecería detenerse. La luz, siempre constante en su velocidad, ofrecía una perspectiva totalmente diferente del tiempo y el espacio. Este pensamiento fue el germen de lo que eventualmente se convertiría en su teoría de la relatividad especial.

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En ella, Einstein postularía que las leyes de la física son las mismas para todos los observadores no acelerados y que la velocidad de la luz en el vacío es la misma, sin importar la velocidad a la que se mueva el observador o la fuente de luz. El tren finalmente llegó, y Einstein subió a bordo, pero su mente ya estaba viajando a velocidades inimaginables. En los años siguientes, estos pensamientos formarían la base de su obra revolucionaria, cambiando para siempre nuestra comprensión del universo. Este relato, aunque inspirado en leyendas sobre Einstein, refleja cómo su capacidad para realizar experimentos mentales y cuestionar las percepciones convencionales del tiempo y el espacio lo llevó a algunas de las más grandes contribuciones a la física moderna.

La inspiración es crucial en el ámbito científico y ha jugado un papel fundamental en numerosos descubrimientos y avances científicos. Ejemplos históricos son Newton y la manzana, o Arquímedes y su «¡Eureka!». Además de semilla para descubrimientos, la inspiración implica un cambio en la forma de pensar. Puede surgir de la observación, la curiosidad y la capacidad de conectar ideas aparentemente no relacionadas. Destacamos la importancia de la intuición y la imaginación en la formulación de hipótesis y teorías. El entorno de trabajo, la colaboración y la interdisciplinariedad pueden fomentar momentos de inspiración. La inspiración ha sido un elemento crucial en el avance de la ciencia.

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