En puertas de una década dorada
El deporte asoma la cabeza ·
La lucha del Real Murcia por subir a Primera, el triunfo del Cartagena en el Campeonato de España de fútbol aficionado y las gestas de los García Gallego dieron lustre al deporte regionalSecciones
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El deporte asoma la cabeza ·
La lucha del Real Murcia por subir a Primera, el triunfo del Cartagena en el Campeonato de España de fútbol aficionado y las gestas de los García Gallego dieron lustre al deporte regionalA más de un veterano aficionado del Real Murcia se la saltan las lágrimas al recordar el pasado. Los últimos años setenta dieron paso a la etapa triunfal del club. Entre tanta solemnidad política e institucional, los murcianistas se preparaban para entrar en la colorida década que se avecinaba, la de los 80. Pero antes tuvo que sortear dos campañas, las que fueron de 1977 a 1979, en las que el club atravesó una complicada situación, que, aun así, para sí quisieran los actuales gestores granas. El curso que concluyó en mayo del 78 fue de transición, pero dejó nombres propios que aún permanecen en el recuerdo del murcianismo, como los de Rolón, máximo goleador de aquel equipo, Chuchi García, Manolo Álvarez o García Murcia.
El mal trago llegó al año siguiente. Las cosas no fueron bien en el campo, el equipo evitó el descenso en la última jornada con un triunfo en Algeciras. Fue el 17 de junio de 1979 y Ojeda, un cerrojo en la portería, y Álvarez, que provocó y transformó un penalti, fueron los protagonistas. Tampoco fue bien en lo económico: el club debía más de 83 millones de pesetas. Así las cosas, lo más llamativo de aquel curso que arrancó en septiembre del 78 fue la entrada en la directiva de Moreno Jiménez de tres pesos pesados: Joaquín Sánchez Rex, Jesús Zamora y José Pardo Cano. El último se puso al frente en la temporada 1979-80 e inauguró una etapa triunfal, que se pudo disfrutar en un estadio de La Condomina con nueva grada de preferencia, que se estrenó el 15 de octubre de 1978, en el partido Real Murcia-Betis, y que sustituyó a la anterior, que había sido declarada en ruina. De la mano de Pardo Cano, el Real Murcia regresó a la máxima categoría del fútbol español en 1980.
La novedad del estreno de la grada y la afluencia de público al partido hizo que los problemas se intensificaran y que el presidente del club acabara enfadado y presenciando el partido en uno de los córners. El propio presidente advirtió entonces de que tomaría serias medidas contra lo que él calificó una «vergüenza».
Jesús Zamora, vicepresidente y encargado de las obras, dijo: «Hay mucho chupeteo aquí, ya que de las 450 butacas existentes de 100.000 pesetas -en propiedad, para aportar fondos al club- hay vendidas solo 250 y están todas ocupadas».
Las decisiones no se hicieron esperar y el club prescindió de todo el personal del campo y al día siguiente se abrió un plazo de inscripción para cubrir cincuenta plazas de azafatas -de entre dieciocho y treinta años-, que deberían examinarse y seguir un cursillo para cubrir servicios en puertas, acomodación en las gradas, inspección, información, relaciones públicas, así como jefatura de personal. Estos dos últimos cargos serían de plantilla, mientras que el resto iban a cobrar mil pesetas por su trabajo de cada jornada. Esta medida de disponer de personal femenino era algo inédito en el fútbol español.
Los aficionados al fútbol de Cartagena lo tuvieron más difícil. El equipo militaba en la Tercera División en 1978, pero, al igual que ocurrió en Murcia, lo mejor llegó en la década de los ochenta, tras unos oscuros setenta. Hace cuarenta años, no obstante, los aficionados cartageneros se fueron de celebración. El 30 de junio, en El Almarjal, en un partido que duró más de tres horas, el Cartagena se proclamó campeón de España de aficionados. Derrotó al Almansa en el partido de vuelta en la tanda de penaltis. El delirio de la grada, en una noche en la que llovió con fuerza, llegó cuando Barrera introdujo el balón en el portal de Santos. Era la 1.20 de la madrugada y el título se decidió en el decimocuarto lanzamiento. El conjunto albinegro alineó aquel día a Urquiaga, Arango, Azurmendi, Barrera, Ballesteros, Cano, Emilio, Del Moral, Añil, Savall y Nieto.
El club había iniciado un año antes una fulgurante escalada. En 1980 logró plaza en la Segunda División B y en 1982 alcanzó la Segunda. En cinco temporadas pasó de la categoría regional al fútbol profesional. El Cartagena vivió su época dorada y permaneció seis temporadas consecutivas en el segundo escalón del fútbol nacional.
Si la lucha en Murcia era por subir a Primera, y en Cartagena a Segunda, en Lorca se competía por alcanzar la Tercera División. Se logró en 1979 y la entrada de los ochenta también sirvió para que se diera un vuelco al fútbol lorquino. Fue gracias a la llegada al club de Moreno Manzaneque, quien sustituyó a Fernando Lillo en el banquillo. La mujer de Manzaneque, María Ignacia Hoppichler, fue nombrada presidenta y el matrimonio se hizo con el control del club y el fútbol lorquino alcanzó su cota máxima el 27 de mayo de 1984, día en el que empató en Antequera y logró el ascenso a la Segunda División.
Aparte del fútbol, en estos años había poco donde elegir en el deporte. Pero en Murcia hubo suerte. Los hermanos García Gallego se encargaron de que toda España estuviera pendiente, primero de Miguel Ángel, quien exploró y escaló los más importantes picos del mundo e inauguró rutas en las más difíciles paredes de los cinco continentes. Junto al premio Príncipe de Asturias Jerónimo López, presidente del programa polar español y premio Príncipe de Asturias a la ciencia, abrió 'The Nose', la primera vía española en una gran ruta norteamericana en El Capitán. También abrió nuevos itinerarios en las Torres del Trango (Pakistán), la montaña técnicamente más difícil del Himalaya.
Su hermano José Luis, por herencia y vocación, comenzó a recorrer los parajes naturales de la Región con apenas ocho años, siguiendo los pasos de su tío José García 'El Almirante', fundador de la entidad más prestigiosa y veterana a nivel regional, el Club Montañero de Murcia, y de su hermano mayor Miguel Ángel, también pionero en el ascenso invernal de la cara oeste del Naranjo de Bulnes, pico que está estrechamente vinculado a los García Gallego. José Luis ha estado presente en cinco de las siete rutas abiertas por los Gallego en la pared oeste del Naranjo. En 1978, con su hermano Juan Carlos, Alfonso Cerdán y Juan Carlos Ferrer, abrieron la vía Murciana por la cara oeste, empleando diez días de escalada.
Cartagena acogió hace cuarenta años la primera final de la ya denominada Copa del Rey de balonmano. Fue el 5 de junio de 1978, en el Pabellón Central. Se enfrentaron el Colpisa y el Barcelona. Ganaron los alicantinos por la mínima (15-14).
En 1978 nacieron el marchador Juanma Molina, el jugador de fútbol sala Kike Boned y el futbolista Mista. Ellos lo han tenido más fácil.
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