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F. CARRERES
Domingo, 11 de mayo 2014, 12:34
Las escuelas oficiales de idiomas, la academia del barrio, la fundación tripartita, la universidad o el instituto. La cantidad de centros y de instituciones públicas y privadas que imparten enseñanzas oficiales de idiomas se ha multiplicado en la última década, casi al mismo ritmo que el catálogo de títulos considerados válidos, hasta el punto de que la maraña de diplomas genera habitualmente confusiones y provoca trabas burocráticas. La Dirección General de Universidades quiere poner orden al catálogo de diplomas, y aclarar las correspondencias de los diferentes títulos. Para ello, está ultimando la redacción de un decreto que fijará todos los niveles y posibilidades. De esa manera, se evitarán confusiones y diferencias de criterio entre diferentes organismos, como ocurre con frecuencia actualmente, por ejemplo, cuando se convocan oposiciones y se requiere a los aspirantes el nivel B2, el más habitual. Muchos se han encontrado en más de una ocasión con que su título oficial no se da por bueno, o la propia administración ha tenido que añadir una adenda a la convocatoria aclarando qué títulos son válidos.
El catálogo diseñado por la Consejería de Educación clarifica la validez de los títulos aceptados para inglés, francés, alemán, italiano y español. Las tablas se han elaborado de acuerdo a las directrices del Marco Europeo Común de Referencia para las Lenguas (MERCL), en el que se detallan los seis niveles de dominio de un idioma que se pueden alcanzar. En la Región, el catálogo queda reducido a cuatro títulos, los más habituales. El nivel B (usuario independiente), que se subdividiría en B1 (umbral), en el que «el usuario es capaz de desenvolverse en la mayor parte de las situaciones que pueden surgir durante un viaje por zonas donde se utiliza la lengua objeto de estudio», y el B2 (avanzado), «en el que puede relacionarse con hablantes nativos con un grado suficiente de fluidez y naturalidad, de modo que la comunicación se realice sin esfuerzo por parte de los interlocutores».
El B2 es precisamente el requerido ahora por el Ministerio de Educación para conseguir una beca Erasmus, lo que provocó la polémica porque se considera un umbral demasiado avanzado para la media de los universitarios murcianos. Por encima están el nivel C (usuario competente), con sus niveles C1 (dominio operativo eficaz), apropiado para tareas más complejas de trabajo y estudio y que generalmente lo alcanzan personas con estudios académicos medios o superiores en su lengua materna», y el C2 (maestría), que «no implica una competencia de hablante nativo o próxima a la de un nativo, sino un grado de precisión, propiedad y facilidad en el uso de la lengua que tipifica el habla de los alumnos brillantes».
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