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MIGUEL RUBIO mrubio@laverdad.es
Domingo, 10 de noviembre 2013, 03:24
La decisión municipal de construir una urna de hormigón y cristal para poder contemplar el barco fenicio de la playa de La Isla en el mismo sitio donde está hundido, no convence a todos. El catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza Manuel Martín Bueno considera que la mejor opción sería extraer la embarcación del fondo, tratar la madera con un barniz especial para consolidarla y evitar que se deforme, y, finalmente, exponer la nave 'en seco' en un museo.
Martín Bueno, que acude el próximo fin de semana al congreso internacional que sobre el barco fenicio se celebra en Mazarrón, explica que así se ha hecho con otros pecios. Y argumenta que la extracción de la embarcación permitiría realizar un «estudio completo» de la construcción naval y acometer una excavación arqueológica que arroje luz sobre este yacimiento subacuático, ya que podría haber más barcos hundidos.
De materializarse la iniciativa que pretende el consistorio mazarronero, sería un caso único, con los riesgos y las posibilidades que eso conlleva. El catedrático de la Universidad de Zaragoza advierte de que no se ha hecho nada igual, y que solo conoce algo parecido en Italia, donde en alguna zonas costeras es posible realizar inmersiones y contemplar restos arqueológicos, como ánforas y anclas, bajo el mar.
Romanas y vikingas
Martín Bueno expondrá en su conferencia en Mazarrón ejemplos de puestas en valor de barcos antiguos descubiertos bajo las aguas. «En términos generales» lo que se ha hecho es extraer las naves y, una vez 'estabilizadas' para evitar su deterioro, han sido trasladadas a museos. Así ocurrió con un buque real de guerra que naufragó en el año 1628 y que se expone en el Museo Vasa de Estocolmo. Cada año recibe un millón de visitantes. Los trabajos de restauración de este pecio se prolongaron durante medio siglo. En Southampton (Inglaterra) se inauguró en mayo pasado un museo cuya estrella es el 'Mary Rose', la nave real de Enrique VIII.
Las ciudades alemanas de Bremen (atravesada por el río Weser) y Maguncia (a orillas del Rin) también guardan otras joyas de la arqueología subacuática. La primera, una coca medieval, que descansa en el museo de la Marina Alemana; y la segunda, los restos de unas barcazas romanas. Mientras, en Dinamarca se levantó un centro para acoger los cinco barcos vikingos descubiertos en el fiordo de Roskilde, donde fueron hundidos premeditadamente hacia el año mil para bloquear la entrada a ese canal.
En la Región también existe un ejemplo, los restos del 'Mazarrón I' el otro barco fenicio localizado en la playa de La Isla. Los arqueólogos hallaron la quilla y una parte del casco con sus cuadernas. Fueron extraídas y tratadas con una resina sintética (poli-etilen-glicol) para después pasar a formar parte de la colección del Arqua de Cartagena. Sin embargo, el casco de la nave que permanece hundida en Mazarrón se conserva entero, y mide 8,10 metros de eslora y 2,25 de manga. Su antigüedad (data del siglo VII antes de Cristo) hace que sea una pieza extremadamente delicada.
La extracción de los pecios para su exposición 'en seco' permite al público admirar la pieza con más detalle y cómodamente, explica Martín Bueno. El experto advierte, además, de que instalaciones como la que quiere levantar el Ayuntamiento en la playa resultan «caras» de mantener, y propone una reflexión antes de tomar una decisión.
En 2010, el catedrático participó en el estudio encargado por el consorcio turístico de Mazarrón para decidir cómo poner en valor el barco fenicio de La Isla. En resumen, se plantearon dos alternativas: hacer visible 'in situ' la nave o extraerla y exponerla dentro de un 'acuario' en un museo junto a esta playa. Aunque al principio se optó por el segundo proyecto (valorado en 1,06 millones de euros), el actual alcalde, Ginés Campillo, se ha decantado por el otro, porque «es más barato [712.000 euros] y sigue las recomendaciones de la Unesco», en referencia a no mover los restos.
Campillo está dispuesto a abordar con recursos del Ayuntamiento las obras y piensa incluir ya una partida en los presupuestos de 2014. En cualquier caso falta por conocer la opinión de los técnicos de la Consejería Cultura. Todavía no han tomado una decisión, ya que no disponen del proyecto.
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