Cinco minutos de despiste y derrota

La lógica se cumplió y el equipo grande se impuso al más modesto. El Valencia Basket, más rodado que el UCAM y con una plantilla de lujo, solo tuvo problemas para imponer su ley, la del más fuerte, en el primer cuarto. Para Óscar Quintana el choque no dejaba de ser un amistoso más para continuar probando y que su equipo se siga poniendo a tono. Los murcianos se fueron del partido durante cinco minutos del segundo cuarto y lo pagaron caro.

Los primeros minutos del UCAM fueron brillantes. Con transiciones muy rápidas en ataque, los jugadores de Quintana encontraron tiros exteriores liberados que acababan entrando (17-10). Pero el Valencia Basket comenzó a presionar sobre la línea de fondo y así fue como recuperó dos balones fáciles, los anotó y terminó empatando a 17.

En el segundo acto fue el equipo valenciano el que dominó con claridad desde el principio. Con Lishchuk insultante bajo el aro y los exteriores anotando de tres, el UCAM se bloqueo. Su defensa en zona naufragó Lo pupilos de Velimir Perasovic anotaron con excesiva facilidad y se convirtieron en dueños y señores de los rebotes en ambos tableros (29-41).

Dos minutos y medio tardó Quintana en pedir un tiempo muerto tras el descanso, con un enfado monumental por el desorden en ataque y defensa (29-46). La respuesta fue contundente con un parcial de 11-2 y el consiguiente tiempo muerto de Perasovic. Los valencianos reaccionaron a base de triples.

En el último cuarto el UCAM volvió a dejar una prueba de que sabe hacer las cosas bien cuando defiende y ataca con la misma intensidad con la que Quintana les da órdenes desde el banquillo.