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Foto: Vicente Vicéns/AGM / Vídeo: laverdad.es
Cuatro horas de resplandor
MURCIA

Cuatro horas de resplandor

Huestes del medievo conquistan la ciudad en un despampanante desfile con motivo del 30 aniversario de Moros y Cristianos

M. CARMEN RAMÍREZ

Domingo, 15 de septiembre 2013, 15:18

Llegó su gran noche y las aciagas previsiones que durante toda la semana les tenían mirando al cielo no se cumplieron. El tiempo se puso de parte de los festeros, que protagonizaron casi cuatro horas de desfile en el año en el que celebran su treinta aniversario. Escuadras elegantes representaron la época de riqueza y esplendor de la mítica Mursiya, en la que los cristianos luchaban por el poder frente a unos moros acomodados en una tierra que les daba todo lo que necesitaban.

Desde la Alameda de Colón partió, a las 21 horas, la cabecera del desfile. Un grupo de patinadoras precedía a un gran escudo que conmemoraba el treinta aniversario de fiestas de Moros y Cristianos en la ciudad. Tras él, ondeaban las banderas de la Federación, la ciudad, la Región, España y Europa. Entró entonces en escena la Abanderada Infantil. Tania Ruano se lució, saludando a los asistentes sobre una carroza a modo de castillo medieval y con un vestido azul con brocados en oro. Le seguían de cerca un grupo de bufones procedentes de las fiestas Berberiscas de Los Alcázares que, divertidos, mareaban una gran pelota de un lado a otro.

Cayetana Martínez, Abanderada de la Federación, desfiló con un espectacular traje dorado y negro sobre una carroza a modo de jaima. Tras ella, un nutrido grupo de moros, cristianos y judíos de Lorca lucieron vistosas vestimentas. La Federación quiso homenajear a las abanderadas que durante tres décadas han protagonizado las fiestas, rindiendo así pleitesía a las niñas y chicas que representaron los Moros y Cristianos en sus fiestas. El boato de la Federación lo cerró un espectacular ballet, el de Ana Botella, procedente de Alcoy, un referente en esta temática. Un nutrido grupo de bailarinas vestidas de dorado y plateado hicieron delicados bailes con estrellas luminosas. Algunas de ellas iban subidas en una carroza, haciendo sobre ella posturas imposibles.

Marchas militares

Comenzó entonces el bando cristiano. Grupos de guerreros, con mallas y capas ellos, con hermosos vestidos pomposos ellas. Acompañados por marchas militares y formados en serias escuadras sin perder el paso ni la fila. Recordaban todos a esa época de grandes viandas e interminables guerras. Terminaban con la carroza del Infante Alfonso, después rey Sabio. La mesnada Santa María de la Arrixaca preparó un espectacular boato para conmemorar el año del reinado. Un ballet de bufones vestidos de verde portando enormes aros daba paso a las escuadras y un ingente número de festeros desfilaron orgullosos de acompañar a su rey. Ese que le arrebató la ciudad a los moros y que fundó la Murcia cristiana. El rey, Germán Lucas, acompañado de su dama, lucía traje rojo y negro, colores de la mesnada, y desfiló orgulloso y sonriente en una carroza coronada por un dragón enfurecido.

El festero del año separó ambos bandos subido en una peana arropada por unas columnas culminadas en puntas de lanza. Empezó entonces el bando moro. Los trajes imposibles, los brillos deslumbrantes y las joyas interminables que dan cuenta del poderío que los musulmanes disfrutaron en la península. Con bailes sensuales, ese vaivén elegante con el que desfilan los festeros moros. Y las músicas pausadas que les animan a avanzar, despacio pero sin pausa. Ibn Arabí destacó este año por una espectacular puesta en escena en la que sacaron cuatro carrozas, una de ellas con una gran serpiente articulada sobre la cual saludaba majestuoso un moro. Y cerró el bando, y el desfile, el rey Aben Hud. Joaquín Roses y su favorita, ataviados con pesados y elegantes trajes, de blanco y azul, partieron sobre una gran carroza con arcos mozárabes y arropados por palmeras de dátiles morunos.

Terminó así la gran noche de los festeros, para la que se preparan todo el año y sin la cual esta semana no tendría razón de ser. Pero no acaba su agenda. Hoy, a las 21.30 horas, la plaza del Cardenal Belluga acoge la Embajada de la Fundación de la Ciudad. Teatro hecho por festeros con una recreación histórica de cómo se plantaron los pilares de Mursiya.

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