

Secciones
Servicios
Destacamos
J. R.
Jueves, 8 de agosto 2013, 03:13
«Conocía a los holandeses, los enterraron en mi huerto, así que hoy me verás en las noticias». Éste fue el mensaje de whatsapp que Serafín de Alba le envió al letrado F.A.E., en apariencia coincidiendo con el momento en que la Policía desenterraba los cuerpos de Ingrid Visser y Lodewijk Severein, la pareja holandesa asesinada.
Los indicios que incriminan a De Alba como presunto partícipe en el doble crimen no dejan de sorprender. Una de las pruebas más concluyentes es que los teléfonos de Juan Cuenca, María Rosa Vázquez y Serafín de Alba aparecen ubicados en Molina de Segura durante la tarde del lunes 13 de mayo, según constata la investigación, que fue el día en que los holandeses fueron conducidos a una casa rural de esa localidad. Al día siguiente, 14, Cuenca contactó con Serafín hasta en seis ocasiones, pero en la tarde en que enterraron los cadáveres en su casa de campo de Alquerías (15 de mayo) no se produjo contacto telefónico entre ellos, lo que hace suponer a los investigadores que estaban juntos.
Según los informes, la pareja holandesa murió el 13 de mayo, y entre ese día y el 15 los cuerpos fueron desmembrados y trasladados en bolsas de basura al huerto de limoneros.
Por otra parte, las contradicciones entre las declaraciones de Cuenca y De Alba hacen pensar a la juez de Molina de Segura, Olga Reverte, que Serafín colaboró en el doble asesinato. El principal imputado, Cuenca, declaró que Serafín puso «cara de preocupación al ver lo que había en el coche (los cuerpos troceados)», y que le dijo al dueño de la casa de Alquerías que no había más alternativas que realizar el enterramiento en su parcela. Serafín le dejó una azada, una carretilla y una pala.
Otro de los indicios que incriminan a De Alba es que, en su primera declaración, eludió comentar que el día que enterraron los cuerpos en su huerto, Cuenca le dejó en su casa un hacha, dos motosierras y dos cubos negros, que fueron interceptados por la Policía y analizados. Su amigo también le dio las llaves de la casa rural de Molina de Segura para que De Alba, a su vez, se las entregara a María Rosa y las entregara a la dueña.
El último indicio se refiere a que, antes de morir, Severein hizo un esquema de su plan para vender la cantera y el exfuncionario de Hacienda aparecía en el mismo.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.