Evedasto Lifante: «Ojalá me hubiera quedado ciego antes que entrar en el voleibol»

«Me siento mal, muy mal. Desde que me he enterado estoy destrozado, porque el dinero va y viene, pero una vida no se recupera nunca». Evedasto Lifante, empresario murciano y propietario en su día del Club Voleibol Murcia 2005, no quería creer anoche que Juan Cuenca Lorente, quien fue su director técnico y gerente -«mi delegado», como lo llama- se encontrara detenido por su supuesta implicación en el asesinato de Ingrid Visser, exjugadora del equipo, y de su compañero Lodewijk Severein.

«No entiendo cómo a alguien se le puede ir la cabeza para cometer una locura así», sostenía, después de advertir de que no deseaba hablar mucho del asunto «porque está todo bajo secreto de sumario y no quiero que el juez me pueda reprender por algo que diga».

Lifante aseguró que no había vuelto a tener contacto con Juan Cuenca desde que, a mediados de 2011, éste se marchó del club. «Se llevó todas las cuentas y la documentación; incluso el ordenador. Nos dejó sin nada y ni siquiera pude presentar las cuentas del club. Lo llamé a Valencia para que nos devolviera la documentación, pero se negó. Desde ese momento no sé en lo que andaba metido. Lo único que tengo claro es que a mí y al club nos hizo mucho daño».

El actual pedáneo de Barinas (Abanilla) aseguró que había estado colaborando con la Policía, «desde el primer momento», para esclarecer el doble crimen, y lamentó que el suceso esté empañando la imagen de Murcia. «Yo solo quería dar un buen nombre a la Región y por eso me metí en el voleibol. Ojalá me hubiera quedado ciego en vez de meterme en eso».

«Por lo menos, dentro de esa enorme desgracia, lo importante es que todo se esclarezca», señaló.