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DANIEL ROLDÁN
Martes, 23 de abril 2013, 02:44
Otra candidata para una de las listas más curiosas que existen en el mundo: la de los famosos fichados. Ilustres personajes como Frank Sinatra, David Bowie, Mick Jagger, Charlie Sheen y Lindsay Lohan se vieron pasando una noche en los calabozos de una comisaría. Algunos, más de una vez; otros, más de un día; y unos pocos, una corta temporada. La última famosa en entrar en este incómodo club es toda una sorpresa. Reese Witherspoon, con su cara angelical y su conducta intachable, se encaró con unos agentes el domingo en Georgia. El motivo no fue otro que el control de alcoholemia al que querían someter a su marido, Jim Toth.
La pareja circulaba por el estado natal de la actriz cuando un policía de tráfico se percató de que Toth conducía de forma temeraria. Los agentes pararon el vehículo para medir el nivel de alcohol del conductor. Pero su labor se vio interrumpida por los gritos de la acompañante. «¿Saben cómo me llamo?», gritó Witherspoon a los policías, según el portal de cotilleos TZM. Los dos agentes ni se inmutaron ante la pregunta. Uno de ellos llegó a contestar que no necesitaba saber su nombre. La actriz, envalentonada, replicó: «Usted está a punto de averiguar quién soy. Saldrá en las noticias nacionales».
Pero los policías tampoco se inmutaron. Solo modificaron su actitud cuando la ganadora de un Oscar por 'En la cuerda floja' intentó salir del vehículo. Al primer intento, le avisaron de que no lo hiciera; al segundo, la detuvieron por desobediencia y la condujeron con su pareja a las dependencias de una comisaría georgiana.
Además de describir por escrito en la denuncia la agresiva actitud de Witherspoon, los agentes también constataron que el marido tenía «los ojos inyectados en sangre y llorosos» y los párpados «caídos». No olvidaron detallar que «olía a alcohol». Las pruebas posteriores constaron que Toth había bebido en exceso y que no estaba en condiciones para conducir.
Tras ser fichados, la pareja pagó la fianza y quedó en libertad hasta la celebración de sendos juicios, el 22 y el 23 de mayo. Para evitar males mayores, Witherspoon hizo un acto de contrición. «Tenía una copa de más y me siento profundamente avergonzada de las cosas que dije», admitió en un comunicado. «Estaba asustada por mi marido, pero eso no era excusa. Fue una falta de respeto al oficial que solo estaba cumpliendo con su trabajo. Las palabras que usé esa noche definitivamente no reflejan quién soy. Estoy muy apenada por mi comportamiento», reconoció la actriz, dispuesta a recuperar pronto su imagen ejemplar.
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