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ALBA CASTILLA
Domingo, 27 de enero 2013, 09:11
Alguien va a tener que dar de comer a los 2.463.000 comensales de Alberto Chicote. El chef borde de la televisión despide esta noche la primera temporada (a las 21.30 horas en La Sexta), después de haber puesto orden en los fogones de una docena de restaurantes de España. Tras el paso del huracán Chicote... ¿les va mejor? Pues a algunos no, porque el italiano Da Vinci y el gallego El Castro de Lugo han echado el cierre. Y eso que en ninguno de estos encontró un ratón muerto en el lavavajillas.
La otra cara de la moneda la ponen el Sagar y El gusto es nuestro, ambos de Madrid. Los propietarios de estos restaurantes hacen balance... y aprueban al cocinero madrileño. «Al principio sentimos un poco de vergüenza, pero después, al ver la reacción positiva de nuestros clientes, supimos que habíamos hecho lo correcto», reconoce Kumar Gangaramani, que regenta el hindú Sagar en el barrio de Salamanca de Madrid.
Cuenta con satisfacción que «los fines de semana no hay sitio sin reserva previa». Y eso es mucho decir, cuando la mayoría de los restaurantes que recurrieron a Chicote apenas llenaban la mitad de las mesas y tenían 'agujeros' de 5.000 y 6.000 euros al mes. El problema de ellos, al margen de contar con el salón casi vacío, residía en la falta de entendimiento entre los cocineros y el resto del personal. La tensión llegó a tal punto que durante una discusión con Chicote, uno de los chefs del local se marchó de la cocina. Pero eso está olvidado. «Está viniendo gente de toda España, preguntan por Chicote y se sacan fotos con nosotros», relatan entre agradecidos y todavía sorprendidos.
Enseñar lo más 'feo' de su cocina no ha asustado a los espectadores. Tampoco a los clientes de El gusto es nuestro, un restaurante de Vallecas donde no faltaba armonía -el dueño recibía a los empleados con abrazos y besos-, sino un poco de orden en la cocina. «La imagen que hemos dado en el programa ha sido muy positiva, conservo mis clientes antiguos y hemos conseguido atraer a nuevos», asegura Alicia, la dueña. Es más, «nadie ha pedido ir a la cocina para ver cómo está».
Cuando entró (a ésta y a otras cocinas) Chicote no se quedó sin palabras... Todo lo contrario. 'Eres más guarro que la Potitos', 'En la nevera hay cosas de la Primera Guerra Mundial', '¡Dios mío! Si aquí cortaron las cabezas de la revolución francesa'... son algunas de las frases que le han convertido en leyenda en la tele. Salvando la parte de guión, hay que reconocer que tenía mucha razón.
- ¿Le hirieron sus palabras?
Además de unificar el equipo y reestablecer los roles del negocio, Chicote metió mano en la decoración del local, en la carta... Aunque hay cosas que los restaurantes han mantenido a pesar del paso de Chicote: «¡El espíritu de convertirnos en el mejor restaurante indio de Madrid! Eso no cambia y estamos haciendo grandes progresos», afirman entusiastas en el Sagar.
El 'coach' culinario cierra esta noche el bar con un último reto: salvar El pozo viejo, un local que asoma en una de las calles con más solera de Marbella, pero que se ha quedado anclado en la gastronomía de hace décadas. Luego el chef madrileño de las camisas de colores dará un breve respiro a dueños, cocineros y camareros. Pero no se confíen, que ya está buscando nuevos fogones.
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