El anciano fue estrangulado con un cordón, y su mujer, con las manos

Dos anillos de oro, tipo sello, y una cadena de este metal precioso. Fue el valor que le puso el 'Choche' a la vida de sus dos tíos, José Antonio Ríos y Josefa Mendrán, a los que supuestamente primero asestó con sus propias manos una descomunal tunda de golpes, para después estrangularlos.

El autor confeso del doble asesinato de Santiago de la Ribera, J.M.R., de 28 años, reconoció ayer ante el Juzgado de Instrucción número 5 de San Javier haberle quitado la vida a los que fueron sus padrinos. De esta forma corroboró la confesión que ya ofreció en la madrugada del domingo ante la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Murcia. Lo hizo durante el interrogatorio que le practicaron en las dependencias de la Benemérita de Santiago de la Ribera. Desde que fue detenido, el 'Choche' se ha mostrado colaborador en los registros y en los interrogatorios. Y ayer volvió a hacer lo propio ante el juez, asesorado por el letrado Vicente Luis Montalt.

Durante el registro que practicaron el pasado domingo en el piso donde residía el presunto doble asesino, en la calle Aguilar Amat, los agentes del Instituto Armado encontraron los anillos y la cadena robada al matrimonio de octogenarios.

Residía en ese inmueble, propiedad de sus padres, en la más absoluta soledad. Los progenitores, según varios vecinos, «no quieren ni verlo», y habían tirado la toalla por las continuas recaídas del 'Choche' en el consumo de heroína -la fumaba-, cocaína y éxtasis líquido. Sustancias por las que ya había pasado por un centro de rehabilitación de drogas de Cehegín y por las que acumulaba algún antecedente por robo.

Según se desprende de la inspección técnico-ocular que la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid practicó en el chalé de las dos víctimas, situado en el número 21 de la calle Maestro Gabriel Pardo Zapata de Santiago de la Ribera, el 'Choche' primero le quitó la vida a su tío, y después fue a por su tía, que se encontraba impedida en la cama y sin posibilidad de defenderse. En el interrogatorio reconoció que lo hizo «porque me enfadé».

J. M. R., tras una discusión, la emprendió a golpes con el anciano, de 81 años, que en ese momento se encontraba sentado en el sillón de su casa y al que no habría dejado la posibilidad de defenderse. No utilizó armas blancas, tal y como se barajó al principio de la investigación. Estranguló supuestamente a su padrino valiéndose del cinturón del batín que llevaba la víctima. Los investigadores parten de la base de que en ese momento el 'Choche' no había consumido ningún tipo de droga. De hecho, durante el registro practicado por los agentes en su piso no encontraron sustancias estupefacientes.

La discusión pudo iniciarse, así, a causa de la supuesta necesidad económica del joven de 28 años para comprar drogas. Al no haberle sido facilitado el dinero, presuntamente la emprendió a golpes. Según la investigación policial, tras comprobar que le había quitado la vida al hermano de su padre, fue a la habitación a por Josefa, a la que supuestamente apaleó, para luego ahogarla con sus propias manos. Según explicó en el interrogatorio, este gesto de 'humanidad' lo hizo para no dejar sola a la mujer, que tenía 82 años.

Se llevó hasta un televisor

Ayer, J.M.R. quiso precisar al juzgado de Instrucción número 5 de San Javier que en ningún momento tuvo intención de robar y que todo se produjo a raíz de una discusión familiar. Cuando les quitó presuntamente la vida a sus tíos fue cuando decidió revolver toda la casa para simular un robo y tratar de despistar a la Benemérita. Algo que justifica que también desapareciera un televisor de 19 pulgadas.

Cuando el juez le dio la oportunidad de añadir algo más, J.M.R. aseguró muy calmado que era consciente de las consecuencias de sus actos. El magistrado no dudó en ordenar su ingreso en prisión en la cárcel de Sangonera la Verde, imputado por dos asesinatos y robo con violencia.

Hasta ahora el 'Choche', a pesar de contar con antecedentes, no había pisado la cárcel. Ayer se estrenó. Lo hizo tras asegurar que «me arrepiento de lo sucedido».