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Los antidisturbios «contienen a la masa», en palabras del delegado del Gobierno. Foto: Nacho García/ AGM
La 'novena' explota en la calle
LA CRÓNICA

La 'novena' explota en la calle

La huelga general no paralizó la Región, pero culminó con una manifestación récord contra la política del Gobierno

MANUEL BUITRAGO

Jueves, 15 de noviembre 2012, 14:07

Más manifestantes que huelguistas. Y mucha policía. Los ciudadanos de la Región participaron ayer tarde de forma masiva en las protestas que recorrieron las calles de Murcia y de Cartagena para expresar su malestar y rechazo por los recortes y las medidas del Gobierno contra la crisis. La novena huelga general de la democracia y la segunda de la etapa de Mariano Rajoy convocada por UGT, CCOO y USO, con la participación de otros colectivos y de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas -en contra de los bancos- se desarrolló con una guerra de cifras imposible de conciliar entre los sindicatos por un lado, y la Administración y los empresarios por el otro. Mientras que los convocantes anotaban el éxito del seguimiento entre el 75% y el 80%, la Delegación del Gobierno y las patronales subrayaron la escasa incidencia -que los empresarios calificaron de «anecdótica»- en los polígonos industriales y grandes centros de trabajo. Para éstos, los piquetes no consiguieron su objetivo, con la excepción de Navantia y Mercamurcia, según los sindicatos.

El 14N ha tenido menor incidencia que la anterior huelga del 19M y no ha paralizado la Región, pero sí ha culminado con una de las mayores manifestaciones que se recuerdan, en la que decenas de miles de personas marcharon en Murcia y Cartagena cargadas de argumentos contra el Gobierno, al igual que en otras capitales de España. Los líderes de la oposición se sumaron a la manifestación, entre ellos el secretario general del PSRM, Rafael González Tovar, anterior delegado del Gobierno, quien declaró que «hay razones suficientes para secundar la huelga».

En el conjunto nacional, CCOO y UGT señalaron que la huelga tuvo un seguimiento inferior en un 12,2% a la del 19 de marzo; mientras que el consumo de energía eléctrica apuntó en la misma dirección. A mediodía, este indicador reflejó un descenso del 7% respecto del día anterior. El hecho de que los sindicatos mayoritarios de los funcionarios (SATSE, Sindicato Médico, ANPE y CSIF) no respaldaran el paro le quitó vigor a la protesta en la Administración y los ayuntamientos. En la sanidad se cumplieron los servicios y en la enseñanza hubo un seguimiento desigual: menor en Primaria y más relevante en las dos universidades públicas. El Gobierno regional informó de que la incendencia fue del 10,5% en el ámbito de la administración autonómica. Por su parte, la Federación de Empresarios de Comercio de la Región dio marcha atrás a última hora. Por comunidades autónomas, el paro fue mayor en Cataluña, Asturias y Galicia, informaron los dos sindicatos mayoritarios; mientras que Murcia el porcentaje fue del 70%, al igual que en otras cuatro regiones.

Tensión e incidentes

Los servicios mínimos quedaron cubiertos en las áreas básicas y en los transportes. Por la mañana, el tráfico fue inferior al habitual; así como la presencia de personas en las calles y en los centros oficiales, aspectos que sumaron los sindicatos para defender el éxito del paro.

La jornada estuvo jalonada de momentos de tensión y de incidentes puntuales que se saldaron, según la Delegación del Gobierno, con cuatro heridos (dos manifestantes y dos policías) y dos detenidos que luego quedaron en libertad. El episodio más relevante tuvo lugar en Murcia, donde hubo un herido grave durante una actuación policial posterior a la concentración ante El Cortes Inglés. El jefe superior de Policía dijo que esta persona pudo «caerse y golpearse con algún objeto metálico de una moto, o con la acera», lo cual niegan los manifestantes. Antes se produjo otra intervención policial en la calle Trapería, con un choque entre los antidisturbios y los afectados por las hipotecas. El delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana, negó que se hubieran realizado cargas policiales y señaló que se había producido una «contención de la masa».

Bascuñana condenó «los actos vandálicos» ocurridos entre las 2 y 3 de la madrugada en cajeros automáticos y en la quema de veinte contenedores; así como el sellado con silicona en las puertas de colegios e institutos. El Sindicato Médico, por su parte, denunció el vandalismo contra su sede, que amaneció con pintadas. El amplio despliegue policial -para vigilar los piquetes y a algunos miembros de colectivos antisistema- motivó las denuncias de los líderes sindicales, que consideraron desproporcionada la presencia de agentes en las calles. Denunciaron que hubo cacheos e identificaciones. Daniel Bueno y Antonio Jiménez lo vieron innecesario porque el paro estaba transcurriendo de forma pacífica.

En los puntos calientes, los piquetes bloquearon los accesos al campus de Espinardo de la Universidad de Murcia e impidieron el paso del tranvía. A las seis de la mañana, 300 personas se congregaron en las cocheras de Latbus para comprobar que solo circulaban los vehículos autorizados. Lo mismo ocurrió en la estación de autobuses.

La portavoz del PP, Laura Muñoz, destacó la «escasa participación, a diferencia de lo que proclaman sindicatos», por lo que a su juicio «la sociedad murciana ha dado una gran lección al ir a sus trabajos».

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