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EFE
Martes, 6 de noviembre 2012, 09:23
El 2 de enero de 2003, el marroquí J. A. se adentró en una finca con el ánimo de hacerse con algunos corderos ajenos y ha recibido un doble castigo por su osadía. Este hombre ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Murcia a una pena de seis meses de prisión tras reconocer ayer que participó en este intento de robo a una granja de Santomera. J.A., además, perdió un ojo en este asalto al recibir presuntamente un disparo del vigilante de la finca. Ayer el procesado criticó ante el tribunal que, diez años después de estos hechos y dado que el vigilante se encuentra en rebeldía, aún no haya cobrado ni un euro de indemnización.
«Mi vida no tiene sentido», sentenció ayer este marroquí al hacer uso de su derecho a la última palabra durante la vista que se celebró ayer en la Audiencia Provincial. J. A. reconoció que entró en una finca -según el fiscal acompañado de otros dos compatriotas- cercana al paraje de La Matanza para apoderarse de ganado. Cuando se encontraba encaramado en la puerta del corral, el procesado recibió el impacto del disparo que presuntamente realizado el vigilante, lo que le causó la pérdida de un ojo y la disminución de la visión del otro.
Este acusado se conformó ayer con cumplir una condena de seis meses de prisión y pagar el importe de los dos corderos, que han sido valorados en 500 euros. Al quejarse de que no se haya podido celebrar también el juicio contra el acusado de efectuar el disparo, A.V.V., nacido en Ecuador, la presidenta del tribunal, la magistrada María Jover, le indicó que ello era legalmente imposible, porque se encuentra en paradero desconocido y está declarado en rebeldía.
Jover añadió que la vista oral tampoco se podía celebrar contra los otros dos acusados del robo en la finca de Santomera, O.M. y H.S., al no haber podido ser localizados tampoco , «pese a las gestiones que se han realizado a través de Interpol».
No descartan complicaciones
J.A. también fue informado por la presidenta del tribunal de que actualmente se realizan gestiones por la vía civil para tratar de que pueda ser indemnizado por las lesiones sufridas, que tardaron en curar 580 días. El fiscal, en sus conclusiones provisionales señala que «no se descarta que en el futuro tenga que ser sometido a nuevas intervenciones para tratar complicaciones en el globo ocular por la disminución severa de la agudeza visual» sufrida en el otro ojo, además de haberle quedado «un cuerpo extraño metálico en el cráneo».
En la causa penal aparece como responsable civil subsidiario el dueño de la finca, propietario de la escopeta utilizada en el disparo.
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