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Matías Carrillo, en primer plano, en el momento de anunciar su dimisión. Foto: Rdu Botella/ AGM
Carrillo: «Yo creo que el pueblo de Fortuna está sufriendo conmigo»
CRÓNICA

Carrillo: «Yo creo que el pueblo de Fortuna está sufriendo conmigo»

El alcalde Carrillo dimite tras ser condenado por delito electoral y pone fin a su militancia en el PP, del que desde 1992 ha sido presidente local

JORGE GARCÍA BADÍA

Viernes, 26 de octubre 2012, 10:29

«A ver si me sacáis una foto buena; siempre me sacáis muy mal. Aunque sea esta vez, una donde no aparezca con el dedo levantado con mal gesto. A ver si tenemos suerte. Ésta va a ser la última foto». Con el habitual e irónico sentido del humor que siempre ha caracterizado su fuerte personalidad, y sujetando la mano de la que será su futura sucesora en la Alcaldía, Catalina Herrero, Matías Carrillo, hasta ayer el poderoso líder del PP fortunero, anunció su dimisión. Pero lo hizo despidiéndose a su manera de su pueblo, el mismo que le vio nacer un 22 de abril de 1966 en la pedanía de La Garapacha.

Carrillo mostró en su comparecencia dos de las máximas que han regido su trayectoria política: el 'estás conmigo o estás contra mí' y un particular gancho populista. El mismo con el que logró darle la vuelta a la tortilla política de Fortuna, donde el Partido Comunista gobernó dos legislaturas, otras dos Izquierda Unida y una el Partido Socialista. Hasta que en 1999 el PP se alzó con su primera victoria en unas elecciones municipales.

«Tengo que darle las gracias al pueblo de Fortuna por haber depositado su confianza, durante catorce años, en mi persona y en las que me han acompañado. Está claro que en un municipio uno no siempre agrada a todas las personas. Tienes gente que te quiere más, gente que te quiere menos (...) Yo creo que el pueblo está sufriendo conmigo. Cuando me refiero al pueblo hablo de esa mayoría que nos ha dado su apoyo desde 1999. Yo sé que esa gente hoy está sufriendo. Saben que he luchado todo lo que he podido».

La segunda despedida fue para sus cuatro corporaciones y los concejales actuales, los mismos que ayer no se despegaron de su lado (salvo por la ausencia del edil de Deportes, Salvador Bernal, «por motivos personales»).

«Agradezco a todos los concejales su dedicación, trabajo y esfuerzo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos», dijo. Fue una puesta en escena ya conocida, pues cuando fue condenado por primera vez por la Audiencia Provincial, el pasado 12 de julio de 2011, en la entrevista que concedió a 'La Verdad' también compareció en el Salón de Plenos arropado por todos sus ediles. Él, y solo él, ha hecho que el partido sea una piña, pero, más que en torno a unas siglas, a su figura, hoy manchada por el delito electoral que le ha valido que el Tribunal Supremo le condene a cinco años de inhabilitación.

La última arenga fue para la plantilla municipal del Ayuntamiento, la misma que paradójicamente ha estado en el punto de mira de los grupos de la oposición desde que IU denunció, meses antes de las elecciones municipales de mayo de 2003, que la partida para contratación eventual había registrado un incremento de 111.000 euros.

«Quiero agradecer a todo el personal del Ayuntamiento, funcionarios y personal laboral, la entrega, dedicación y su saber hacer, día a día, para formar una piña y mejorar Fortuna en estos catorce años». También volvió a dejar patente una de sus pasiones, al margen de la caza y el Real Madrid: su familia. «Agradezco el apoyo de mi familia, con el sufrimiento que han tenido y lo mal que lo está pasando en momentos recientes como estos dos últimos días».

Cumplido el orden de prioridades, a las 12 horas y 16 minutos del mediodía Matías Carrillo se hacía el 'hara-kiri' político. Tampoco le quedaba otra, ya que en la sede regional del partido no querían que demorase su dimisión más de 24 horas, y solo le quedaban dos opciones: convocar un Pleno en el plazo máximo de diez días y renunciar a su acta de concejal, o agotar los plazos judiciales hasta que la Audiencia Provincial ejecutase la sentencia, lo que le habría dado una prórroga de uno a dos meses en la Alcaldía. De nuevo lo volvió a hacer a su manera. Dimitió allí mismo, durante la rueda de prensa. «Ahora quiero comunicar que voy a presentar mi dimisión como alcalde. Esta mañana voy a darme de baja del Partido Popular. Hay una sentencia que se tendrá que hacer firme cuando se me notifique, pero no voy a esperar ni un momento más. He llegado al final de esta andadura».

La misma que inició cuando se convirtió en concejal del PP en 1991, para solo un año después hacerse con la presidencia local.

Llegado ese punto, sacó a pasear otra de las máximas que han caracterizado el talante que durante cuatro legislaturas ha mostrado en el Salón de Plenos fortuneros, en cada una de las sesiones: 'Mi palabra es ley'.

De otra forma no se entiende cómo tras haber sido condenado por la Audiencia y el Supremo por delito electoral, Carrillo volvió a reiterar ayer: «Sigo defendiendo mi presunción de inocencia. Respeto la sentencia y la acato, pero no comparto el contenido. Es una condena injusta. Se me condena por algo que no he hecho jamás: comprar votos. El pueblo de Fortuna no se vende. Se falta al respeto de Fortuna cuando se dice que se han comprado personas con puestos de trabajo. Yo quería acabar mi legislatura porque era mi compromiso con el pueblo. Pero se me impide de forma legal».

En su comparecencia no aclaró si ya había comunicado su baja del partido y su dimisión al presidente regional, Ramón Luis Valcárcel, quien apeló en julio de 2011 a la presunción de inocencia de Carrillo para permitirle seguir como regidor.

El exalcalde solo subrayó que la decisión se la había comunicado «a los órganos de partido. Por encima de todo está mi pueblo, es lo primero. Me debo a un partido político, he sido un hombre de partido y he agradecido que me apoyasen en todo momento. Tengo que agradecer al presidente del Partido Popular y de la Región, Ramón Luis Valcárcel, que depositara su confianza en mí para las primeras elecciones y hasta el último momento».

El ya nuevo ciudadano raso, Matías Carrillo, anunció que volverá a sus inicios como funcionario de Correos en Santomera, donde trabajó como auxiliar de clasificación entre 1992 y 1999, hasta que cogió una excedencia para ser alcalde. Regresará en el plazo de un mes.

En los 16 meses que ha aguantado en la Alcaldía pese a estar ya condenado en primera instancia se ha embolsado unos 59.700 euros. Un salario bastante superior al que ahora percibirá como empleado de Correos.

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