Las denuncias contra la intimidad se han triplicado en los dos últimos años

Un desliz, un archivo compartido y la intimidad mejor guardada queda expuesta a la vista de todos. El salto esta semana a la palestra informativa del caso de la edil socialista del municipio toledano de Los Yébenes, Olvido Hormigos -con la difusión en la red de un vídeo erótico suyo-, ha hecho que salten de nuevo todas las alarmas sobre los peligros que entrañan las nuevas tecnologías y la necesidad de ser cauto en su utilización. No es para menos. En la Región, por ejemplo, las diligencias incoadas en Fiscalía por delitos contra la intimidad se han triplicado en los últimos años. Si en 2009 llegaban al Ministerio Público 30 casos de este tipo, el pasado año la cifra había alcanzado ya las 91 denuncias. Muchos de estos casos encuentran precisamente en la red su caldo de cultivo y la Fiscalía advierte de que el aumento de este tipo de delitos -los que se cometen a través de medios informáticos- «es tan inexorable como el desarrollo de la tecnología de que se sirven sus autores para cometerlo».

Pese a que no existe una estadística clara sobre los delitos contra la intimidad cometidos a través de páginas web, foros, redes sociales..., la Fiscalía General del Estado sí advierte en su última memoria del aumento de este tipo de fenómenos y recuerda que «la red, como medio privilegiado de comunicación, se ha convertido en el cauce idóneo y, hoy en día, más habitual para la difusión de toda clase de comentarios amenazantes». De las 91 diligencias incoadas el pasado año por supuestos delitos contra la intimidad, 44 hacían referencia a supuestas revelaciones o descubrimientos de secretos. Hace solo tres años -en 2009- solo llegaban a manos de los fiscales murcianos 14 casos relativos a este tipo delictivo.

La fiscal de sala delegada en materia de Delitos Informáticos no oculta su preocupación, asimismo, ante la asociación que en ocasiones se produce entre la revelación de esos secretos y cierto elemento de coacción y amenaza. Un fenómeno que, advierte, «afecta a diversos ámbitos personales, intimidad, libertad, honor, integridad moral...» y que es protagonizado generalmente por exparejas o menores.

También es llamativo el aumento de casos relacionados con la usurpación de identidades, cuentas de correo o páginas web. Una modalidad que, advierte, tiene difícil encuadre en nuestro Código Penal.