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ANTONIO GÓMEZ
Domingo, 29 de julio 2012, 15:09
Bajar en balsa rústica los rápidos de Almadenes, mientras el agua fresca y chispeante del Segura combate el verano salpicando el rostro. Ochenta entusiastas de los deportes de aventura disfrutaron ayer por todo lo alto disparando su adrelanina en el ya tradicional descenso del cañón ciezano, organizado por OJE Cieza. Estos aventureros, procedentes de Murcia, provincias limítrofes y algún que otro punto del país, como Madrid o Barcelona, surcaron por vigésimo séptima vez a bordo de una veintena de embarcaciones la más agreste belleza de la Región murciana.
El abundante caudal que este año arrastraba el cañón aumentó la emoción de la prueba, pero también su riesgo. Fueron varias las embarcaciones que volcaron en el transcurso de la travesía y, tras ser rescatadas por miembros de la Guardia Civil y la asociación organizadora, no pudieron acabar la prueba. Aún así, el descenso se celebró sin ninguna incidencia y sin heridos.
La garganta de Almadenes es un paraíso entre álamos blancos y negros, olmos, sauces, adelfas y tarays, zarzas, carrizos, eneas, cañas y lythrum, donde encuentran su refugio nutrias, garzas reales o artinetes.
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