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MARÍA ZÁRATE
Martes, 5 de junio 2012, 03:37
Es la prueba de fuego que determinará si la vuelta al mundo planeada para el año 2014 es posible. Gracias únicamente a la energía solar, el avión 'Solar Impulse' pretende completar los cerca de 2.500 kilómetros que separan el continente africano de Suiza, donde partió el pasado 24 de mayo. Desde el aeropuerto de Madrid-Barajas, la revolucionaria aeronave volvió hoy de madrugada a coger vuelo para rematar una de las últimas etapas de esta histórica misión.
Sin consumir ni una sola gota de carburante, el aeroplano solar tiene previsto aterrizar en Rabat a las 23.00 horas y así, después de atravesar con éxito el territorio francés, los Pirineos y la mitad norte de España, coronar el trayecto como la primera ruta intercontinental de estas características.
El presidente del proyecto, Bertrand Piccard, será uno de los encargados de pilotar el 'Solar Impulse'. Conseguir lo imposible es siempre su meta y para ello, dar la vuelta al mundo con su avión volando durante el día y la noche con la energía del sol y el viento a su favor es el objetivo final de esta -a su lado, pequeña- hazaña.
Fabricado con fibra de carbono, el avión cuenta con 12.000 células fotovoltaicas que cubren sus alas para recoger la energía solar y transferirla a las cuatro baterías que le permiten volar hasta 5 horas. Piccard tendrá que llevar un traje especial contra el frío y una mascarilla de oxígeno porque la cabina, que tiene 64 metros de envergadura, casi tanto como un Airbus 340 y el peso de una furgoneta, no está presurizada.
A Piccard el alma de aventurero, o como él llama «espíritu pionero», le viene de familia. El ingeniero suizo es nieto del primer hombre que subió en globo a la estratosfera de la Tierra. Y claro, tenía que seguir la tradición de ganar récords. Aunque el mayor reto de su carrera es quizá convencer al resto del mundo de las infinitas posibilidades que ofrecen las energías limpias. «Este es un proyecto humanista más allá de lo aeronáutico», defiende.
Durante su parada en Madrid, Piccard recomendó que España debería aumentar su inversión en estas energías. «Haría al país más independiente del combustible fósil, crearía empleo, mejoraría sus cuentas de resultados y abarataría los gastos diarios de ciudadanos», insistió. Y Marruecos es el país a seguir como ejemplo. La Agencia Marroquí de Energía Solar (MASEN) está construyendo la mayor planta de energía solar del mundo.
Piccard lleva en esta aventura más de siete años. En 2009 logró que su avión volara durante 26 horas, y desde entonces no hay límites que frenen su sueño. «El 'Solar Impulse' no está diseñado para llevar pasajeros sino un mensaje», señala el piloto de esta gesta.
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