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J. P. PARRA
Lunes, 28 de mayo 2012, 11:05
Las personas que en el futuro aspiren a entrar en el sistema de la Dependencia tendrán que sacar más nota de la que actualmente se exige en el examen que llevan a cabo los valoradores. En estos momentos, una persona pasa a ser considerada dependiente si su puntuación supera los 25 puntos, en una escala del 1 al 100. Pero Gobierno central y comunidades autónomas estudian subir esa nota de corte. En ese debate, el Ejecutivo regional está teniendo un papel muy destacado, y apuesta claramente por ese endurecimiento.
El director de la Oficina regional para la Dependencia, Miguel Ángel Miralles, ha presentado ya en el Consejo Interterritorial varios informes técnicos que apuntan en esta dirección, aunque aclara que todavía no hay una propuesta definitiva.
El baremo que se ha aplicado desde que arrancó la ley ha permitido la entrada en el sistema de un número de dependientes mucho mayor al que se preveía en un primer momento, lo que ha generado un problema de financiación, denuncia Miralles. «El Libro Blanco de la Dependencia, elaborado por el anterior Gobierno, establecía unas previsiones que no se han cumplido. Pero en realidad lo que se hizo mal no es ese libro, sino el baremo», explica.
El Gobierno anterior ya endureció el baremo en febrero del año pasado, pero sin subir la nota de corte. Lo que hizo fue exigir más requisitos para la concesión de cada punto. Pero el nuevo Ejecutivo, y las comunidades gobernadas por el PP, consideran que eso no ha sido suficiente. «Ahora hay que analizar el efecto de aquella revisión, y en función de eso, decidir cuál será la nota de corte», explica Miguel Ángel Miralles. El objetivo final, defiende, es que el número de personas que se benefician de la Ley de Dependencia sea el inicialmente previsto en el Libro Blanco.
Eso supondrá una restricción muy considerable. Porque, por ejemplo, según ese Libro Blanco en la Región debería haber unos 5.500 dependientes de grado máximo, cuando hay ya 16.004 (a día 1 de mayo). Por tanto, si finalmente los planes de Gobierno y comunidades autónomas llegan a puerto, el número de nuevos dependientes podría reducirse prácticamente a la mitad. Por descontado, se quedarían fuera los dependientes leves.
Estudios iniciales
Uno de los informes técnicos que ha manejado la Oficina regional de la Dependencia establece que, si lo que se pretende es reducir el número de dependientes a las previsiones iniciales de la ley, habría que subir la nota de corte desde los 25 puntos actuales a los 65. Sin embargo, ese estudio no es definitivo y debe actualizarse, porque se hizo sin contar con el endurecimiento que el anterior gobierno ya introdujo en el baremo, explica Miguel Ángel Miralles. Con esos nuevos criterios, no será necesario elevar tanto la nota de corte, asegura el director de la Oficina regional. Andalucía calcula que el volumen de nuevos beneficiarios se ha reducido ya un 20% por ese endurecimiento del baremo. Otras comunidades rebajan ese porcentaje al 6% ó 7%.
Discapacidad psíquica
Miralles defiende la vuelta al Libro Blanco, aunque con una salvedad: la valoración de los discapacitados psíquicos. Al principio, la ley dejó a este colectivo marginado, porque el sistema se diseñó pensando en las discapacidades y enfermedades de carácter físico u orgánico. Aquello se rectificó en el baremo tras las protestas de los afectados, y el director de la Oficina regional de la Dependencia espera que se mantenga.
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