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ANTONIO LÓPEZ
Viernes, 6 de abril 2012, 14:20
No esconden grandes tesoros, ni restos de civilizaciones perdidas. Algunos de ellos tienen difícil acceso, son apenas conocidos o su valor es tan solo sentimental. Pero son un rico patrimonio histórico y cultural de Cartagena, y un atractivo turístico desperdiciado. Castillos, fortalezas, baterías de costa, murallas, torres vigía, molinos de viento, edificios e incluso un monasterio repartidos por todo el municipio se caen a pedazos por su escaso mantenimiento.
El abandono se ha apoderado de ellos, y expoliadores los dejan en algunos casos solo con la estructura. Las asociaciones de defensa del legado histórico exigen a las administraciones públicas un esfuerzo de preservación. La primera lucha es contra el olvido.
Los edificios más deteriorados, según la Asociación de Amigos de las Fortalezas y Castillos de Cartagena (Aforca), cuyo presidente es Aureliano Gómez-Vizcaíno, y la Asociación para la defensa del patrimonio de Cartagena (Adepa), presidida por Juan Miguel Margalef, son los castillos de La Atalaya, los Moros y el del cerro de San José, el monasterio de San Ginés de la Jara, la batería de Santa Ana y el Palacete de Versalles.
El primero de ellos es una construcción que en el siglo XVIII evitaba que la ciudad fuera ocupada por fuerzas externas. Está «en total estado de abandono. Es lamentable. Está lleno de pintadas, e incluso han robado la tapa del pozo», denuncia Gómez-Vizcaíno. Hace apenas cuatro semanas había indigentes durmiendo en su interior.
En peor estado se halla el Castillo de los Moros, que a pesar de ser un monumento muy poco valorado, por su estructura y perfil es una pieza única en el mundo. Se trata de una obra que corona un monte, y según los expertos no existe una similar. El entorno está repleto de basura, parte de la fortificación está derruida y su interior desaprovechado. Aforca propone rehabilitarlo y convertir su foso en un mini zoo.
Potencial turístico
El otro castillo, el de San José, según Aforca y Adepa, se encuentra totalmente abandonado. Ya ha habido desprendimiento de rocas. La Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) tiene un proyecto para recuperar parte del cerro como jardín público y hacer viviendas para investigadores y un observatorio astronómico. El plan está, de momento, paralizado por falta de presupuesto. Las asociaciones no se olvidan del Castillo de San Julián, propiedad de Telefónica y en mal estado.
Peor se encuentra el monasterio medieval de San Ginés de la Jara. La Asociación de Amigos de San Ginés de la Jara y Ermitas del Monte Miral ha vuelto a denunciar nuevos actos vandálicos, esta vez en la entrada a la iglesia y de la cripta, y en un retablo. El Ayuntamiento asegura que ha exigido a la empresa inmobiliaria Hansa Urbana que haga un nuevo vallado.
En cuanto a las baterías de Santa Ana, en la carretera de Escombreras, y las de San Isidoro y Santa Florentina desde que fueron abandonada en los años noventa se han llenado de grafitis y suciedad. Junto a ella, las de San Leandro y Trincabotijas alto también están en un paupérrimo estado.
Solo para las de San Isidoro y Santa Florentina hay planes de restauración. Serán rehabilitadas sobre la base de un concurso de ideas que ha convocado el Ministerio de Medio Ambiente, quien se la compró al de Defensa.
En cuanto a otros monumentos en mal estado, ambas asociaciones no se olvidan por ejemplo de la Torre de Navidad, en el fuerte que lleva el mismo nombre. La estructura está «medio caída», denuncia Aureliano Gómez Vizcaíno.
Junto a estos bienes, las baterías de La Podadera (en la bocana del Puerto) o Fajardo (en el margen derecho de la bahía), «también necesitan una rehabilitación urgente si se quieren recuperar», advierte.
El Palacete de Versalles, obra del arquitecto cartagenero Víctor Beltrí, es propiedad privada y sufre continuamente la entrada de ladrones y gamberros. Éstos ya han provocado en varias ocasiones incendios. El colectivo Comisión Beltrí 2012 ha solicitado en varias ocasiones que el edificio sea rehabilitado, pero al ser de un particular se hace más complicado. Ahora, está en proceso de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Comunidad.
Molinos y torres-vigía
Otros edificios modernistas y muy emblemáticos de la ciudad también están a la espera de recuperar su esplendor de otros años. Adepa considera también conveniente la rehabilitación de las casas rurales de Cartagena, los molinos de viento y las torres-vigía, algunas de ellas casi caídas por el paso del tiempo.
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