El balneario de Leana recoge firmas contra el nuevo vertedero de Balonga

El futuro a corto plazo de la Sierra de Abanilla, de los espacios naturales del río Chícamo y de hábitats tan característicos del municipio como 'badlands' y ramblas, se debate estos días en la Consejería de Presidencia. Su titular, Manuel Campos, acaba de desestimar el recurso que Proambiente presentó contra el cierre y sellado de las instalaciones del vertedero durante los próximos 30 años. Mientras, PSOE, IUMA, Ecologistas en Acción y comunidades de regantes ya han empezado a movilizarse contra el proyecto de un nuevo vertedero, que promueve Áridos Abanilla en la cantera de El Marjal, en Balonga.

Esta nueva instalación también se ha encontrado con un nuevo frente opositor en la vecina Fortuna. Y es que las instalaciones -proyectadas sobre 7,2 millones de metros cuadrados de suelo abanillero- no solo quedarían a apenas dos kilómetros del Parque Regional de la Sierra de la Pila de Fortuna, sino que además acabarían a seis mil metros del Balneario de Leana, y un kilómetro por encima del acuífero de los Baños de Fortuna, que provee de aguas termales a las instalaciones.

Según Pedro de Leana «este tema afecta directamente a fortuneros y abanilleros. En Fortuna, el turismo termal mueve un tercio del PIB local, 200 personas viven directamente del balneario, y 500 indirectamente, casi todas de ambas localidades». El máximo responsable del balneario no ha tardado en mover ficha para mostrar su rechazo al proyecto y ya se ha reunido con el alcalde de Fortuna, Matías Carrillo, para pedirle «personalmente que se posicione de nuestro lado».

El próximo será el alcalde de Abanilla, Fernando Molina, al que «solicitaré formalmente que deniegue la recalificación del suelo del lugar destinado a la planta y la licencia de ese proyecto por el impacto gravísimo que podría tener». A juicio de Leana, el proyecto del nuevo vertedero «representaría el mayor riesgo para todo el turismo termal de la zona, afectando directamente a todas las empresas que se nutren de este turismo y de las 50.000 personas que nos visitan al año».

Leana ha tenido acceso al proyecto -que se encuentra en fase de consulta institucional- y considera que «existe riesgo de contaminación del aire y de filtración, porque colocan el vertedero en las montañas, en alto, por encima justo de todos los acuíferos del río Chícamo y de los Baños de Fortuna, sobre un suelo que, encima, es permeable».

Toda una batería de motivos que ha provocado que el Balneario de Leana haya iniciado una campaña de recogida de firmas contra el proyecto que promueve Áridos Abanilla, y que próximamente pondrá en conocimiento de sus servicios jurídicos, además de dirigirse a Hostemur y Croem «para recabar su apoyo en nuestra causa».

El vaso 3, a trámite

La negativa de Presidencia al recurso de alzada de Proambiente contra el sellado y cierre del vertedero por 30 años, «pone fin a la vía administrativa», aunque la consejería recuerda que «cabe interponer recurso contencioso-administrativo ante la Jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo en el plazo de dos meses, contados a partir del día siguiente a la notificación de esta resolución».

Algo que ocurrió el pasado lunes, fecha desde la que -en teoría- la mercantil de Ángel Fenoll no puede depositar ni un sólo gramo de residuos sólidos urbanos de Abanilla, Santomera, Beniel, Fortuna, Orihuela y otros municipios de la Vega Baja en la instalación. Solo puede dedicarse al compostaje.

Eso sí, el rechazo del recurso de alzada no supone el fin del vertedero más mediático de la Región, sino un punto y aparte que dependerá de la resolución que fije Presidencia al respecto de la evaluación de impacto ambiental para la ampliación del vaso número 3 de Abanilla-Crevillente, cuyo plazo de alegaciones se ha cerrado. Fuentes de la consejería han confirmado a este diario que «se ha modificado sustancialmente el proyecto, y -si la evaluación es favorable- Proambiente podrá continuar con los vertidos». Todo parece apuntar a que -por ahora- la historia está lejos de terminar.