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GUILLERMO HERMIDA
Martes, 14 de febrero 2012, 11:09
Llueve sobre mojado, o más bien, hiela sobre una cosecha de hortalizas de invierno que partía ya de un mal inicio de campaña. Así puede resumirse la situación del campo murciano tras el paso de la ola de frío siberiano y las subsecuentes heladas, que durante la última semana han asolado los cultivos.
Según las organizaciones agrarias, los efectos de las heladas en las hortalizas han alcanzado a prácticamente el 95% de la cosecha y a un 60% de los productores. El Valle del Guadalentín, las vegas Media y Alta y el Campo de Cartagena han sido las zonas más afectadas.
En ésta última, COAG ha señalado que el intenso frío ha dañado «la totalidad de los cultivos de alcachofa y buena parte de la plantación de patata y de lechuga», según su presidente en Cartagena, Vicente Carrión. «Ningún cultivo hortícola de esta área ha escapado a los daños», añade, pero pone el énfasis en la alcachofa y la patata temprana. «Las alcachofas más tiernas se han estropeado por completo, y las más grandes han quedado dañadas por fuera y han perdido valor en el mercado al adquirir un tono negruzco», lamentó el responsable de la organización agraria.
Pero junto a la alcachofa y la patata también se han visto afectados los cultivos de fruta temprana de hueso, sobre todo en la zona de Cieza, Fortuna, Calasparra y Jumilla. «El melocotón, la nectarina y el paraguayo están dañados en su totalidad», explica desde Fecoam Santiago Martínez, que añade que las planta se hallaban «en plena floración» y que el frío ha frenado en seco su desarrollo.
Nadie por ahora se atreve a cuantificar económicamente el desastre, pero las cifras son ya de millones de euros. Es más, si continúan las heladas «los daños podrían ser catastróficos», apunta desde Asaja su secretario general, Francisco Gálvez. Las acelgas y la lechuga, así como en menor medida el brócoli y la coliflor, también se suman al catálogo de damnificados, especialmente las lechugas, que han perdido calibre -al quitárseles las hojas exteriores heladas- y por tanto, valor en los exigentes mercados europeos. Si los termómetros siguen coqueteando con el bajo cero, las pérdidas podrían llegar a los cien millones de euros, según estimaciones de las organizaciones agrarias consultadas.
Seguirán las heladas débiles
El temor a que las bajas temperaturas acaben por arruinar por completo la cosecha sigue vivo. Desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Juan Esteban Palenzuela señala que mañana las mínimas pueden seguir a la baja, pero habla ya de «heladas débiles». Sin embargo, los daños pueden localizarse en zonas en valles o áreas en las que el viento no sople. Ayer, por ejemplo, todavía se registraron hasta -8º en las Fuentes del Marqués de Caravaca y -3º en Yecla.
Todo esto se suma a una campaña que nació torcida debido a la resaca de la crisis del pepino y que se ha venido desinflando conforme la crisis -y la consecuente bajada del consumo- se hacía más patente. «Podemos estar ante la peor campaña de los últimos 10 años», señalan desde Asaja. Por ahora, la esperanza está puesta en que el mercurio remonte y que Italia, Grecia y Francia sigan también padeciendo los rigores de las heladas.
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