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A. S.
Domingo, 5 de febrero 2012, 05:34
Las obras de emergencia que se llevan a cabo en la iglesia de San Mateo, bajo la dirección del arquitecto Juan de Dios de la Hoz, han proporcionado más de una sorpresa. Los daños del terremoto han puesto al descubierto una sillería de muy buena factura, tanto por las propias piezas, como por sus rejuntados, en la totalidad de las pilastras y arcos del templo.
A la vista de lo que iba apareciendo se llevaron a cabo varias catas y se pudo comprobar que esa característica constructiva, a base de piedra, se producía en todas las pilastras y arcos, y que el estado de la sillería era bueno, por lo que se tomó la decisión de recuperarla en su totalidad ya que, según los técnicos «está escuadrada, tallada y acabada con trinchante, e incluso policromada en una de sus molduras y en la totalidad del zócalo».
Esta recuperación, sin duda aportará un valor añadido a la iglesia, que mostrará su estructura de sustentación vertical en sillería de piedra, del mismo tono en las cornisas y arcos de la nave, que los de las cornisas de arranque del tambor y las pechinas que son los elementos constructivos que concentran el peso de la cúpula en las esquinas, descansando sobre pilares.
Otro de los hallazgos en los trabajos de rehabilitación del templo es una pintura mural en uno de los arcos de la nave lateral izquierda vista desde el altar mayor, que representa una paloma, símbolo del Espíritu Santo, rodeada de una orla.
No se ha hecho todavía, porque siguen las catas para comprobar si existen más pinturas, un estudio para establecer la antigüedad de la pintura, pero algún experto apunta que pueden ser de finales del siglo XVIII o primeras décadas del XIX. Las pinturas, al igual que la sillería, fueron cubiertas en su momento por enlucidos.
A la iglesia le falta todavía su tiempo para que esté recuperada en su totalidad y con posibilidad de reabrirla al culto. La fecha aprobada por el Ministerio de Fomento, que es el organismo que financia estas obras, con un presupuesto cercano al millón de euros, para la terminación de las obras es la del 26 del próximo mes de junio.
A partir de ese momento se necesitarán algunas semanas más para el arreglo de los retablos, limpieza, pruebas de iluminación y megafonía y la colocación de los bancos, por lo que la reapertura solemne podría producirse en los primeros días de septiembre.
El terremoto, ha explicado el director de las obras de emergencia, sufrió desperfectos de dos tipos durante el terremoto. Hubo desprendimientos de grandes sillares de cornisa en la torre, con grietas en las cuatro caras y gran desplazamiento horizontal de la esquina noroeste, así como una rotura completa de los apoyos de la cubierta de la torre.
En el templo se produjeron grietas en todas la bóvedas y paramentos, separación de las bóvedas de los arcos formeros y rotura de la cubierta de la iglesia. Los cuatro arcos bajo el crucero y los de las capillas también sufrieron aperturas y hubo rotura de los tabiques de las galerías y tribuna. Se cayeron revestimientos en paredes, techos y bóvedas, así como elementos de los retablos, molduras decorativas y daños importantes en todas las instalaciones.
Proceso de recuperación
La gravedad de los daños obligó a la clausura del templo y a realizar una intervención de emergencia que fue asumida por el Ministerio de Fomento. Las obras se encuentran muy avanzadas y, en estos momentos, no quedan andamios en el interior, al haber concluido la consolidación de muros y bóvedas.
Igualmente, señala el gerente de la empresa Lorquimur, Ginés Méndez, que es la que realiza los trabajos, se han ejecutado los cosidos de los arcos y muros mediante taladros e introducción en los mismos de varillas de fibra de vidrio para unir los sillares, ladrillos y las distintas hojas de los muros y arcos afectados.
Estas actuaciones se llevan en paralelo con la ejecución de una medición mediante una estación que realiza un barrido por los puntos más significativos de elementos estructurales de la iglesia, con el fin de poder mantener un control continuo y exacto de las posibles deformaciones que pudieran sufrir esos elementos.
En el exterior y concretamente en la torre, ya se ha completado su remate superior, incluida la colocación de una nueva veleta de hierro. En cuanto a los sillares de la cornisa, algunos de los cuáles cayeron al suelo, se ha procedido a su recolocación, tras volverlos a izar y darles a todos un tratamiento restaurador y una inyección de los muros de mampostrería con morteros de cla grasa y aditivos de resina y tabadillo de yeso.
La restauración de las fachadas de la torre es el trabajo que ahora se lleva a cabo, para eliminar las reparaciones anteriores con cemento y la aplicación de morteros de cal.
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