Lo que no pudo Hitler, lo podrá Merkel

El loco del bigotillo no lo consiguió. Echó los tanques a la calle, pero a lo bestia. Porque los de Miláns (también con bigote) fueron solo una broma pesada. El chulo se conformaba con invadir las huertas de Valencia y Murcia. El alemán quería ir algo más allá: pretendía llegar hasta el Océano Pacífico. No pudo cumplir su mesiánica misión. Se atrevió a tocarles los cojones a los americanos bombardeando Pearl Harbour. Y fue el principio del fin de la epopeya nazi. Pero, entremedias, Europa quedó destruida una vez más, los muertos se cuentan por millones y el sufrimiento colectivo alcanzó sus más altas cotas. Todos perdieron la guerra.

Lo del Merkel es otra historia. Ahora ya no se muere de bombas, sino de hambre y desesperanza. Pero, al menos en la apariencia, el montaje es de lo más democrático. ¡Ah! ¡La Unión Europea! Ahí es nada. Todos los gobiernos, elegidos por el pueblo. Aunque en Italia y Grecia ya empieza a asomar la oreja el monstruo de la dictadura, que no descansa, como el Demonio. (Han puesto a dedo en la gobernación a los tecnócratas del OPUS). Me recordará el lector -y con razón- que Hitler también accedió al poder democráticamente.

Hoy, la Europa depende de la señora Merkel. Porque monsieur Sarkozy solo es el monaguillo de su gélido ceremonial. Se fue ZP. Y nada más anunciarse que el relevo será Rajoy, ya lo ha llamado a capítulo y le ha ordenado lo que tiene que hacer, si no quiere ponerse en peligro de muerte. Antonio Burgos despide a Zapatero diciendo irónicamente: '¡Vaya usted con Dios!'. Pero tampoco es cuestión de echarle el muerto a Nuestro Señor.

-¡Nuestro Señor no tiene culpa de nada! -salta Rouco.

Dejémoslo, pues esta sería otra historia. A lo mejor, el Todopoderoso debería haberse abstenido de crearnos -yo no creo, por lo ya visto, que nos hiciera a su imagen y semejanza-, sabiendo como sabía que el producto humano le estaba saliendo tan deficiente. A ver. ¿Acaso lucimos los individuos pegada al culo la etiqueta de calidad que expide la CE? No he visto a nadie que la lleve. Ni siquiera la Merkel, que tiene un trasero con mucho espacio para lucirlo. Entonces (y ahora ya entramos en el terreno metafísico), ¿qué nos pasa? Pues que la Humanidad es una equivocación y el hombre ha sido, es y será por siempre lobo del hombre.