

Secciones
Servicios
Destacamos
ESTER REQUENA
Miércoles, 23 de noviembre 2011, 11:21
A Carmen Rodríguez le da igual que no haya pruebas científicas que sustenten el 'milagro' de la pulserita Power Balance. Ni siquiera ahora que se ha conocido que la empresa que las fabrica se tendrá que declarar en bancarrota al tener que afrontar una millonaria indemnización a sus clientes en Estados Unidos por publicidad engañosa. Ella, una funcionaria malagueña recién jubilada, la sigue llevando en su mano derecha y por el momento no se la piensa quitar. «¿Y si realmente funciona? No pierdo nada por llevarla y las pruebas de equilibrio están ahí. Seguir con ella no me va a hacer mal». Carmen es de las pocas que la sigue luciendo tras los 'palos' que le han ido cayendo al invento. Primero fueron los estudios científicos los que dejaron en evidencia sus milagros y ahora han sido los jueces los que la vienen a considerar un timo. A la compañía californiana le toca apoquinar nada menos que 42,5 millones de euros, un duro golpe en su línea de flotación que la va a hundir.
La sentencia no es nueva... lo es el buen número de ceros que acompaña al acuerdo americano. En Italia tuvieron que soltar 350.000 euros, un cifra irrisoria viendo ahora el montante fijado. Peor fue en España, donde el año pasado la Junta de Andalucía multó a la empresa con 15.000 euros, una sanción «ridícula» a ojos de la asociación de consumidores Facua. El equivalente a 428 pulseras. Una nimiedad si se comparan con las más de 350.000 unidades que se vendieron en nuestro país a razón de 35 euros cada una. Y eso sin contar las cientos de imitaciones que proliferaron por todos lados... incluidas en las tiendas de los chinos, aunque esas no pasaban de unos pocos euros. El boom hizo casi raro al que no la llevaba. Y a ello contribuyó el tirón de las caras conocidas que pasearon las pulseritas por platós de televisión y saraos varios.
Hasta la ministra Pajín
La lista no hacía más que crecer: los tenistas Manolo Santana y Feliciano López, el piloto de rally Dani Sordo, el surfista Pablo Gutiérrez, el futbolista Guti, los televisivos Iker Jiménez y Pablo Motos, la baronesa Thyssen... Sin olvidar a la propia ministra de Sanidad, Leire Pajín (a la que le cayeron palos de todos lados por creer, y de alguna forma fomentar, los productos milagros), o el número dos de Esperanza Aguirre en Madrid, Ignacio González. A todos ellos se sumaron figuras mundiales como los baloncestistas Kobe Bryant, Shaquille O'Neal o el piloto de Fórmula 1 Rubens Barrichello. No faltó ni la duquesa de Alba, que eso sí, se ha casado sin la pulserita.
Ahora muchos reniegan del invento y se han quitado la Power Balance, incluidos los surferos que comenzaron una moda que se extendió por todo el mundo como la pólvora. Fueron dos aficionados a este deporte, los hermanos californianos Rodarmel, los responsables de un invento que los hizo de oro... hasta ahora.
El negocio fue redondo y hasta se creó una línea de colgantes, tarjetas plásticas e incluso pegatinas con el famoso holograma. ¡Hasta compraron el pasado enero los derechos para ponerle su nombre al estadio de los Sacramento Kings de la NBA! Eso sí, ahora no se les pasará por la cabeza llamarlo Power Balance, como apuntan en Twitter.
Precisamente en la red social la pulserita antes milagrosa se posicionó entre los temas más comentados del momento y no faltaron los chistes sobre la bancarrota. «Paradójicamente la Power Balance perdió el equilibrio de sus finanzas». Y tanto con lo que se les viene encima.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.