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M. BUITRAGO
Miércoles, 2 de noviembre 2011, 14:21
Al final se han impuesto las tesis de Aragón y de Castilla-La Mancha para reducir a la mínima expresión la política trasvasista del Partido Popular. En contra de los deseos del Gobierno murciano, el programa electoral dado a conocer ayer en su integridad ha introducido una coletilla que pone en duda que existan sobrantes de agua en otras cuencas para enviarlos al Sureste y el Levante. El texto señala entre los objetivos -no es una medida de gobierno- las transferencias de los sobrantes de agua de las cuencas excedentarias a las deficitarias, como publicó ayer este diario, pero las condiciona a que existan tales excedentes. El PP precisa que habrá transferencias «si hubiere» tales sobrantes.
Tratándose de un objetivo general, este matiz destierra el Trasvase del Ebro y coloca una incógnita sobre el Trasvase Tajo-Segura -que funciona con los excedentes de la cabecera- apoyando las tesis de Castilla-La Mancha. Como se sabe, el gobierno de Cospedal ha exigido que se detenga el envío de este semestre porque daña los intereses de su comunidad.
El Gobierno regional estaba convencido de que este añadido había desaparecido tras la reunión que mantuvieron el jueves el presidente Ramón Luis Valcárcel y la vicesecretaria de Organización del partido, Ana Mato. Pero no ha sido así. El PP regional opina que esta coletilla era innecesaria y merma la apuesta del PP por los trasvases.
La posibilidad de las transferencias de agua no figuraba en la redacción inicial y fueron introducidas a partir de la conversación que mantuvo Valcárcel con Rajoy el pasado día 18. Entró 'in extremis', según reconoció ayer el Gobierno regional, para quien lo importante es que apareciera esta referencia. Otros sectores del PP no ocultan su malestar porque Mariano Rajoy haya rebajado tanto la apuesta trasvasista, sobre todo cuando toman como referencia que el principal objetivo hace siete años era recuperar el Trasvase del Ebro y la totalidad del Plan Hidrológico. Asimismo, el programa señala como una prioridad «la gestión de la demanda», que es una de las principales exigencias de los colectivos contrarios a los trasvases. También se aludió a la misma en 2004.
A diferencia de los programas de 2004 y 2008, no existe un epígrafe específico sobre agua, sino que ésta se incluye dentro de un apartado más genérico de medio ambiente. Las medidas que ejecutaría el PP serían la gestión integral del agua para reducir el consumo; el gran pacto nacional; el impulso del saneamiento y depuración; la prioridad de uso del agua en cada cuenca; la garantía de las necesidades presentes y futuras; el uso sostenible; fomento del ahorro; la solidaridad interterritorial y una cartografía sobre zonas inundables.
En este apartado no existe referencia a los trasvases ni tampoco al nuevo Plan Hidrológico que prometió el PP meses atrás. De hecho, no se menciona el Plan Hidrológico, a diferencia del programa de 2008, cuando el PP destacó que en las dos legislaturas que presidió Aznar se desarrollaron los planes de cuenca y el Plan Hidrológico Nacional «derogado en parte y sin consenso por el gobierno socialista». La propuesta del PP murciano era que se actualizara el PHN de 2001.
El agua tampoco figuraba entre las 100 medidas prioritarias de gobierno avanzadas el pasado lunes en Santiago de Compostela.
El programa dado a conocer ayer por el PP en su totalidad contiene varios párrafos sobre el agua en el apartado de las infraestructuras de comunicación, que son los mismos que aparecen ochenta páginas más adelante, lo cual parece un error o improvisación a la hora de hilvanar todas las propuestas. El diario El Heraldo de Aragón subrayó ayer que el PP «no renuncia a trasvasar sobrantes».
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