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EDUARDO RIBELLES
Domingo, 24 de julio 2011, 13:54
Mientras el Gobierno local emplea el verano en armar su estructura y buscar dinero debajo de las piedras para afrontar una legislatura de recortes, la oposición ha comenzado a funcionar como una 'minipimer': cada grupo político, a una velocidad distinta. De la actividad y la visibilidad que ha adoptado IU al comportamiento introspectivo del PSOE pasando por MC, cuyo único edil todavía tiene que acomodar su rápida forma de funcionar a los tiempos y las formas de la Administración Pública.
Sesenta días han pasado desde que Pilar Barreiro manifestó, en su toma de posesión, su disposición a consensuar con una oposición leal, todas las medidas necesarias para sacar al Ayuntamiento de la crisis.
Después de eso, su edil de Hacienda, Fátima Suanzes, se ha puesto a trabajar en el plan de reequilibrio financiero que lo haga posible, entre 2012 y 2014. Y el resto de concejales, algunos en fase de adaptación, ya han recibido la advertencia de que si quieren que sus proyectos se lleven a la práctica, deberán recortar al mínimo su coste. El edil de Infraestructuras, Francisco Espejo, repite las mismas palabras a todo el que le pregunta por sus objetivos: «Mantenimiento de las obras realizadas» y «gestión de los servicios consolidados». Es decir: nada de grandes iniciativas.
La principal infraestructura a mantener y gestionar será el Auditorio, cuya concesión debe adjudicarse la semana que empieza mañana, para los próximos cinco años, prorrogables, y que debe ejercer de pieza clave para dinamizar el turismo en la ciudad. La edil de Cultura, María Rosario Montero, tiene la responsabilidad de conseguirlo.
Por su parte, el concejal de Urbanismo, Joaquín Segado, trabaja fuera del foco informativo en las modificaciones del Plan General Municipal de Ordenación Urbana. La clase media de la Corporación se mueve entre la hiperactividad del responsable de Casco Antiguo. Comercio y Seguridad, Mariano García, las buenas intenciones de Carolina Palazón en Turismo y Medio Ambiente y el escaso movimiento que se registra en el Área de Descentralización, donde sólo el concejal responsable, Nicolás Ángel Bernal, parece tener actividad oficial.
Periodo de reuniones
Los demás ediles (Educación, Deportes, Empleo, Mujer) están todavía conociendo el terreno en que se mueven y a verlas venir en cuanto al papel que Barreiro pueda dejarles que desempeñen en el Gobierno.
Y todo ello en un periodo de reuniones y más reuniones de las diversas comisiones sectoriales para dotarlas de una agenda que no se vea estrangulada por la crisis.
Mientras tanto, los tres grupos de oposición han comenzado a diferente velocidad.
Izquierda Unida va a comunicado diario desde que tomaron posesión sus dos ediles. El reparto de papeles entre su portavoz, Cayetano Jaime Moltó, y su compañera María Rosa Mateo, en el control y las propuestas de las diferentes áreas, está empezando a dar juego. No han eludido la crítica cuando lo han considerado necesario: ya han pedido la dimisión de Adrián Ángel Viudes, han censurado la propuesta del Gobierno local de subir las tarifas de las instalaciones deportivas y han cuestionado el procedimiento de adjudicación de la gestión del Auditorio. Moltó tiene experiencia ganada a base de trabajo y horas de dedicación en sus años de diputado único de Izquierda Unida en la Asamblea Regional. Pero también es conscientes de que ahora mismo no es el momento de plantear propuestas de inversión cuya ejecución es utópica. En IU hubieran intentado eludir la obligación de hacer el plan de reequilibrio financiero, pero una vez metidos en él, están dispuestos a colaborar en su redacción.
El PSOE aún no se ha recuperado del mazazo de las elecciones municipales. La situación de 'shock' derivada de perder cuatro de sus nueve concejales, sumada a la 'interinidad' en la que vive el secretario general local, Antonio Martínez Bernal, y todo el aparato regional y federal, hacen que, en los primeros 50 días de legislatura, los socialistas hayan desaparecido. Ni una sola critica o propuesta ha salido, por iniciativa propia, del que sigue siendo el grupo mayoritario de oposición, si se exceptúan el par de ideas esbozadas por Juan Pedro Torralba.
La portavoz, Caridad Rives, aprovechó para irse de vacaciones, El segundo de a bordo, Julio Nieto compagina su labor en el Ayuntamiento con otras actividades privadas y tampoco ha mostrado intención de destacar. Torralba, es el único que ha demostrado alguna actividad, pero muy matizada. De Ana Belén Castejón no se sabe nada, políticamente hablando, en el último mes y medio. Y César Delgado sigue siendo un ilustre desconocido..
El único representante de Movimiento Ciudadano, José López, entró en el Ayuntamiento con un objetivo: el ataque frontal a la alcaldesa, Pilar Barreiro, porque la considera «el verdadero problema de Cartagena» y también por los agravios que considera que le está infligiendo para que no pueda hacer oposición. Pero en mes y medio ha moderado su discurso, a sabiendas que la legislatura es larga y tendrá muchas oportunidades de buscar las cosquillas a los gobernantes. Esto empieza ahora.
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