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ROSA MARTÍNEZ
Jueves, 21 de julio 2011, 13:30
Instrumentos descatalogados imposibles de encontrar, ni siquiera en tiendas especializadas, y melodías que han permanecido arrinconadas durante varios siglos, son recogidas ahora por el Festival de Música Antigua Villa de Calasparra con el objetivo de extraer del olvido los acordes de la era medieval. El festival tendrá lugar este fin de semana en la Ermita de los Santos Mártires de Calasparra.
Ayer se presentó en Las Claras de la Fundación Cajamurcia la cuarta edición de este festival, único en la Región, que este año estará centrado en la figura del músico y compositor abulense Tomás Luis de Victoria con motivo de la celebración del cuarto centenario de su muerte. En el acto estuvieron presentes el gerente de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez, el alcalde de Calasparra, Jesús Navarro y Fernando Pérez Valera, en representación de la agrupación musical Danserye, promotora y principal organizadora del festival. La agrupación Danserye es uno de esos ejemplos de apasionados por la música antigua. Tocará en la apertura del festival el día 23 y en la clausura del mismo, el domingo 24, acompañando a la Capilla del Real Conservatorio de La Haya de Holanda, país invitado en esta edición.
No sólo es una exhibición de música medieval y barroca sino que la iniciativa comprende un verdadero proyecto de recuperación patrimonial en el que llevan trabajando durante años aficionados y expertos investigadores. El deseo por realizar una fiel representación de la música medieval ha llevado a este grupo a construir sus propios instrumentos con la única referencia de pinturas y tapices de la época, una práctica laboriosa que ayuda a reproducir las melodías tal y como eran hace cuatro siglos, «la intención es ir a la fuente original y evitar así que se pueda desvirtuar el sonido», asegura Pérez Varela. La música que se interpretará en esta edición también quiere reflejar su cercanía a los acordes de la época; para ello se han utilizado dos manuscritos pertenecientes a los siglos XVI y XVII, uno de ellos recuperado recientemente de la Biblioteca Manuel de Falla y rescatado para este espectáculo de música medieval con el que viajar en el tiempo. La particularidad de estos manuscritos es que las partituras de todos los instrumentos se encuentran en un mismo documento debido a la dificultad de reproducción de la época. De este modo, los músicos debían colocarse tras un único libreto para poder leer las notas. Lo mismo ocurría con el director de orquesta, que a diferencia de lo que sucede en la actualidad, se situaba junto a los músicos, desde donde los dirigía. Esta misma composición espacial es la que seguirán los integrantes de la Danserye y la Capilla Real del Conservatorio de la Haya como fiel reflejo de las costumbres empleadas durante el periodo medieval. El Festival de Música Antigua, que ha visto reducida su programación por la disminución de patrocinadores, es en palabras del alcalde calasparreño «una apuesta por la cultura», algo que considera importante para salir de la crisis económica. Jesús Navarro se mostró satisfecho ante un evento que «recupera las raíces musicales de toda Europa», y que trata de acercar al público un tipo de música poco frecuente. Además, reconoció su deseo de continuidad de esta iniciativa en futuras ediciones.
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