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CÉSAR GARCÍA GRANERO cggranero@laverdad.es
Martes, 5 de julio 2011, 09:50
El tamborileo de la Fórmula 1 se despide de la Región de forma definitiva. Tras dos años de titubeos y una relación cariada casi desde el inicio, el empresario José Ramón Carabante anunció ayer la venta del Grupo Hispania a Thesan Capital, un fondo de inversiones tentacular, que ha metido mano a cárnicas, pizzerías y talleres de automóvil, entre otros negocios, y mantendrá al primer equipo español de fórmula 1 en el país, pero lejos de la Región. «Murcia no es la opción para que venga la escudería», dijo ayer José Ramón Carabante hijo, principal responsable del equipo de Fórmula 1. El grupo Thesan se hace con la mayoría de Hispania por unos 30 millones de euros, cantidad no oficial, y los Carabante, desencantados al entender que la Comunidad no les ha brindado la llama de su regazo, se mantienen al frente del equipo, pero cambian de hogar. Conservan la piel bajo otro techo: dos años después trasladan su rimbombante proyecto.
No es una sorpresa: la Comunidad, a la que le hicieron los ojos chiribitas en los preliminares, nunca se fió del todo de la capacidad de Carabante para armar su proyecto hercúleo, que incluía una fábrica de chasis, un túnel de viento y hasta un circuito homologado que pudiera acoger ensayos de las escuderías. Por su parte, el empresario malagueño afincado en Murcia creyó que iba a ser recibido con los brazos abiertos. Consideraba que su plan abría una posibilidad de inversión muy apetitosa para los intereses de la Comunidad y tras el primer frentazo, surgido por el aval para poner en pie el proyecto, nada fue lo mismo. Carabante y la Comunidad se fueron distanciando, la idea entró en la nevera y el proyecto quedó en punto muerto para siempre.
Así que Hispania mantendrá su nombre actual en los circuitos, su cúpula directiva y sus pilotos: Karthikeyan, Liuzzi y Ricciardo, pero no su sede, que podría estar en Barcelona o Valencia, explicó ayer Carabante hijo.
¿Cómo acaba en el desguace un plan que nació con ribetes dorados, implicó a dos consejerías y llegó a ser considerado el proyecto estrella del Gobierno regional hace casi dos años? El divorcio no ha sido súbito, se ha fraguado: se veía venir. Carabante hijo habló ayer de «desengaño» y Antonio Peñalver, director general de Deportes, dijo que «no se han cumplido los protocolos previstos. No hubo inversores y por eso no ha habido fábrica ni proyecto».
José Ramón Carabante, dueño del grupo inversor Hispania, que compró en 2008 a Trinitario Casanova por 100 millones, nunca ha presentado un proyecto con garantías, según la Comunidad, y él considera que sí hubo proyecto, pero no cariño. De hecho, hacía meses que buscaba inversores para su grupo y nuevas sedes para la escudería, una vez consumado el divorcio y comprendido que la ruptura no era fugaz, sino definitiva.
En 2009 la Comunidad y Carabante firmaron un convenio que recogía el proyecto para la creación de la llamada Ciudad del Motor con la fábrica, el túnel y el circuito. Estaría ubicada en Fuente Álamo y para ello Carabante -58 años, casado con una onubense y poseedor de tres casas, un yate atracado en La Manga y varias colecciones, una valiosa de coches caros, otra inestimable de cuadros y dos más raras de incunables y plumas- pidió a la Comunidad un aval de 20 millones. Salvador Marín, antiguo consejero de Universidades e Industria, nunca se lo concedió al creer que el proyecto presentado por Carabante era antes un esbozo que un proyecto y no incluía garantías ni inversores que lo legitimaran y dieran pie a la concesión de fondos públicos.
Fue el principio del desencuentro, agravado tras el patrocinio 'gratuito' que la escudería hizo de la Región en su debut en la Fórmula 1. La Comunidad se comprometió a pagar 3 millones de euros a Carabante por llevar el nombre de la Región en los monoplazas de 2010, pero el dinero no llegó, no está y,por supuesto, ya no se le espera.
La rencilla no fue cosa nimia, sino grave. Como consencuencia Hispania no se ha presentado este año, su segundo en el Mundial, en Murcia, como el primero, sino en Barcelona, y con un monoplaza, el F111, de color nevado con asomos rojos y sin mención alguna, grande ni pequeña, de la Región.
Aquella presentación tuvo lugar en marzo y fue una declaración de intenciones. Para entonces Carabante, que ha sufrido varios reveses en los últimos tiempos, ya buscaba financiación para su proyecto y nuevas sedes. Y es que el empresario, incluido en su día entre los cien hombres más ricos de España por la revista 'Forbes', se vio obligado a pagar 47,5 millones a Trinitario Casanova a principios de año, que era la deuda que arrastraba de la operación firmada con el empresario por la compra del Grupo Hispania.
Este mordisco y otras dentelladas menores podrían haber llevado a Carabante a la venta de parte del grupo a Thesan Capital, que además de las empresas cárnicas, algunas pizzerías y los talleres Aurgi, posee la empresa tecnológica Avanzit y la productora audivisual Vértice 360.
Además, la Fiscalía Superior de Justicia de Murcia investiga en estos momentos la casa-mansión que el empresario se construye en Inazares, una pedanía de Moratalla. Se trata de un edificio casi baronial con varias plantas, capilla, piscina y distintos salones para coches antiguos con jardines y embalses construido en las barbas de Revolcadores. Es una villa de 288 hectáreas auspiciada por una licencia municipal concedida en 2005 por el Ayuntamiento de Moratalla bajo el gobierno de Antonio García Rodríguez (PP). Ahora, sin embargo, está bajo investigación, por haber sido concedida para un terreno considerado no urbanizable, salvo en casos en los que el propietario sea agricultor o ganadero y acredite que la casa ha sido levantada para la explotación de un negocio relacionado con su actividad.
Son algunos de los golpes que ha recibido Carabante en los últimos tiempos y que han afectado de forma indudable a su proyecto para la Fórmula 1. Aunque Antonio Peñalver aseguró ayer que no hay animadversión alguna y la relación con Carabante es de «perfecta sintonía», hace meses que el dueño del Grupo Hispania habla de «falta de cariño». Carabante considera que no se le ha prestado la atención debida a su proyecto y que no se han visto recompensados los 'favores' hechos a la Comunidad, entre ellos el patrocinio en los monoplazas o el del baloncesto, donde el empresario asegura que entró «porque me lo pidieron los políticos».
El baloncesto, a salvo
El hijo de José Ramón Carabante desligó ayer la nueva operación del proyecto del CB Murcia, a cuyo frente se encuentra Carabante padre. «No tiene nada que ver. Esta venta no va a afectar en nada al CB Murcia. Seguiremos en el equipo de baloncesto, que no corre peligro alguno». Y Antonio Peñalver fue más allá al decir que «puesto que ahora no tendrán los elevados gastos que comporta una escudería de fórmula 1, lo normal es que puedan invertir más en el baloncesto».
La operación tampoco afectará a los trabajadores que Hispania tenía en su sede de Murcia, en el edificio frente a El Corte Inglés, que eran diez y seguirán ligados a la escudería allá donde instale la nueva sede. En realidad, Murcia ha sido siempre una sede más funcionarial que real, con algunas labores administrativas, pues los coches no han estado nunca aquí, sino en Alemania.
La intención del nuevo grupo inversor, por lo anunciado ayer, es unificar toda la infraestructura para acabar con la dispersión y aunar esfuerzos que ayuden a conseguir mejores resultados. Hasta ahora Hispania no ha podido entrar en la zona de puntos. El año pasado quedó en penúltimo lugar de la clasificación de constructores y esta temporada, considerada de tránsito, intenta ser la mejor de las nuevas escuderías.
La Fórmula 1 se despide de Murcia. José Ramón Carabante, que empezó en la recogida del fresón en Huelva y la venta de aparatos ortopédicos en Cuba, se hizo rico en el mundo frío de las finanzas y logró renombre gracias al mundo más entusiasta del deporte, se lleva el 'juguete' de la fórmula 1 fuera de la Región. «Esta historia ha sido una pena», dijo ayer Antonio Peñalver. Carabante hijo lo corrige: «No, esta historia ha sido un desengaño».
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