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Un crucifijo preside un aula de un colegio español. :: AFP
La cruz se queda en las aulas
GENTE

La cruz se queda en las aulas

El tribunal de Estrasburgo da la razón al Gobierno italiano y permite el símbolo religioso

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ CORRESPONSAL

Sábado, 19 de marzo 2011, 03:43

La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha dicho la última palabra, con una sentencia que traerá cola, sobre la exposición de crucifijos en escuelas públicas: ayer consideró que no suponen una violación de derechos ni libertades. Lo decidió por quince votos contra dos y dio la vuelta a la sentencia en primera instancia de este tribunal que había dado la razón a una italiana de origen finlandés, Soile Lautsi, que pleiteaba contra el Gobierno de Roma desde hace nueve años. En 2009 el tribunal europeo sí condenó a Italia y dictaminó que se trataba de una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos según su conciencia.

La nueva sentencia, en cambio, establece que «un crucifijo colgado de una pared es un símbolo esencialmente pasivo» y razona que tiene mayor visibilidad porque pertenece a la religión mayoritaria del país, pero «no es un acto de adoctrinamiento». Admite que es «comprensible» que la demandante pueda percibirlo como «una falta de respeto», pero cree que esa «percepción subjetiva» no llega a ser una violación de sus derechos.

El Vaticano estaba ayer muy pendiente de la resolución, pues encajó muy mal la de 2009 y temía que una sentencia definitiva en contra fuera el principio de un desmantelamiento del crucifijo a nivel europeo, de una auténtica operación cultural contra la Iglesia. Por eso ayer celebró el fallo como «histórico». Según su portavoz, Federico Lombardi, obliga a «garantizar en la UE un margen de apreciación del valor de los símbolos religiosos en la propia historia cultural». Ésa había sido la base de la defensa de Italia, al definir el cruficijo como un «símbolo nacional», dentro de una escuela plural donde, por ejemplo, también se puede llevar el velo.

Este caso se ha convertido en vehículo de una gran batalla ideológica entre cristianismo y laicismo, y la resolución de ayer marca un hito en Europa en un campo polémico, el de la exhibición de símbolos religiosos. Italia y el Vaticano, tras perder en primera instancia, habían buscado el apoyo de otros estados europeos, aunque sólo lo obtuvieron del área ortodoxa y apenas de la católica, otro síntoma del desencuentro de la Iglesia con los países occidentales. Han estado a su favor Armenia, Bulgaria, Chipre, Grecia, Lituania, Malta, Rusia y San Marino.

A España también le atañe la cuestión, pues el Gobierno preparaba una ley de libertad religiosa que prohibía los crucifijos en los lugares públicos, de colegios a hospitales o juzgados, como en Francia. Precisamente en noviembre de 2009 la primera sentencia de Estrasburgo en este caso vino a avalar sus pretensiones.

También en España han surgido litigios judiciales. El primero fue en 2008 en un colegio público de Valladolid, donde el tribunal dio la razón al padre de una alumna que pedía quitar un crucifijo. Tras un recurso de la Junta de Castilla y León, el Tribunal Superior limitó la supresión a las aulas donde lo pidiera algún padre. Hace cuatro meses el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura también ordenó retirar crucifijos en dos aulas de un colegio público de Almendralejo tras la denuncia de dos padres.

Basada en la sentencia 'Lautsi', el abogado José Luiz Mazón también prentede reubicar el Cristo de Monteagudo por estar en un espacio público. Pero la sentencia del Tribunal de Estrasburgo le ha dado un severo revés.

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