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OCTAVIO DE JUAN
Sábado, 12 de marzo 2011, 03:11
Nadie podrá negar el inteligente y buen gusto con el que la Filarmónica de Montecarlo ha debutado en nuestro Auditorio y que el maestro Neeme Järvi ha respetado íntegramente, supliendo por enfermedad al anunciado titular de la Orquesta, Yakov Kreizberg. Ünicamente, y en el momento de los bises, el director estonio pudo añadir por su cuenta el fragmento de 'La artesiana' de Bizet y la pieza para cuerda de Sibelius. Un programa, pues, enormemente atractivo con el doble señuelo del 'Carnaval romano' de Berlioz, para empezar, y del 'Un americano en París' de Gershwin para finalizarlo. El primero, manejado con tal ímpetu por la orquesta principesca que a punto estuvo el autor de un estentóreo ¡bravo¡ de precipitarse sobre el patio de butacas. Tras las andanzas del turista americano, ya no se oyó.
El centro de gravedad de la sesión residía, naturalmente, en el admirable 'Doble concierto para violín y violonchelo' de Brahms y en la no menos maravillosa visión de Ravel de los amores de Dafnis y Cloe, de la que únicamente se ofreció la segunda parte de la Suite. Una y otra, piezas esenciales en el catálogo de ambos maestros, a lo que, por lo que se refiere al Concierto de Brahms, se sumaba el aliciente de contar con dos jóvenes intérpretes de enorme talla artística como demostraron serlo los muniqueses Julia Fischer y Daniel Müller-Schott, a cual de ellos mejor en su aquilatada desenvoltura técnica y desarrollada sobre un ideario expresivo de una absoluta compenetración que se puso de manifiesto nada más exponer la frase inicial del concierto. Acaso esta contemplación transcurriera por derroteros distintos a los que siguieron en su estreno Joachim y Hausmann, pero en muy pocas ocasiones podremos disfrutar de una capacidad para unir temple y delicadeza en la medida como lo hizo esta extraordinaria pareja de intérpretes.
Por su parte, el centenar de componentes de la orquesta daba el nivel de su preparación ofreciendo una clarificadora versión de la obra maestra de Ravel, sobriamente gobernada por el maestro Järvi.
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