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J. A. G.
Jueves, 27 de enero 2011, 20:21
El frío y brutal mensaje de texto (sms, en la jerga las nuevas tecnologías) llegó como un seco latigazo al teléfono móvil de un familiar de la víctima: «Yo ya la he matado; ahora es cosa vuestra». Para el destinatario, la identidad del remitente no dejaba lugar para la duda: Antonio había matado a Lady Yeni. No pasó mucho tiempo hasta que la noticia de su cruel muerte a manos supuestamente de su actual pareja sentimental se confirmó.
«Es algo terrible, es algo terrible. Estamos muy apenados», acertaron apenas a decir a 'La Verdad' unos parientes de la mujer asesinada. Según ha sabido este diario, uno de sus familiares recibió en su teléfono el citado mensaje de confesión del crimen. A partir de éste y otros indicios y pruebas, la Guardia Civil trata de reconstruir lo ocurrido en el piso de la calle Isaac Peral, donde encontraron muerta a la citada inmigrante de origen cubano.
Numerosos testimonios recabados en el pueblo coincidían en que la pareja tenía una tormentosa relación, e incluso algunos vecinos aseguraron que la mujer abandonó durante un par de semanas el domicilio harta de las supuestas agresiones de su novio. Afirmaron que se fue a Alicante a casa de unos parientes, y que regresó a Los Belones el pasado domingo. Dos días después, Lady Yeni encontró la muerte tras catorce años en España. Aquí conoció hace unos años a Juan, un peluquero muy conocido en la zona entre otras cosas porque tiene su establecimiento en la plaza Bohemia de La Manga, e inició una relación sentimental con él (no se casaron, como se había publicado por error). Tuvieron a la niña que ayer la halló muerta, y la relación de pareja se rompió al cabo de un año y medio aproximadamente, según fuentes familiares.
Yeni, como la gente la conocía en el pueblo, inició una relación con Antonio F. E., el vecino de La Unión al que la Guardia Civil busca como sospechoso del crimen y quien también estuvo casado y tuvo varios hijos. 'El barraquero', como apodan en su localidad a este hombre de etnia gitana y siempre vestido de punta en blanco, es bastante conocido en la comarca porque fue uno de los empresarios pioneros en la importación y venta de coches de Alemania.
Ayer, mientras la Guardia Civil buscaba a Antonio, Juan acudía a la casa de su ex mujer para recoger a la hija y darle algo de consuelo... con el brazo sobre los hombros.
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