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Aspecto de la manifestación a su paso por la Gran Vía. La imagen es un mosaico de tres fotografías tomadas desde un edificio de la plaza de Santa Isabel cuando los manifestantes llegaban al Puente Viejo, a la derecha. :: M. BUESO / Vídeo: laverdadtv
Réquiem por un 'tijeretazo'
CRÓNICA

Réquiem por un 'tijeretazo'

Los sindicatos expresan su deseo de «enterrar» los recortes en una multitudinaria manifestación, la séptima como protesta por los recortes del Gobierno regional, en la que no hubo incidentes

DANIEL VIDAL dvidal@laverdad.es

Miércoles, 26 de enero 2011, 15:23

Sólo las destacables ausencias del olor a incienso y la imaginería de rigor, además de las instrucciones del 'speaker' a través del altavoz para que los «compañeros y compañeras» dejaran «bien visible» la pancarta de la cabecera, convencían al respetable que se agolpaba en las aceras de la Gran Vía de Murcia de que la Semana Santa no se había adelantado al mes de enero.

No era una procesión, pese a las miles de velas, la predominancia del color negro y el silencio imperante durante gran parte del recorrido de la séptima manifestación en contra de los recortes aprobados por el Gobierno regional. Un silencio al que sólo faltaba al respeto -galones tiene para ello- el 'Réquiem' de Mozart. Banda Sonora Original. Los gritos y cánticos de otras convocatorias dieron paso al recogimiento, a la reflexión y a la generalización del trago de bilis.

Bajo el amparo del mensaje «los servicios públicos son de todos», que presidió la marcha desde la plaza de la Fuensanta hasta la plaza de la Cruz Roja, los ochos sindicatos convocantes de esta protesta (CC OO, UGT, ANPE, STERM, SIDI, CSIF, SATSE y SAE) representaron su deseo de sepultar un 'tijeretazo' que supone, a la vez, «el enterramiento de las condiciones laborales de miles de funcionarios». «Más que la procesión del dolor, parece el pobre de mí», trataba de ironizar Óscar Urralburu, de STERM, que añadió que las movilizaciones se acabarán cuando «se suspenda la ley aprobada por el Gobierno regional».

Pero no había pancartas en alto. Los mensajes de protesta había que buscarlos en las camisetas de los participantes, en las velas que portaban, en algunas de las cuales se podían leer las proclamas más duras. Las arengas más suaves -del tipo «Valcárcel, guaperas, aprende de Barreda»- salían de la boca de unos sindicalistas que ya habían recibido instrucciones previamente: «esta vez no. Apostamos por el silencio». La innovación también es importante en la movilización social, y la jugada no les salió mal, a juzgar por el resultado final.

Éxito de participación

El profundo malestar de los empleados públicos por la aprobación de la Ley de Medidas Extraordinarias llegó a convertirse en algunos momentos en satisfacción pasajera por el éxito de la convocatoria, que volvió a superar las cifras de la anterior protesta sindical en contra de los recortes salariales de los empleados públicos. De hecho, media hora después de que la cabeza de la manifestación llegara a su destino aún se veía gente cerca de la plaza de la plaza de la Fuensanta, el punto de partida de la protesta. Un río de sindicalistas, literalmente hablando, cubrió ayer la Gran Vía. Según los organizadores, fueron más de 60.000 las personas que ayer se movilizaron contra estas medidas de ajuste, aunque el dato no fue confirmado por la Policía Local.

Pese a todo, el agua que llevaba ese río no era cien por cien murciana. Según confirmaban ayer varios miembros de organizaciones sindicales a 'La Verdad', funcionarios y pensionistas de Castilla-La Mancha se desplazaron en autobús hasta la capital para participar en la manifestación, pese a que no pudieron concretar las cifras exactas de los 'foráneos' que habían ayudado a los 'locales' a protestar en las calles de Murcia contra el 'tijeretazo' del Gobierno regional.

Pese a que había para todos los gustos -con más o con menos acierto- una de las 'performance' que más triunfó a lo largo de la manifestación fue la que realizaron varios sindicalistas que portaron en hombros dos ataúdes con mensajes escritos como 'Sanidad pública de calidad', 'Estado de bienestar. RIP' o 'Más recortes en Educación, menos futuro para la Región', todos ellos alusivos a su protesta, que puede ser la última si en los próximos días se llega a un acuerdo. Además, la mayoría de los participantes acudieron a la manifestación vestidos de negro, siguiendo así la petición de las organizaciones convocantes. A pesar de todo, la novedad de la manifestación, con sus velas y su 'rictus' funerario por delante, llamaba poderosamente la atención de propios y extraños.

«Mamá, ¿qué es esto?», preguntaba a su madre un crío que no levantaba más de un metro del suelo.

-«Es gente que protesta porque les quieren bajar el dinero que les pagan por trabajar».

-«Y si trabajan igual, ¿por qué se lo bajan?»

-«Es muy largo. Te lo explico luego, hijo. Camina».

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