Parto de infarto en Colorado

Esta americana sonriente se apagó de pronto hace un año. Tracy Hermanstorfer se encontraba en un hospital de Colorado, preparándose para el parto junto a su marido Mike, cuando empezó a sentirse cansada. Pero no era fatiga ni sueño, sino una parada cardíaca. Dejó de respirar. Acababa de morir. Los médicos le arrancaron al pequeño Coltyn de sus entrañas en una cesárea in extremis. El bebé estaba inerte, con un ritmo cardíaco demasiado lento para sobrevivir, y lo depositaron en el regazo del desolado padre para que al menos lo pudiera mecer un rato antes de enterrarlo. Lo hizo con un solo brazo, porque el otro lo tenía soldado a la cama de su Tracy. «La paciente no tenía signos de vida, ni tensión sanguínea, no latía su corazón y no estaba respirando», recuerda uno de los médicos. Pero 45 minutos después, la madre y el niño se recuperaron. Del todo. Porque ahora celebran el primer año de vida de Coltyn y los 34 de Tracy sin ningún tipo de secuela y con este milagroso misterio por resolver. En el hospital siguen sin dar con una explicación razonable.