Borrar
Dispositivos. A los ereaders, dispositivos única y exclusivamente dedicados a leer libros electrónicos, les están saliendo muchos competidores.
Los ebooks no están por las nubes
Cultura

Los ebooks no están por las nubes

Diversas alternativas permiten acercarse gratis a los nuevos modos de lectura. Al mercado del libro digital, sometido a transformaciones constantes, le está costando asentarse

NEREA AZURMENDI

Lunes, 10 de enero 2011, 12:12

Aunque para que lleguen los balances habrá que esperar a que se cierren las cajas después de Reyes y rebajas, tampoco parece que éstas vayan a ser las Navidades del despegue definitivo del libro electrónico. Un despegue un tanto turbulento, que se está produciendo con más incertidumbres que certezas y en medio de circunstancias muy cambiantes, marcadas por hechos como la irrupción de nuevos invitados con habilidades lectores como las tablets o los teléfonos inteligentes.

Su llegada ha podido enfriar el entusiasmo de quienes pensaban hacerse con un ereader o lector de libros electrónicos, un dispositivo que sigue siendo caro y que sirve para leer libros digitales que, por lo general, también son caros o, cuando menos, son percibidos como tales por gran parte del público.

Los analistas de Garnet, una de las principales consultoras mundiales en tecnologías de la información, han lanzado recientemente uno de los vaticinios más repetidos en las últimas semanas: en 2011, las ventas de libros electrónicos se incrementarán un 68,3% hasta alcanzar los 11 millones, superando ampliamente -y con permiso de las tablets- los 6,6 millones de unidades vendidas en 2010. Pero eso sucederá principalmente en Estados Unidos, donde los grandes, como la tradicional Amazon y la recién llegada al negocio de la venta de libros electrónicos Google, se disputan el terreno palmo a palmo en una guerra que dista mucho de ser incruenta.

En el mercado local las cosas van infinitamente más despacio, y las novedades que se producen al otro lado del Atlántico parecen a menudo ajenas y lejanas. Es lo que ocurre con iniciativas como la de Google, largamente anunciada como Google Editions y materializada finalmente como Google Ebookstore a principios del pasado mes de diciembre. De hecho, lo primero que se puede leer en castellano en su web es «por el momento, los libros de Google eBooks más recientes no están a la venta en tu país».

Ventajas colaterales

Pese a todo, el salto de Google a la dimensión más mercantil de un sector en el que, con fines aparentemente altruistas, ya tenía presencia desde mediados de la pasada década través de esa gigantesca y a menudo controvertida biblioteca que es Google Books, ha traído ventajas incluso a quienes no podemos acceder todavía a sus nuevos servicios.

La principal ventaja se deriva de la conversión en ebooks de muchos de los materiales a los que se puede acceder a través de Google Libros. Eso redunda, sobre todo, en unas condiciones de lectura infinitamente mejores que las actuales. No puede decirse que la aplicación funcione a la perfección -hay que enredar un poco hasta cogerle el truco-, pero basta con tener una cuenta en Google para poder ir construyendo en 'la nube' -es decir, en internet y no en el ordenador de cada uno-, una librería digital cuyos fondos -preferentemente, clásicos de dominio público-, pueden leerse mediante una aplicación muy similar a la que llevan incorporada ereaders. Con la comprensible excepción de Kindle -el exitoso dispositivo del gran rival, Amazon-, los libros de Google, que destaca el carácter abierto de su propuesta, pueden leerse en múltiples dispositivos, incluido el PC que hay en casi todas las casas.

Esa es, de hecho, otra de las ventajas colaterales del asunto: tener un primer contacto y empezar a familiarizarse con el uso de los libros electrónicos, que para muchos siguen siendo grandes desconocidos, sin tener que invertir en aparatos y el obras antes de estar plenamente convencido.

Google, que en España cuenta ya con la adhesión de Mondadori, en tanto que Libranda, la mayor plataforma de distribución y difusión de libros electrónicos en castellano parece que va a optar por la Amazon, ha vuelto a revestir de altruismo su nueva aventura empresarial, destacando la inmensa cantidad de contenidos libres que pone a disposición del público.

Iniciativas como la Open Book Alliance no han tardado en reaccionar, denunciando la hipocresía de Google y proclamando que, en el fondo, lo único que mueve a la compañía es el ánimo de lucro. Teniendo en cuenta que desde 2009 forman parte de esa alianza firmas como Amazon, Yahoo o Microsoft, la reacción es más que comprensible y, probablemente, esté más que fundada, pero eso no impide que los pequeños podamos sacar ventaja de las guerras entre los grandes.

Muchos precedentes

Aunque por la relevancia de los actores la iniciativa de Google y la reacción de sus detractores ha polarizado la atención, hace muchos años que otros, desde la esfera pública y desde la privada, están haciendo algo muy similar a lo que Google plantea ahora como novedoso.

Desde 2007 lo viene haciendo, por ejemplo, la firma francesa Feedbooks, que compatibiliza la venta de libros con todos los derechos en vigor, la edición y distribución y novedades propias y la posibilidad de descargar gratis clásicos libres de derechos. En ese terreno, su colección es muy considerable, y tienen bastante material en castellano. Se pueden leer sus libros en muy diversos dispositivos, pero a quienes se quieran acercar a estos nuevos modos de lectura utilizando su ordenador les basta con descargar una aplicación gratuita y muy sencilla de manejar como Adobe Digital Editions. Todo el proceso resulta muy sencillo.

También es sencillo, aunque ligeramente más farragoso por la estética y la organización de la web, recurrir a la principal referencia en materia de digitalización y distribución de obras libres de derechos de autor: el Proyecto Gutenberg, que se puso en marcha hace precisamente 40 años, con auténtico espíritu de colaboración y sin estar respaldado por intereses comerciales, por iniciativa de Michael Hart. A lo largo de 40 décadas, el proyecto ha ido sumando miles de libros que en la actualidad son accesibles en muy diversos formatos. Desde el punto de vista económico, no parece atravesar su mejor momento y reclama la ayuda de los usuarios.

Y estas son solo algunas pistas para empezar a moverse en un universo nuevo en el que, tras la primera toma de contacto, cada uno avanzará del modo que le parezca más adecuado. Un modo de comprobar que adentrarse en la nube de los libros, de entrada, no tiene por qué salir caro.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Los ebooks no están por las nubes