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RICARDO FERNÁNDEZ rfernandez@laverdad.es
Lunes, 1 de noviembre 2010, 01:44
Pedirle un favor a Ángel Fenoll debía de ser algo así como sellar un pacto con el Diablo. Cualquier día, antes o después, se presentaría ante el incauto para cobrarse su alma. Muchos debían intuir que, una vez que el industrial echaba mano del libro de facturas, la tarifa podía llegar a ser desmesurada. Pero no por ello la amenaza resultaba disuasoria: el poder parece ejercer sobre quienes lo han probado una adicción mayor que la heroína. Y ante el temor a quedarse sin la dosis diaria, cualquier precio puede llegar a parecer asumible.
Ángel Fenoll Pérez, nacido en Santomera en 1953, todopoderoso industrial del sector de la recogida y tratamiento de basuras, era el hombre a quien recurrir en caso de apuro. Lo mismo zurcía una bombilla que encendía un pantalón. Lo mismo financiaba al partido -presuntamente, claro-, que llenaba varios autobuses con 'guiris' para que aplaudieran en los mítines. O que compraba -supuestamente- votos en las municipales a cambio de fiestas, comidas o promesas de puestos de trabajo. O que influía en la composición de las listas electorales. O que colocaba en sus empresas a hijos, hermanos o amigos de cualquiera; o que... Por supuesto, todo quedaba perfectamente registrado y archivado -son antológicas las grabaciones que hacía en su despacho, con políticos retratados mientras les entregaba sobres repletos de dinero-, por si llegaba el momento de pasar la factura. Tal y como él mismo explicaba a sus colaboradores: «A ver si contamos la gente que nosotros llevamos, ¡hombre!, para luego yo decírselo (...). Agarra todo eso..., eso es el poder para el día de mañana, para dentro de cuatro años, ¿sabes lo que te digo?».
«El alcalde viene a verme»
Que lo mire el detective
Es la una y media de la tarde del 25 de mayo de 2007, falta día y medio para las elecciones municipales, y en la sede empresarial de Fenoll se recibe una llamada, alertando de que el alcalde de Fortuna, Matías Carrillo, se dirige hacia allí con un grupo de personas. El industrial se extraña y pregunta si alguien sabe si ha pasado algo en esa población. «Es que no sé a qué viene», confiesa.
Sus dudas se aclaran en pocos minutos. Carrillo ha sido denunciado por tres vecinos, entre ellos un menor, simpatizantes de la formación Coalición Ciudadana Regional (CCR), que le imputan haberles agredido, en compañía del edil de Deportes, Salvador Bernal, y de un numeroso grupo de militantes populares. Las supuestas víctimas estaban colocando propaganda electoral.
¿Y por qué razón habría de recurrir Matías Carrillo a Fenoll por ese asunto? Las grabaciones efectuadas por la Policía sobre el teléfono del empresario de las basuras, uno de los tres principales imputados del 'caso Brugal', desvelan que el alcalde no iba mal encaminado. A las dos y media de la tarde, Fenoll telefonea a un detective con el que trabaja mucho más que asiduamente.
-Fenoll: «Me hace falta, urgente, para seguir a tres personas y ver los movimientos que hacen».
-Manuel (detective): «¿Para cuando?».
-Fenoll: «Pues yo te voy llamando. Para seguirlos por la zona de Molina. Los movimientos son... que uno lleva un collarín en el cuello..., para ver si ellos... qué hacen, si van a discotecas, si se los quitan..., para ver lo que hacen».
-Manuel: «Ésos se pillan enseguida. No ves que hago muchos para la mutua...».
Como el señor Lobo de 'Pulp Fiction', la obra maestra de Tarantino -«Soy el señor Lobo y arreglo problemas»-, el señor Fenoll se ha puesto en marcha. Dos años y medio más tarde, cuando se celebró el juicio, el menor presuntamente agredido se desdijo por sorpresa de sus anteriores declaraciones y aseguró que todo había sido «un montaje orquestado para influir en el resultado electoral», así como que le habían ofrecido hasta 120.000 euros por denunciar a Carrillo. Al pasmado abogado del zagal no le quedó más remedio que retirar los cargos contra el alcalde, quien lógicamente resultó absuelto.
'Soluciones Señor Fenoll SL' había vuelto a triunfar. Si todo había sido realmente un montaje del CCR, había logrado desenmascararlos. Y si no había sido un montaje..., pues tres cuartos de lo mismo. Visto para sentencia y a otro asunto.
La fórmula del 'amor'
El que más da, más recibe
Alguien dijo que la fórmula del amor vendría a ser «el que más da es el que más tiene». Fenoll, a juicio de los investigadores del 'caso Brugal', había revisado la ecuación para adaptarla a sus necesidades. También repartía 'amor', 'amor' a raudales, aunque no dejara de ser un amor de compra y venta. «Significar que Ángel Fenoll, en diversas ocasiones, menciona expresiones tipo 'cariño', 'alegría', etc., pudiendo tratarse de lo mismo la expresión 'amor' aquí mencionada», señalan los agentes de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional en un informe sobre una conversación entre el empresario y su sobrino Pepe, centrada en apariencia en la concejal de Fortuna María Dolores Sánchez García.
-Fenoll: «De eso, de que si comentamos que la concejala que esto, y tal, no le hemos comen... nada de nada, ¿verdad?»
-Pepe: «No, no, aquí no se ha movido, no. Yo no he hablado ni con familia ni con nada. El pleito ese, yo ni pío».
-Fenoll: «A ver si se les ha escapado que la concejala, que éste le ha dado un (no se entiende)».
-Pepe: «Yo con (no se entiende) no he hablado ni pío. Vamos, ni yo ni... hemos dicho nada del temario».
-Fenoll: «Es que eso no se puede comentar. Se puede comentar según la persona, ¿me entiendes? (...) Ya sabes tú lo que es, ¿me entiendes o no?».
-Pepe: «Sí, sí, pero que de historias de esto no hemos comentado nada».
-Fenoll: «Del amor, digo».
-Pepe: «Ya, ya, ni si hay amor, ni si ha dejado de haber amor, ni todas esas cosas...».
Fenoll reparte cariño por si un día tiene que reclamar cariño.
Parece darle cariño a María Dolores Mateo Rivera, 'número 4' de la lista del PSOE al Ayuntamiento de Abanilla -de quien dice: «Como la tengo grabada y nos ha pedido perras, ¿sabes lo que te digo?»-, y la mujer le concierta una cita secreta con otra compañera de candidatura: María Dolores Saurín Riquelme, la aspirante socialista a la Alcaldía. Fenoll, que no quiere que se le escape la presa, avisa a su detective de confianza.
-Fenoll: «¿Sabes que me voy a ver con la María Dolores?».
-Margarita (empleada y mujer de su total confianza): «¡Ah, sí! ¿Al final sí?».
--Fenoll: «Tú cállate, que la voy a ver y tengo ya los detectives y todo (...) Como no se fía la paya del otro día, me llevan a otro sitio y no me lo quieren decir. Me llevan a otro sitio, pero como yo soy más largo que ellos... (...) Mira si es 'zorrica' la 'paya' (...) Mira si son malos (...) Quieren cogerme, quieren pedirme 'perras'».
-Margarita: «Por supuesto».
-Fenoll: «Y luego...».
-Margarita: «Te empapelan».
-Fenoll: «Pero yo no... hombre, lo voy a tener, nunca lo voy a sacar, pero si alguna vez tuviera... no me quedara más remedio, lo sacaría (...)».
-Margarita: «Ésa es más viva que las serpientes».
-Fenoll: «Por eso quiero pillarla, ¿tú me entiendes o no? (...) Por si acaso algún día le digo: 'Eh, esto es lo que hay, eh'. ¿Sabes lo que te digo?».
El encuentro se celebra el 19 de abril del 2007 y es perfectamente registrado por el detective. Fenoll, que viaja en su Volkswagen Touareg negro, se cita en la localidad alicantina de Benferri con María Dolores Saurín y María Dolores Mateo, quienes, en medio de grandes precauciones, hacen que el empresario las siga hasta Cox, donde entran en el 'Parador Conchi'.
La razón de la reunión y lo que en ella se trata sólo ellos tres lo saben. Bueno, ahora también lo deben de saber el fiscal, el juez instructor del 'caso Brugal' y los policías de la UDEF, que en el registro realizado en las oficinas del detective encontraron la grabación de vídeo del encuentro y un archivo de audio de 3 horas, 18 minutos y 28 segundos de duración, cuyo contenido sigue sometido a secreto.
No debe de tratarse de nada bueno, en cualquier caso, si se tiene en cuenta que los investigadores sostienen en sus informes que ambas concejalas acordaron «renovar (con Fenoll) el pacto de no agresión a cambio de contraprestación económica».
Les llega la factura
«Mañana cojo y la armo»
Fenoll ya había advertido que esas cosas que él graba y gusta de guardar nunca ven la luz... a no ser que se vea obligado a desempolvarlas. Una de esas situaciones críticas se produce, ya es casualidad, apenas un mes más tarde, cuando el vertedero de Proambiente en Abanilla sufre un espectacular incendio y el humo se extiende hasta el casco urbano, causando irritaciones y crisis de ansiedad a decenas de vecinos. El PSOE se echa a la calle con un coche dotado de un equipo de megafonía, pidiendo poco menos que el cierre de las instalaciones. Ha llegado el momento.
-Fenoll: «¿Tú te acuerdas de la grabación de las dos artistas éstas de Abanilla?»
-Javier Bru (su gerente): «Sí. En el ordenador están...».
-Fenoll: «Las vamos a oír y depende lo que diga, ¿sabes lo que te digo?, las voy a llamar y voy a provocar una reunión... Y entonces les voy a enseñar lo otro, lo de los detectives, porque dice Manolo que sale de puta madre. Las dos reuniones. (...) O retiran todo lo que están diciendo, porque llevan un altavoz por toda Abanilla, ¿sabes?, y si no digo que... ¿entiendes o no? Pero, mañana, coger y llamarle por teléfono y decirle... O retiráis esto ahora mismo y decís todo lo contrario o mañana cojo y la armo. Y, ostia, y lo presento y armo la de Dios».
Empresa de 'colocación'
«Me llama el de Abanilla»
Sus dos teléfonos Samsung SGH-D900 tienen más peligro que dos revólveres empuñados por un chimpancé con párkinson: por lo que se cuenta a través de ellos, por estar intervenidos por orden judicial y por contener una extensa agenda con los nombres de decenas de políticos (entre ellos un buen número de alcaldes, varios directores generales y algún consejero), detectives, abogados, policías y guardias civiles...
Cuando el nombre de algunos de estos personajes relevantes asomaba en la pantalla de los móviles de Fenoll, los agentes de la UDEF aguzaban el oído. Raras veces quedaban decepcionados. Un día era el alcalde de Abanilla, Fernando Molina, pidiéndole que metiera a un conocido suyo en la empresa. «Ha tenido que llamarme el alcalde esta mañana -se quejaba el industrial-, que me iba a mandar a uno. 'No, Fernando, si tengo que quitarme veinte tíos ya...'». Otra, el diputado nacional del PP, el abanillero Arsenio Pacheco, tranquilizándolo sobre el Plan General Urbano de la localidad. «¡Qué coño se va a parar! ¡El Plan General va a seguir!».
Cuando lo detuvieron y le preguntaron por las decenas de archivos que guardaba, Fenoll ofreció una respuesta decepcionante. «No sé quién pudo hacer estas grabaciones». El diablo, el gran comprador de almas, jamás habría respondido como un vulgar maleante.
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