

Secciones
Servicios
Destacamos
PPLL
Domingo, 24 de octubre 2010, 03:00
-Personalmente, ¿cómo definiría la libertad de expresión?
-La libertad de expresión es un derecho fundamental de todos los individuos (artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos) y la piedra angular de los sistemas democráticos. La libertad de expresión no sólo alude al derecho a expresar libremente opiniones, pensamientos e ideas, sino que también incluye el derecho a no ser perseguido y castigado por ejercitar ese derecho, por cualquier medio y sin limitación de fronteras. De ese derecho se deriva la libertad de prensa, la libertad de información.
-¿Ha s ufrido la percepción de la libertad de expresión en el mundo occidental alguna modificación como consecuencia del 11-S, del miedo al terrorismo y al Islam? De ser así, ¿de qué manera? ¿El escándalo de las caricaturas del periódico danés ha hecho que tenga que pensarse dos veces qué publica r?
-Sin ninguna duda se ha producido una gran transformación. En algunos países de Occidente ha acabado por imponerse la autocensura, cuyos límites vienen determinados por el miedo a la respuesta de los violentos y por el temor a ser encasillados junto a quienes propician la islamofobia. Por la acción de ambas fuerzas contrapuestas ha acabado imperando lo políticamente correcto. Antes y después de la polémica suscitada por la publicación de las caricaturas en el periódico 'Jyllands Post', siempre recapacito sobre lo que publicamos respecto a temas sensibles. Esto no incluye sólo informaciones relativas a cuestiones relacionadas con las creencias religiosas o morales, sino también a hechos relacionados con la seguridad del Estado o la intimidad de las personas. Trato de hacer un ejercicio de responsabilidad con el fin de valorar adecuadamente la relevancia de los hechos y enfocarlos periodísticamente, con rigor y profesionalidad, para que nuestra audiencia pueda formarse una opinión fundamentada a partir de información veraz.
- ¿Diría usted que hay en el mundo occidental más o menos libertad de expresión que, por ejemplo, la que existía en los llamados 'años libres' de las décadas de los sesenta y los setenta?
-El caso español es diferente porque hemos vivido sin libertad de prensa durante los cuarenta años de la dictadura franquista. No cabe hacer comparaciones porque hasta 1977 existió la censura gubernamental en este país. A nivel global, en las sociedades occidentales se han producido cambios revolucionarios en la forma de transmitir y compartir información, especialmente con la llegada de internet. A mi juicio, no existe menos libertad de información que en la década de los sesenta y los setenta. Lo que sucede es que el negocio de los medios de comunicación tradicionales está en crisis y evolucionamos hacia un nuevo modelo que aún está por definir. Mientras gestionan esa incertidumbre, los grandes periódicos sufren los efectos de la crisis económica y los cambios producidos en los hábitos de consumo de información. El descenso de la publicidad y de los ingresos por venta de ejemplares hacen que los periódicos sean hoy mucho más vulnerables desde el punto de vista económico, lo que supone un riesgo para su independencia y para el propio ejercicio de la libertad de prensa.
-Sabemos que la libertad de expresión total no existe. En su opinión, ¿qué límites o restricciones sería razonable aplicar sobre ella? ¿Qué definiría los límites contingentes de lo que debe o no debe decirse en público?
-Los límites establecidos por el Tribunal Constitucional me parecen adecuados, aunque su doctrina jurídica está sometida a permanentes revisiones que dificultan su aplicación. Más allá de lo jurídico, el sentido común nos dice que la libertad de expresión no incluye el derecho al insulto o a la descalificación personal porque es incompatible con la dignidad de las personas. Intento que los periodistas que están bajo mi dirección entiendan claramente que es admisible realizar juicios de valor de conductas, pero que es inadmisible formular afirmaciones o calificativos vejatorios.
-¿Qué considera adecuado o inadecuado imprimir? ¿Cómo toma esa decisión?
-Es una pregunta demasiado genérica. Utilizo los criterios profesionales que durante décadas han ido forjándose en el ejercicio del periodismo.
-¿Cuál es para usted la responsabilidad fundamental de un director de periódico?
-Vigilar el cumplimiento de los principios editoriales de mi periódico, practicar una labor informativa rigurosa y profesional, proteger la independencia del periódico frente a las presiones de los poderes económicos y políticos, recordar cada día a la Redacción que nos debemos a nuestros lectores, blindar la credibilidad del periódico, mantener su nivel de influencia...
-¿Qué sensación le causa el hecho de que la extrema derecha parezca haberse convertido en paladín de la libertad de expresión en ciertos países liberales de Europa Occidental como Holanda y Dinamarca?
-La extrema derecha practica un populismo irresponsable para sacar partido de la crisis del modelo multicultural instaurado por el fenómeno de la inmigración. Se ha producido un rebrote ultranacionalista, que unido al choque de la mentalidad conservadora del Islam con valores arraigados en la sociedad holandesa, pone en peligro el mítico modelo de tolerancia de ese país. El asesinato de Theo Van Gogh y las presiones a Ayaan Hirsi Ali, rotundamente condenables, han contribuido también a la situación tan compleja que vive Holanda.
-Geert Wilders, un político holandés de extrema derecha, está siendo juzgado ahora mismo en Holanda por incitar al odio racial tras haber equiparado islam y nazismo. Al defenderse en la prensa, evocó su derecho a la libertad de expresión. Me gustaría saber su opinión al respecto.
-No me gusta Geert Wilders, ni su visión del Islam. No comparto sus ideas restrictivas de las inmigración ni su percepción de que todos los musulmanes son violentos y radicales. Pienso que sus ideas favorecen la islamofobia, pero no creo que la censura sea el camino correcto para combatir sus opiones.
-En su influyente ponencia sobre la libertad de prensa, George Orwell se preguntaba: «¿Merece cualquier opinión, por impopular o incluso necia que sea, el derecho a ser escuchada?». ¿Cuál sería su posición al respecto?
-Creo como Orwell que «si la libertad intelectual ha sido sin duda alguna uno de los principios básicos de la civilización occidental, o no significa nada o significa que cada uno debe tener pleno derecho a decir y a imprimir lo que él cree que es la verdad, siempre que ello no impida que el resto de la comunidad tenga la posibilidad de expresarse por los mismos inequívocos caminos».
-¿Cómo se siente ante el hecho de que los medios de comunicación con frecuencia influyan en el curso de los acontecimientos, en ocasiones de forma negativa y hasta peligrosa, mediante la polarización del debate o la exageración?
-Es cierto que propiciamos la polarización y en ocasión exageramos las controversias. Debemos contribuir a mejorar estos debates propiciando la pluralidad de opiniones y mejorando la calidad de la información que aportamos.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mastodonte de Las Contiendas y las diferencias con un mamut
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.