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Alfonso Lucas con su perrita Karina y los cuatro gatitos que está criando en su casa. :: S. M. LARIO / AGM
«Quiere ser madre por reaños»
LORCA

«Quiere ser madre por reaños»

Su dueño, Alfonso, asegura que «tiene obsesión por tener hijos, porque hace algún tiempo le quitó cuatro crías a otro perro» La perrita Karina le ha quitado tres crías a una gata y las está amamantando

P. W. R.

Sábado, 9 de octubre 2010, 15:55

La perrita Karina ha conseguido ser mamá y, nada más y nada menos, que de tres hermosos gatitos de color negro. El alumbramiento se produjo el pasado lunes, cuando la gata de Alfonso Lucas dio a luz en casa de la vecina. «Nos trajo a los cuatro gatitos aquí, pero su madre sólo se llevó uno y lo está criando en el tejado», afirmó.

Los otros tres fueron adoptados por Karina que, uno a uno, se los fue llevando con sumo cuidado hasta su cesta. «No se separa de ellos. No deja que nadie se acerque. Los trata con un cariño y un mimo como si fueran realmente sus crías», añade este vecino emocionado.

La perrita tiene ocho años, pero nunca ha sido madre. «En enero se quedó embarazada, pero en el parto los perdió. Incluso tuvo complicaciones y llamamos al veterinario». Su dueño cuenta que «tiene tal obsesión por ser madre, que hace algún tiempo otra perra de la casa tuvo seis crías, y le quitó cuatro. Esta quiere ser madre por reaños».

Pocas horas después de llevarse a los tres gatitos sus ubres comenzaron a llenarse de leche. «No me lo podía creer. Se le empezaron a inflamar y me preocupe. Al apretar uno de los pezones, comenzó a salir leche. Instantes después, los gatitos comenzaron a amamantarse». El amor de esta madre hacia sus hijos adoptivos es tal, que cuando Alfonso saca a alguno de los gatitos de la cesta, Karina acude presta a buscarlo. Con sumo cuidado lo coge con su boca y lo lleva de vuelta al hogar. «Es increíble. Nunca había visto un caso igual. Todo el que la ve se queda sorprendido», relata.

Alfonso tiene un cariño muy grande a su perrita. Siempre está con él. «No se separa de mí. Soy el único que se puede acercar estos días hasta su cesta». Y cuenta que «mi mujer no me deja que entre en casa, así que el día que va a la peluquería, le abro la puerta y se pone a mi lado. Cuando ya está a punto de llegar le digo: Karina, que viene Ángeles. Entonces, coge rápida y veloz y se sale a la calle para que no la pille dentro de casa».

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