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El cantaor Raúl Alcántara y el guitarrista Alberto Lucena durante el espectáculo '¡Viva el flamenco!'.
Un Melón de Oro con nombre de mujer
Sociedad

Un Melón de Oro con nombre de mujer

Festival de Lo Ferro. La cordobesa Rocío Crespillo, con tan sólo 12 años, fue el bombazo de la última semifinal por la pasión, emoción y verdad que transmiten sus cantes

PATRICIO PEÑALVER

Domingo, 29 de agosto 2010, 02:58

A las 11 de la mañana de ayer sábado, una hora muy poco flamenca, se conocían los nombres de los siete cantaores que pasaban a la gran final. Ya no había vuelta de hoja. A los que habían quedado eliminados, entre la desilusión, se le rompía el sueño.

A los finalistas se le abría la puerta última de la esperanza, se les renovaba el sueño de conseguir el ansiado Melón de Oro. Desde la diez de la noche del sábado, una hora mucho más flamenca, hasta la alta madrugada pasada: Pepa Abad Rosales, de Córdoba; Aroa Cala Luque, de Cádiz; Carmen Corpas Martín, de Barcelona; Rocío Crespillo Luna, de Córdoba; Nieves Díaz Ortiz, de Madrid; Pedro Garrido Fernández, de Cádiz; y Marta González Sevillano, de Cádiz, lucharían a brazo partido por conseguir el máximo galardón.

A las 11 de la mañana del domingo, en la que yo les escribo esta crónica, ustedes y yo ya conoceremos al ganador, posiblemente ganadora.

Hasta la final llegaron estos siete finalistas, después de las nueve galas de clasificación en las que han participado 51 aspirantes: 23 cantaoras y 28 cantaores de toda España.

En la tarde del viernes, en la mesa redonda coordinada por Mariano Escudero, presidente de la Peña Melón de Oro, se hablaba de las crisis de los festivales de flamenco. Y sí sorpresiva fue la creación de este festival, no lo es menos el hecho de que se mantenga en los máximos niveles de calidad, si tenemos en cuenta que el Festival de Lo Ferro lo organiza una entidad privada como la Peña y no una institución pública.

Desde aquel 1980 que en una recoleta aldea del campo cartagenero de 300 habitantes, en la que un grupo de vecinos dirigidos por Sebastián Escudero y durante la primera semana del mes de septiembre, decidieran incluir una velada de concurso de cante 'jondo' en el programa de fiestas de Lo Ferro e invitar a varios cantaores, ya han pasado muchas cosechas. Desde aquel viernes 12 de septiembre en el que se iniciaba el Primer Gran Festival de Cante Aficionado de Lo Ferro, que ganó 'El Fani' de La Unión, ya ha crecido mucho Lo Ferro. Sin embargo, la quintilla de entonces del Tío Matías [«Este pueblo es un decano/ en sacrificio y empeño./Y en sus fiestas de verano/ te acoge como a un hermano/ este pueblo ferreño»], no ha pedido verdad ni vigor.

Menos mal que los vecinos del lugar ya conocían al maestro de escuela José Armero Tovar cuando comenzó a dar clases, hace ya 38 años. El maestro es de la generación de aquella canción de Patxi Andión: «Con el alma en una nube /y el cuerpo como un lamento/ viene el problema del pueblo/ viene el maestro: El cura cree es ateo/ y el alcalde comunista/ y el cabo jefe de puesto/ piensan que es un anarquista». José Armero, gran aficionado que dirige el Colegio Público de Roldán, el más grande de la Región con 860 alumnos, con un 40% de inmigrantes de 16 países y lenguas distintas, es un profeta en su tierra. Hasta tiene un pabellón deportivo con su nombre. Se lo merece. Al maestro le acompañaba otro profesor y gran amigo Andrés Carrasco en la noche del pasado viernes. También muy buenos aficionados se dieron cita, como un grupo de Ibi, o Ángel Ortiz, de Tomelloso y Ramón Lara, de Elche. O Pepe Álvarez. Mención especial, merece Laureano Buendía, que lleva 25 años con las luces y la electricidad del recinto.

En la noche del viernes, después de escuchar a los siete finalistas, se presentaba el espectáculo '¡Viva el Flamenco!'. Con el cantaor Raúl Alcántara 'El Troya', que fue Melón de Oro 2007; con Alberto Lucena a la guitarra y con Yolanda Osuna al baile. Y 'El Troya' llegó con mucha gana de montar una guerra troyana. Nada más salir dijo que era una satisfacción estar de nuevo en este festival que tanto le ha dado, y que no creyeran que estaba tranquilo, pues ese escenario le imponía. Comenzó cantando muy bien por tangos, y se fue calentando por fandangos de Huelva, de manera especial cuando soltó el micrófono y cantó 'a capella', siendo jaleado por el público al que ya se había ganado. De pronto interrogó al respetable y les dijo si estaban a gusto; recibió un sí colectivo. «Pues más a gusto estoy yo esta noche con este público tan caliente». A los tangos, le siguieron unos cuplés por bulerías y el recuerdo a Manolo Caracol con su carcelera. Una gran actuación, pues, la de 'El Troya'.

La bailaora Yolanda Osuna bailó muy bien por alegrías, con sobriedad y elegancia, y el guitarrista Alberto Lucena tuvo una muy buena actuación, siempre pulcro y atento al cantaor. Al final, este estupendo espectáculo terminó con una fiesta de todo el grupo, formado por Marta y María José a las palmas, y el cante de Juan Calahorra.

Melón bueno o excelente

Entre los rumores de la noche del viernes, aún continuaba el runruneo que dejó la gran actuación de la niña cordobesa de 12 años, Rocío Crespillo. Esta joven cantaora transmite pasión, verdad y emoción, ¡qué otra cosa si no es el arte! La joven Rocío, con su voz dulce y cálida, te transporta, y no por ser niña, sino sencillamente porque lo hace muy bien, sabe lo que hace y matiza muy bien los cantes. Sería un bombazo que ganara con su edad El Melón de Oro, pero papeletas para ganarlo le sobran, ¿quién se lo podría arrebatar? Pues una veterana como Nieves Díaz, que ya lo ganó en 1997 o la gaditana Aroa Cala. Nieves sonaba pero que muy fuerte también para el premio de La Ferreña. Y en la quiniela también entraba Pedro Garrido, de Cádiz, que ya ganó un premio el año pasado. El 'quid' de la cuestión iba a estar en la actuación que anoche hicieran los participantes. Desde luego que sí la niña cantaba como la noche del viernes, el bombazo se podía propagar, muy mal se le tenían que poner las cosas para que el Melón de Oro no tenga nombre de mujer, de niña en este caso. A estas horas, después de la cata, ya se sabrá sí el gusto del melón es bueno o excelente.

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