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Con humor.Francisco Bernabé, con un cocodrilo hinchable. :: ENRIQUE MARTÍNEZ BUESO
Francisco Bernabé: «Les digo a los míos: ¿Qué somos, leones o ratones?»
ESTÍO A LA MURCIANA | ALCALDE DE LA UNIÓN

Francisco Bernabé: «Les digo a los míos: ¿Qué somos, leones o ratones?»

«Siempre fui el más grande de la clase pero creo que lo que inspiro es confianza, no temor»

ANTONIO ARCO

Lunes, 16 de agosto 2010, 19:18

Me moriré en La Unión junto a las minas, con un rumor de mar a mi costado», dicen unos versos de María Cegarra, con la que Francisco Bernabé (La Unión, 1970) coincide en su pasión demoledora y honda por su tierra. Pero no tiene la más mínima prisa el alcalde del PP, que estos días recibe una lluvia de felicitaciones, por el enérgico impulso que le ha dado al Festival del Cante de las Minas y por la apertura del recomendable Parque Minero, porque pase el tiempo velozmente. Vive cada segundo: como un hombre tranquilo, a veces, o como un huracán de ideas, un león (real o de peluche), un amigo fiel, un tipo de ideas claras, un defensor del orden. Se baña en el sentido del humor.

-¿A veces se pone muy flamenco?

-Soy de sangre caliente...; lo cierto es que si no tengo a veces la prudencia de contar hasta diez, puedo decir cosas de las que me arrepiento; pero también es verdad que soy de los que pide perdón. Salto más de lo que quisiera, pero ni soy rencoroso ni me cuesta pedir perdón.

-¿No se queda tranquilo sin hacerlo?

-No, tengo remordimientos; hasta a los enemigos les he pedido perdón.

-¿Tiene muchos?

-Apenas los tenía hasta que entré en esto de la política, pero desgraciadamente desde hace tres años tengo alguno; bueno, algunos...

-¿Por qué quería ser alcalde?

-Creía que era posible hacer mucho más por La Unión de lo que se estaba haciendo. Es mi pueblo: vivo aquí, trabajo aquí, es el lugar que más me importa del mundo.

-¿Se arrepiente?

-¡No! Pero es verdad que ser alcalde quema. Yo estoy totalmente entregado a mi pueblo, y eso...; a mi mujer, por ejemplo, le tengo que poner un altar, de verdad, porque es increíble como terminas por tener abandonada a la familia totalmente.

-¿Vive mejor que antes?

-Al contrario, yo vivo peor ahora que antes de ser alcalde. Desde luego, gano menos que cuando me dedicaba por completo a mi despacho de abogados; tengo la compatibilidad, pero ser alcalde me tiene absorbido el tiempo. Vivo gracias a la caridad de mi hermano, que es mi socio en el despacho, porque me sigue pagando como si yo fuera a trabajar allí todos los días, cosa que es una quimera.

-¿Qué practica?

-La decencia, me escandaliza la indecencia cada día más.

-¿Es de los que dicen 'o conmigo o contra mí'?

-No, a mí me enseñaron que, entre el blanco más absoluto y el negro más absoluto, hay seis millones de tonos grises. Hay que entender las circunstancias de cada uno.

-¿Es el 'sheriff' de La Unión?

-Qué va, yo lo que soy es un abogado que cree cada vez más en el diálogo y que busca los consensos.

-¿Le siguen felicitando por cómo logró poner orden en una pelea callejera que tenía muy mala pinta y muy malas pulgas?

-¡Madre mía! Entré por solidaridad humana. Imagínese: Fiestas de Portman, un sábado por la noche en la plaza. Estaba bailando con mi mujer y, de pronto, se lía una pelea entre un montón de muchachos jóvenes dándose por todos lados. Miro a mis policías -sólo había tres en esos momentos- y le digo al sárgento: 'Entrad y parad esto, coño'. Y me responde, 'Paco, ellos son muchos y nosotros somos muy pocos'. Pero se meten, cogen al cabecilla, se caen con él al suelo, intentan ponerle las esposas y, como locos, empiezan todos los demás, unos cobardes, a darles patadas, golpes... En décimas de segundo tuve muy claro que tenía que ayudar a esos hombres. Di un buen empujón, salieron dos volando, empecé a pegar gritos y parece que tranquilicé la cosa. Pero vamos, no me dedico a ir por ahí poniendo fin a las peleas.

-¿Alguna vez se sintió un héroe?

-No.

-¿Siempre fue el más grande de la clase?

-Toda mi vida. Pero de verdad le digo que creo que yo lo que inspiro es confianza, no temor.

-¿Está cómodo con su cuerpo?

-Me gustaría ser más delgado, pero tengo el cuerpo que me ha dado la naturaleza, y aunque mantengo una eterna lucha conmigo mismo por ponerme a régimen, hasta ahora no he tenido el más mínimo éxito. Me gusta mucho comer, joder, no puedo ni evitarlo, ni negarlo.

-¿Qué es intocable?

-Mi familia. Ni tolero ni voy a tolerar que nadie se meta con ellos.

-¿Sobreviviría usted solo en una isla desierta?

-No quiero ni pensarlo, porque yo soy muy negado. Estoy muy hecho a la comodidad de la sociedad actual y creo que duraría poco, aunque ahí no tendría más remedio que ponerme a dieta.

-¿Es fuerte?

-Sí, tengo mucho aguante mental. Soy resistente. Además, si ejerces la política hay que aprender a... iba a decir a tenerlos bien puestos.

-¿Tiene algún mito erótico? Sharon Stone es el de Baltasar Garzón.

-Yo no tengo ningún mito erótico. A mí la que más me gusta es la mía, se lo digo de verdad. Voy bien servido.

-Mantiene un claro y público desacuerdo con la Autoridad Portuaria de Cartagena a propósito del proyecto de construcción del muelle de contenedores de El Gorguel, próximo a Portman, al que usted se opone. Un proyecto que apoya su partido, el PP. ¿Lo tiene usted totalmente claro?

-Parecemos a veces la aldea de Astérix y Obélix. En La Unión somos pocos pero luchadores. Siempre lo he tenido claro: ¡No! ¿En los más de doscientos kilómetros de costa que tiene Murcia, el único sitio para ubicarlo es a quinientos metros de Portmán?

-¿Y por qué no Portmán?

-Porque está claro que si algún día logramos que se regenere la bahía, poner ahí esa pantalla es cargarnos el paisaje de un lugar tan impresionante. Creo que Portmán tiene condiciones para ser la Costa Azul.

-¿Suele 'cantar las cuarenta'?

-Tratándose de defender lo mejor para La Unión, las canto siempre que sea necesario y a quien sea necesario.

-¿Y da el cante?

-No es mi estilo, en absoluto.

-¿Qué le ronda por la cabeza?

-Mis tres hijos. Empieza a preocuparme el verlos tan poco. Me preocupa mucho la atención a mi familia, que no está siendo justa.

-¿Qué piensa hacer?

-Pues todavía no lo sé. De momento, dedicarles en cuerpo y alma las dos próximas semanas.

-¿De qué no se olvida?

-De que mucha gente que lo está pasando muy mal acude a mí esperando una solución. No se me va de la cabeza intentar hacer lo que esté en mi mano por ser útil a mis vecinos.

-¿Un deseo?

-Ponerme a régimen, pero no tengo mucha esperanza de llegar a buen puerto, ¡qué desastre!

-¿Qué le da miedo?

-Perder la salud, tengo que empezar a tomármela en serio. Sobre todo por los críos...; no quiero ni pensar que...

-¿De malhumor qué le pone?

-Soy de muchos 'micro enfados' diarios, pero se me pasan rápidamente. No soporto, por ejemplo, las chapuzas, la falta de profesionalidad y de rigor. Y me preocupa mucho que no se le esté dando la importancia que merece al cambio climático y sus consecuencias. Pienso mucho en los que vienen detrás.

-¿Cocina?

-Soy un monstruo preparando los entrantes, sobre todo las ensaladas, que las bordo. Al fuego no hago nada. La que cocina bien es mi mujer.

-¿Con qué ensalada triunfa?

-Con la de gulas, gambas al ajillo y canónigos; está para chuparse los dedos.

-Salud, dinero y amor. ¿Qué?

-¿Salud? ¡Tengo que cuidarme! ¿Dinero? La gente me dice que fui muy tonto, porque voluntariamente me bajé el sueldo para dar ejemplo: 1.428 euros es lo que gana en la actualidad el alcalde de La Unión. ¿Amor? Ahí sí que soy muy afortunado.

-¿Un sueño cumplido?

-El Parque Minero de La Unión.

-¿Una manía?

-El orden.

-¿Qué no deja de hacer?

-Irme a la cama sin darles un 'besico' a mis hijos.

-¿Qué hay Más Allá?

-Creo en Dios y en un Más Allá; de lo contrario no le vería sentido a esto.

-A la escritora Ana María Matute le gustaría ser un pájaro, ¿a usted que animal le gustaría ser?

-Un león. Siempre les digo a los míos: '¿Qué somos, leones o ratones?'

-¿Qué les inculca a sus hijos?

-Que quieran mucho a La Unión, y que sean educados, responsables y decentes.

-¿Bucea?

-En la piscina. Jugué mucho al baloncesto y al rugby en mi juventud. Ahora, de vez en cuando salgo los fines de semana a andar con mi concejal de Cultura.

-¿A qué lugar volvería encantado?

-A cualquier ciudad con historia, cierto aire decadente y que esté cerca del mar: Venecia, La Habana...

-¿Con qué arma se defiende en la vida?

-Actuando con rectitud.

-¿Qué haría con los corruptos de su propio partido?

-¡Echarlos!

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