Pedro Antonio Ríos se da de baja como afiliado de Izquierda Unida

Lo deja. Pedro Antonio Ríos, un clásico de la izquierda murciana, se ha dado de baja en Izquierda Unida (IU) y también en la política activa, al menos provisionalmente.

Ríos (60 años) se dedica al magisterio en el instituto Alcántara desde que en 2009 salió del Grupo Parlamentario del Congreso y del gabinete del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Anteriormente había ocupado la secretaría general del PCE en la Región (en la que sustituyó a Agustín Sánchez Trigueros), una concejalía de gobierno en el Ayuntamiento de Murcia y un escaño de diputado nacional. Sus últimas apariciones públicas fueron como integrante de la plataforma que recogió firmas para impulsar una iniciativa legislativa popular en favor del mantenimiento del trasvase Tajo-Segura.

«Hoy no tengo la misma ilusión y compromiso, ni ideológica ni política ni personalmente, con el proyecto que encabeza Cayo Lara». Ríos explica de esta forma las razones de su abandono, en una carta enviada al coordinador regional de IU, José Antonio Pujante, con quien mantuvo una larga conversación -que en nada cambiaría las cosas- en los prolegómenos de la manifestación sindical que se paseó anteayer por Murcia convocando a la huelga general de septiembre.

«He renunciado, añade Ríos en lo que parece su testamento político, a invertir fuerzas y energías en la controversia interna, que tanto daño nos hizo en las dos asambleas federales anteriores, dividiéndonos en grupos antagónicos que destinaban más fuerza y tiempo a las diferencias (incluso buscando el fracaso) que a hacer eficaces los esfuerzos por relanzar una alternativa política, plural ideológicamente, pero con respuesta desde un proyecto político común».

Pedro Antonio Ríos, a quien los rumores situaban a menudo (y siempre, erróneamente) en candidaturas socialistas cada vez que se acercaba un proceso electoral, responde «hoy no lo veo» cuando se le pregunta si piensa afiliarse al PSOE. En los últimos meses ha declinado también ofertas para formar parte de proyectos de partidos regionalistas, ninguno de los cuales ha llegado a cuajar.

Su condición de izquierdista asoma en su escrito de solicitud de baja: «En esta nueva etapa, espero confluir desde la independencia de opinión en las actividades, los objetivos y, sobre todo, en el fortalecimiento y relanzamiento de la izquierda, en una región tan protagonizada por la derecha y los valores conservadores».