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Una joven pregona a los cuatro vientos su oferta comercial. :: NACHO GARCÍA / AGM
Centenares de alumnos prueban sus dotes como comerciantes
MURCIA

Centenares de alumnos prueban sus dotes como comerciantes

La plaza de Santo Domingo acogió un mercadillo de decenas de cooperativas formadas en institutos de toda la Región

A. PÉREZ

Viernes, 11 de junio 2010, 04:17

No era el zoco de Marraquech, pero lo parecía. Centenares de alumnos de la ESO 'tomaron' en la mañana de ayer Santo Domingo y emularon el más insistente espíritu comercial árabe para vender los productos de la treintena de cooperativas que 27 institutos de la Región han creado en el marco del programa Empresa Joven Europea y el Plan Emprendedores del Instituto de Fomento de la Región.

«Tienes pinta de querer una botella de aceite de Calasparra» señalaba a un transeúnte Celia Jiménez, alumna del IES Emilio Pérez Piñero de esta localidad del Noroeste. Le ofrecía la última de las botellas de oro líquido a 3,5 euros que aún no habían vendido. «El arroz ha volado», comentaba una de sus compañeras, Alicia Escavy, indicando que el afamado grano de Calasparra se había agotado en las primeras horas del mercadillo.

Ataviados con corporativas camisetas de colores, los alumnos de los distintos institutos montaron decenas de 'stands' donde ofrecían todo tipo de productos, que ellos mismos se habían ocupado bien de comprar a mayoristas o intercambiar a cooperativas de institutos de otras comunidades, bien de elaborar por sí mismos en las aulas taller. De este último tipo era la bisutería que vendía Vanessa Sánchez, del IES Monte Miravete de Torreagüera. Tras pasar la calurosa mañana buscando compradores en lugar de haciendo los exámenes -hubo quien se quejó de la coincidencia del mercadillo con el final de curso- que tenía programados y que tuvo que adelantar, ella y su amiga Karina Quirós estaban satisfechas porque en la caja «todas las cuentas han 'cuadrao'» y a casa se llevan la lección de haber hecho facturas y contratos y hasta haber pedido un préstamo.

Cajamurcia concedió 300 euros a cada mini-empresa. Para poder resarcir la deuda, «tendremos que hacer otro mercadillo en el pueblo», comentaba Marina Gómez del IES Sabina Mora de Roldán. Su cerámica asturiana tuvo escasa acogida entre la clientela. En este programa, los alumnos han gestionado sus propias empresas de principio a fin. Debatieron para elegir el nombre de su firma y ahora les toca decidir cómo liquidar existencias.

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