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Alejando Talavante logró arrancar los olés más sonoros del festejo yeclano. :: ISRAEL SÁNCHUEZ/AGM
Talavante vuelve a sonreír
Cultura

Talavante vuelve a sonreír

El extremeño corta tres orejas y sale a hombros, un apéndice para Luque y Finito se marcha de vacío en Yecla

F. OJADOS

Lunes, 10 de mayo 2010, 03:02

Unas mil personas acudieron ayer a la coqueta plaza de toros de Yecla a presenciar la corrida de toros programada con motivo de las fiestas de San Isidro. Del cartel inicial se cayó El Fandi, justificando su ausencia por molestias gastrointestinales. Le sustituyó Daniel Luque, que junto a Finito de Córdoba y Alejandro Talavante lidiaron una una corrida de Hermanos García Jiménez, muy terciada, pobrísima de defensas y en general noble, aunque falta de motor, y sin problemas para lo toreros.

Finito de Córdoba dejó patente su estilo de torero artista con la capa, dibujando un ramillete rematado con una preciosa media. El tercio de varas fue un simulacro, y el de banderillas resultó accidentado, al salir trastabillado el subalterno José Luis Plaza. El torete hizo por el banderillero en el suelo propinándole una voltereta de la que salió lastimado en su muñeca izquierda, siendo atendido en la enfermería, donde se le apreció una fractura de cubito y radio, por lo que fue trasladado al Hospital.

Con esos antecedentes comenzó Juan Serrano su faena de muleta. La nobleza de su oponente le permitió sentirse a gusto en las primera series de toreo en redondo, ligadas y bien compuestas. Dejó buenos detalles en el cierre de faena, pero pinchó antes de cobrar una estocada defectuosa. Sonó un aviso y el premio se quedó en una ovación.

Ante el cuarto, un astado soso y sin fondo, el intento de Finito por hacer faena fue en balde. Además mato de un feo bajonazo.

Fresco y puro

La tarde fue para Talavante. El extremeño vuelve a ser el torero fresco y puro de sus buenos principios. Toreó de capa a su primero con superioridad de salida y brilló un quite por gaoneras. Brindó al público su faena, muy variada, en la que se acopló pronto a la noble embestida del bovino, ligando series largas por ambas manos, rematadas con imaginación. Acabó acortando las distancias y los cambios por la espalda arrancaron los olés más sonoros del festejo. Entró a matar muy en corto, pinchando en dos ocasiones antes de cobrar una estocada atravesada, quedando su premio en una solitaria oreja. Las dos paseó del quinto por otra labor bien expresada. Comenzó su faena por estatuarios y destacó el toreo al natural, de manos bajas y trazo largo. Esta vez si mató a la primera.

Daniel Luque quiso agradar toda la tarde. Por momentos hubo sintonía con el tercero, al que le cortó una oreja, destacando especialmente los de pecho. Sin embargo no pudo hacer nada con el inválido sexto, pese a poner voluntad, reuniendo al astado con una larga cambiada y comenzando faena de rodillas.

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